«Dejamos pasar a todo el mundo, pero en algunos momentos, como durante las fiestas de Sant Magí, hemos llegado a tener colas en la calle de gente esperando para ir al baño». Lo explica resignada la camarera de un bar de la Plaça Verdaguer. En la misma plaza, la dueña de otro establecimiento muy cerca del parque infantil explica que «para nosotros la cantidad de gente que viene supone un gran problema: algunos dejan el agua abierta, se han llegado a llevar el papel y el jabón; tienes que limpiar varias veces... Y de tanto usarlo nos han roto el botón del WC».
Y es que, preguntar por el acceso al baño en Tarragona es de esos temas que enseguida enerva a los dueños de bares y restaurantes. Entramos a uno ubicado en la Rambla Nova, cerca del Balcó del Mediterrani que luce a la entrada un cartel que anuncia que el baño es exclusivo para clientes. El dueño, que lleva pocos meses con el local, se excusa: «en realidad no le negamos el acceso a nadie, pero pusimos el cartel desesperados... Recuerdo uno de los días que llegó un crucero de franceses y teníamos un desfile constante de personas preguntando por el ‘toilette’».
Aun con el cartel entra mucha gente «No piden permiso y algunos no te dan ni las gracias cuando salen». En las fiestas de Santa Tecla se está planteando poner una barra en la puerta solo para controlar el acceso al baño. El año pasado la dueña anterior les explicó que rompieron hasta la puerta.
La historia se repite, con sus más y sus menos, por toda la ciudad. La dueña de un pequeño bar de la Rambla Vella se lamenta de que en su local solo hay un baño y en momentos de máxima afluencia de turistas se ha tenido que turnar con su compañera para que una se quede afuera del local controlando el acceso al lavabo «aunque a los mayores siempre los dejamos pasar».
En el origen del problema, coinciden todos, está la inexistencia de baños públicos en la ciudad. Eso sí, a la pregunta de si los establecimientos pueden obligar a consumir para dejar a las personas usar los aseos la respuesta es compleja, ya que las normativas autonómicas sobre bares no se pronuncian al respecto. Así lo recuerdan desde la Organización de Consumidores y Usuarios, OCU. Pero pese a que la normativa no regula si se puede recurrir o no esta práctica, Esther Lorente, delegada de la organización en Catalunya, considera que es la administración la que tiene que dar respuestas en este asunto, en lugar de obligar a los hosteleros, especialmente en zonas de mucho turismo.
Los usuarios y la improvisación
En el otro lado de la ecuación están los vecinos. Es el caso de Ernesta, una abuela que está sentada junto a su marido en la Rambla Nova. Ella es de las que todavía recuerda cuando a pocos metros, en la coca frente al Moto Club, había unos baños públicos. Reconoce que la inexistencia de lavabos es un problema para todos, pero especialmente para las personas mayores «cuando te vienen las ganas en la calle ya vas intranquilo», reconoce.
Otro colectivo afectado son quienes se ven obligados a estar en la calle muchas horas por trabajo. Cerca nos encontramos con un grupo de repartidores. Señalan que habitualmente lo que hacen es pedir permiso para entrar en algún bar, pero uno reconoce que, si no consigue que le dejen, alguna vez le ha tocado «improvisar y buscar una calle».
Señalizar para la ciudadanía
La falta de baños públicos es una de esas carencias que durante años han ido encadenando un gobierno municipal tras otro. El gobierno anterior, de hecho, anunció en 2021 su intención de construir siete lavabos públicos en distintos puntos de la ciudad, pero el presupuesto finalmente no se aprobó.
El siguiente intento fue un punto de recepción de visitantes a ubicar en el Camp de Mart que incluía lavabos públicos. El proyecto salió a concurso y quedó desierto en dos oportunidades. A la tercera se presentó una empresa pero no cumplía con los requisitos.
En vista de los tres intentos fallidos y el poco interés de las empresas, el gobierno actual se está planteando otra fórmula. La intención sería sacar a licitación una guingueta y que el gestor del establecimiento se comprometiera a tener los baños abiertos para quien necesite usarlos. Sería una fórmula similar a la que ya se siguió cuando se dio la concesión de los chiringuitos de la playa de l’Arrabassada.
Antes de ponerlo en marcha, no obstante, esperan ensayar un modelo similar en la Anella Mediterrania.
El gobierno, sin embargo, no renuncia a construir o habilitar baños públicos. Lo que sí deja entrever el alcalde, Rubén Viñuales, es que se optaría por un sistema en el que haya personas permanentemente en los aseos «queremos unos lavabos públicos que estén limpios. Alrededor del mundo he visto muchos sistemas, y los únicos limpios son los que tienen personal siempre allí».
También señala que van a valorar la posibilidad de rehabilitar los antiguos baños que hay en la calle Pare Iglesias, cerca de la Catedral, ahora clausurados.
Fuentes municipales insisten, no obstante, que en todos los edificios municipales se puede entrar al servicio. Apuntan que lo que se hará será señalizar los baños que hay en los distintos edificios municipales para que vecinos y turistas sepan dónde están. Un ejemplo es el que está en el Patio Jaume I del Ayuntamiento o el del Espai Turisme en el Carrer Major.
Para comprobar si nos permiten entrar solo al baño, hacemos la prueba en la OMAC de la Rambla Nova. El vigilante, efectivamente, nos deja pasar. El baño destinado a los usuarios está impecable. Hay que tener en cuenta, no obstante, que las dependencias municipales suelen abrir en unos horarios determinados y de lunes a viernes.
Además de los baños de los edificios municipales hay otros equipamientos en la ciudad que cuentan con baños como el Mercat Central. El día que hacemos el recorrido el estado de conservación es bueno.
El otro equipamiento con acceso libre a los lavabos es la estación de autobuses. Aquí la experiencia es menos agradable. Algunas puertas no tienen pestillo, en varios W.C. faltan las tapas y muchas superficies están recubiertas por un material oxidado. Pese a que haría falta una reforma, se ve que hay servicio de limpieza.