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    El teletrabajo habitual cae en picado mientras se mantiene el ocasional

    La cifra de ocupados que trabajan desde su casa más de la mitad de los días ha disminuido un 40% en un año, y casi un 50% desde la primavera de 2020, cuando comenzó la pandemia

    14 junio 2022 19:07 | Actualizado a 14 junio 2022 19:13
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    La pandemia de la covid-19 llegó acompañada del teletrabajo. Las empresas se vieron obligadas a adaptarse para sobrevivir durante el confinamiento y los meses posteriores de restricciones a causa de los altos índices de contagio. Desde el primer momento se dijo que el trabajo a distancia había llegado para quedarse. Lo cierto es que el número de empleados que faenan desde sus hogares más de la mitad de los días no ha parado de caer en el último año.

    Así, las cifras del primer trimestre en Catalunya reflejan que el número de ocupados que teletrabajan la mayor parte del tiempo ha caído un 40% en un año, es decir, en comparación con el primer trimestre de 2021, pasando de los 513.800 a los 305.600. Y el descenso es todavía mayor, casi del 50%, si se compara con el segundo trimestre de 2020, cuando se decretó el confinamiento, cuando teletrabajaron 596.900 personas.

    No obstante, en cuanto a los ocupados que laboran desde su casa de forma ocasional, es decir, menos de la mitad de los días, las cifras han ido variando y aumentan y disminuyen según el mes, pero mantienen cierto equilibrio. De hecho, fueron 87.600 los ocupados en Catalunya que teletrabajaron esporádicamente en el trimestre en que estalló la pandemia, un número que fue aumentando hasta llegar a un máximo de 213.000 en la primavera de 2021, y ha ido fluyendo hasta acabar en los 198.100 en estos primeros tres meses de 2022.

    Con las cifras a nivel estatal, se observa la misma tendencia en cuanto a los ocupados que teletrabajan más de la mitad de los días y los que lo hacen solo puntualmente. Aquí el Instituto Nacional de Estadística (INE) sí divide los números por empleados asalariados y por autónomos, y cabe destacar que mientras que el trabajo a distancia frecuente no ha parado de disminuir en los primeros, va variando según el trimestre en el caso de los segundos. En este sentido, mientras que el número de asalariados que trabajan desde casa la mayor parte del tiempo ha caído un 37% en el último año, la cifra de trabajadores por cuenta propia sube y baja cada tres meses, y ahora se encuentra en 518.900.

    Por otro lado, las estadísticas también reflejan que el número de asalariados que teletrabajan ocasionalmente varia según el trimestre –680.100 en este último–, aunque la cifra de autónomos que faenan puntualmente a distancia ha crecido un 25% en los últimos tres trimestres. Los que lo hicieron en el inicio de la pandemia eran 276.100, y actualmente son 443.300.

    Con todo, el economista tarraconense Rafael Muñoz defiende que «el teletrabajo ha llegado para quedarse», pero apunta que «depende de la empresa, porque las más grandes se pueden adaptar a una situación mixta, pero para las pequeñas y medianas empresas el trabajo a distancia es contrario a la productividad, porque ni la infraestructura tecnológica ni el funcionamiento es el mismo». Por otro lado, Muñoz plantea el problema de que «a veces determinadas faenas en teletrabajo comportan que estés más horas pendiente, se rompen los horarios y piensas que te puedes adaptar, pero acabas trabajando más horas porque tienes acceso directo desde casa».

    Sobre esto habla también Mercè Puig, secretaria de CCOO en Tarragona, que defiende que «conciliar es una cuestión de horarios, y si no estableces unos de fijos estás continuamente conectado, por lo que hay que delimitar bien cuando empiezas y acabas con las tareas laborales». Y, en este sentido, lamenta que «a muchas empresas les cuesta no traspasar estas líneas, parece que como estás en tu casa te pueden llamar antes de empezar tu jornada».

    Por otra parte, Puig señala que «queda mucho camino por recorrer y muchas cosas por esgrimir, como por ejemplo que parte de la factura de la luz y de Internet que gasta el empleado trabajando desde casa tiene que pagar la empresa». Y añade: «Es algo que a muchas empresas todavía les cuesta entender y será una tarea complicada. Es cierto que el trabajo a distancia ha llegado para quedarse, pero debe hacerse bien, con todas las condiciones que tienes en el puesto de trabajo presencial, no a medias». Finalmente, destaca que «no hay que perder de vista que el teletrabajo debe ser voluntario».

    Paralelamente, Joan Llort, secretario general de UGT en Tarragona, advierte de que hay una serie de malas praxis por parte de muchas empresas. «El sector de la banca ha eliminado muchos puestos de trabajo con la digitalización de algunos servicios, y esto va en contra de los trabajadores y los usuarios, substituyen humanos por máquinas para obtener beneficios a costa de los clientes», lamenta Llort. Asimismo, critica que «en el sector privado también detectamos que «el teletrabajo ha comportado la externalización de muchos servicios, que son más baratos y degradan las condiciones laborales, y no está hecho para esto».

    Por otro lado, celebra que «el sector de las startups y empresas de nuevas tecnologías sí que aplican la polivalencia en el trabajo presencial y el telemático, pues son empresas en crecimiento con una visión más avanzada, no tan arcaica, y pensamos que genera más eficiencia». Finalmente, el sindicalista sostiene que «el teletrabajo ha venido para quedarse, pero costará, porque vivimos en un país con mucha cultura de contacto personal, pero debemos cambiar la forma de hacer las cosas porque trabajando a distancia podemos ser más productivos y las empresas deben valorarlo».

    A todo esto, el presidente de PIMEC Tarragona, Jordi Ciuraneta, comenta que «cuando algo se implanta no acaba siendo radical de un día para otro, y aunque tengan que hacerse algunos ajustes, creo que el teletrabajo tiene muchas ventajas para la sociedad». En este sentido, cree que aquellas personas que quieran trabajar desde casa ganarán en calidad de vida, y «las empresas mejorarán su clima laboral». No obstante, insiste en que «la sociedad necesita adaptarse, será necesaria una ley que deberán trabajar patronales y sindicatos».

    «Atender la organización familiar»

    Fernando Pérez, responsable de prevención y medio ambiente en una empresa de inyección de plástico que fabrica inhaladores respiratorios para el sector farmacéutico, teletrabaja un día a la semana. La empresa le da esta opción y, en su caso, asegura que le beneficia «a nivel personal, dado que me permite atender puntualmente la organización familiar, así como realizar tareas comunes que en ningún otro caso podría realizar, como acompañar a mis hijas al colegio».

    Por otro lado, asegura que «el teletrabajo ha llegado para quedarse y la covid ha servido a las organizaciones a darse cuenta que es posible trabajar a distancia con cierta normalidad». No obstante, defiende que «no creo que sea tan relevante la regulación de horarios o el costear ciertos gastos domésticos, pues creo que la reducción de los gastos en gasolina y el tiempo evitado supera con creces dicho importe».

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