Ruiz de Arbulo: «Necesitamos una mesa conjunta de la arqueología en Tarragona»

Veintidós años siendo Patrimonio Mundial de la Humanidad. La semana pasada, aprovechando el aniversario, la Tarraco Biennal (el congreso internacional de Arqueología y Mundo Antiguo), recibió el Premi Patrimoni Mundial 2022, después de diez años y cinco ediciones. En una entrevista a su coordinador, Joaquín Ruiz de Arbulo, tratamos de condensarlo todo.

¿Qué significa para Tarraco Biennal recibir este reconocimiento del Ajuntament?

Todos los premios son una alegría. Nosotros trabajamos porque lo tenemos que hacer, pero cuando te dicen que tu trabajo merece un reconocimiento así es muy agradable.

¿A qué cree que se debe?

Esto siempre cuesta decir pero creo que se reconoce una trayectoria. Esta fue una iniciativa que surgió hace diez años de la Fundació Mútua Catalana, y se adhirieron las instituciones de la ciudad. Nosotros hemos mantenido eso que empezó, que al fin y al cabo es lo más importante.

Con diez años y cinco ediciones, Tarraco Biennal es un referente internacional.

Sí, por una razón: todas las ciencias funcionan con congresos, las reuniones de especialistas para conocer y debatir novedades, además de la publicación de las actas. Ahora pensamos que con Internet ya está todo, pero las bibliotecas de investigación siguen siendo necesarias, sobre todo en un mundo como el nuestro.

¿Por qué es importante que Tarragona organice un congreso internacional así?

Los tarraconenses conviven con unos monumentos que son Patrimonio de la Humanidad. Tenemos que tener presente como disfrutarlos pero sobre todo como mantenerlos. Para su conservación necesitamos la restauración y la divulgación de los monumentos, eso significa conocerlos bien, y con un congreso así aprendemos otras técnicas de investigación y conservación, además de enseñar las nuestras.

¿La Tarraco Biennal es la única que agrupa todas las instituciones por el patrimonio?

Sí. Cuando hablamos de patrimonio en Tarragona siempre echamos de menos un trabajo conjunto de las instituciones, como un consorcio de investigación y gestión del patrimonio que se planteó hace muchos años. En Mérida hay uno que se encarga de todo, pero esta idea no funcionó en Tarragona, no hemos dado con la fórmula. Quizá no era absolutamente necesario pero sí que es importante tener una mesa conjunta de la arqueología, para que instituciones, técnicos y responsables puedan prever las situaciones y problemas de futuro. Es una cuestión de comunicación.

¿Estamos peor o mejor que hace veintidós años?

Mejor, siempre mejor. Pero no estamos en una situación óptima. En patrimonio siempre hay cosas que hacer. Se ha avanzado mucho: tenemos mejores técnicas, nuevos proyectos y grandes inversiones. Pero nuestros monumentos sufren: hace cuatro años tuvimos que cerrar el Amfiteatre y la Necròpolis tenía problemas; el MNAT está cerrado por restauración... Por suerte, Tarraco Viva sigue siendo un referente cultural, y el ICAC, de la investigación.

¿Cómo se ha gestionado el patrimonio estos años?

Resolviendo problemas. Está bien pero no es lo óptimo, tenemos que estar preparados, y la comunicación entre instituciones ha fallado estos años. Quizá el incidente de la Torre de Minerva no hubiera existido con una mejor comunicación entre nosotros.

Se llegó a hablar de la posibilidad de perder el reconocimiento de la UNESCO. ¿Lo ve posible?

No lo sé, quiero ser muy prudente porque soy miembro de ICOMOS. Es verdad que estos incidentes no son buenos, pero quiero pensar que tenemos capacidad de reacción y los fondos para mantener el patrimonio ya están llegando. Tengo confianza.

¿Y el futuro inmediato?

Tenemos la apertura del MNAT y el Museu Diocesà como principales objetivos, ahora. Si con esto avanzamos todos juntos, la situación será mucho mejor que la que teníamos.