La esperanza de vida de los hombres de Ponent es de 79 años y la de las mujeres, de 84,5 años. El dato es inferior a la media de Catalunya: 1,2 años en el caso de ellos y 1,4 años en el de ellas.
Es apenas uno de los datos del exhaustivo «Informe de las condiciones de vida de Ponent» elaborado por técnicos del Institut Municipal de Serveis Socials de Tarragona (IMSST) y de Atención primaria del Institut Català de la Salut (ICS). El diagnóstico, basado en distintas bases de datos, contó además con la colaboración de más de un centenar de personas, entre vecinos, estudiantes de instituto, entidades y técnicos que viven o trabajan en Ponent.
Cuentan Cristina Gil, trabajadora social del Área Básica de Salud Torreforta-La Granja, y Jessica Cantos, del Pla Local d’Acció Comunitària Inclusiva del IMSST, que desde finales de los 90 ha habido diferentes acciones y proyectos comunitarios en los barrios de Ponent que poco a poco habían ido perdiendo fuelle, en especial tras la pandemia.
Ese es el punto de partida del proyecto ‘Veina’t’, impulsado por el IMSST y Salut. Los objetivos son escuchar a los vecinos y fortalecer la red comunitaria para mejorar las condiciones de vida de la población y reducir las desigualdades. El informe, dice Gil, es solo el primer paso, una foto para comenzar a trabajar.
El entorno de la pobreza
Lo primero a tener en cuenta es que en Ponent (Torreforta, Campclar, Bonavista y barrios cercanos situados al margen izquierdo del Río Francolí) viven 36.980 personas. Aquí hay una estructura de población más joven que en el conjunto de la ciudad y un 27,4% de los vecinos son de origen extranjero (21,6% en Tarragona).
El nivel económico de Ponent es el más bajo de la región sanitaria del Camp de Tarragona y ocupa el decimotercer lugar en Catalunya.
Hay zonas con rentas especialmente bajas, como una parte del barrio de Campclar donde los ingresos medios por hogar son de 14.983 euros anuales, lo que la ubica entre el 1% más pobre del Estado español.
Un dato significativo es que el 35% de las personas registradas en el paro en la ciudad de Tarragona viven en Ponent. Además hay un amplio sector de la población que se dedica a trabajos muy precarios, informales y temporales.
Respuestas para los jóvenes
En materia de educación, el informe destaca que el porcentaje de personas sin estudios es del 10,2%, frente al 5,4% del conjunto de la ciudad. Además 9 de los 15 centros educativos de la zona son de alta complejidad.
Las personas consultadas también mostraron su preocupación por el absentismo y el abandono escolar y la necesidad de ofrecer apoyo y acompañamiento socioeducativo y emocional a las familias con niños y adolescentes.
Otro aspecto que destacaron fue la influencia negativa y la sacralización de los jóvenes hacia los ‘influencers’, que se convierten en figuras de referencia poco realistas y que reivindican una cultura de poco esfuerzo.
Y denuncian una carencia de espacios de ocio destinados a la población más joven. Se critica que las políticas de juventud están muy centralizadas y se reivindica una oferta de ocio diurno y nocturno saludable.
Consecuencias en la salud
Además de la merma en la esperanza de vida, el informe ha demostrado una prevalencia en el abuso de drogas y alcohol.
También hay más enfermedades de transmisión sexual y una «prevalencia significativa» de embarazos en la franja de edad de 15 a 19 años y de uso de la contracepción postcoital (la píldora del día después).
Hay más problemas de obesidad en todas las franjas de edad, pero en especial en niños y adolescentes, relacionados con la falta de hábitos saludables y poca práctica deportiva.
El proyecto Veina’t servirá para consensuar las acciones para mejorar la vida en los barrios
Se encontró además una incidencia importante de enfermedades mentales y riesgo de suicidio.
En las sesiones para realizar el estudio también destacó la preocupación por el riesgo petroquímico y su impacto en la salud, así como el descontento y desconfianza hacia el sistema de salud pública.
Entorno complicado
El 22% de la población de Ponent es atendida en Serveis Socials. La falta de trabajo, dificultades de integración y de relaciones sociales son las principales problemáticas.
En Ponent hay una mayor incidencia de expedientes abiertos por parte de los Equipos de Atención a la Infancia y la Adolescencia (EAIA) y de informes de familias con niños y adolescentes con COSE (compromiso socioeducativo).
Aunque no es una de las zonas más envejecidas de la ciudad, el grado de vulnerabilidad de muchas personas mayores y dependientes es considerable: el 72,1% del total de SAD (Servicio de Ayuda a domicilio) sociales concedidos a Tarragona, pertenecen a la zona de Ponent.
En materia de vivienda hay un parque envejecido y poco conservado. Un 43% de las familias necesitan ayudas para paliar la pobreza energética.
Se evidencia un alto nivel de preocupación por la ocupación ilegal y problemas vecinales por las deudas con la comunidad y el uso y conservación de las zonas comunes.
En el ámbito las relaciones, destaca, desde el punto de vista positivo, que se trata de unos barrios con una fuerte herencia comunitaria y un vecindario reivindicativo. «Ha habido mucha participación, estamos agradecidos porque cada vez que hemos tocado una puerta se ha abierto», puntualiza Gil.
El informe también recoge que «mejora la integración pero todavía se detectan pequeños núcleos de xenofobia orientados al colectivo musulmán».
El trabajo que viene
Tal como explican las impulsoras del informe (que se repetirá casa dos años), a partir de ahora el reto es seguir trabajando en tres espacios. El primero de ellos es el del conocimiento. La intención es que quien necesite trabajar con datos o generarlos respecto a Ponent pueda acudir al Veina’t.
Este mes comenzarán
a trabajar las primeras comisiones de trabajo del proyecto Veina’t
a trabajar las primeras comisiones de trabajo del proyecto Veina’t
El segundo espacio es el corazón del proyecto y la intención es conseguir que los actores que participaron en el diagnóstico y todas las personas que se quieran sumar comiencen a trabajar en red. Una de las metas es consensuar las acciones que hacen falta para mejorar las condiciones de vida en Ponent entre 2023 y 2025. Para ello, además, se espera construir entre todos el mapa de recursos y activos del territorio. «Que por fin lo que se hace esté conectado; que sepamos qué se hace y qué se puede hacer».
El tercer espacio son las comisiones de trabajo que van a activar los proyectos o acciones en consonancia con los objetivos del plan. Las primeras van a comenzar a trabajar este mes.
El reto, resume Cantos, está en la cogobernanza con las personas del barrio y en que los políticos den un apoyo definitivo.
