La explosión de gas La Rambla Nova: «Temíamos que hubiese algún fallecido»

La acera se interrumpe a la altura del número 26 de la Rambla Nova. Las vallas metálicas azules y la cinta de plástico con la palabra Mossos d’Esquadra delimita la anchura de la fachada del restaurante Koyo, que en la tarde de este domingo tuvo una explosión provocada por una acumulación de gas en la cocina.

La noticia del día después ha sido la recuperación de los siete heridos en la tarde dominical, todos ingresados en los hospitales de Joan XXIII y Santa Tecla. A lo largo de la mañana han recibido el alta y han podido volver a casa. Cinco son trabajadores del restaurante de comida japonesa, dos eran peatones que en el momento del estallido recibieron el impacto de las cristaleras al fragmentarse hacia la calle.

Y es que el sobresalto fue mayúsculo. Algunos los curiosos se han acercado a ver como seguían los trabajos de investigación para esclarecer cuáles fueron los motivos del accidente, que el Diari avanzó ayer que podría tener una primera hipótesis consistente: la manipulación de una llave precintada por una fuga detectada en la mañana de los hechos.

Los vecinos que recorrían este tramo de la Rambla Nova desviaban la mirada más allá de las vallas. Observaban parte de los daños materiales que la onda expansiva provocó.

«Temíamos que hubiese algún fallecido, ya que pasó en una hora dónde la gente suele terminar de comer y los trabajadores siguen dentro», comentaba Gloria, una vecina, mientras contemplaba el local. La providencia quiso que el local estuviera vacío de clientela y sin las colas habituales para recoger comida. Ello permitió que la cifra de heridos fuera pequeña e incluso que la desgracia no hubiera terminado en una catástrofe mayor.

Andreu, otro vecino de la zona, asegura que vive a unos 30 metros del restaurante. «Escuchamos la explosión, salimos al balcón, vimos los cristales y llamamos al 112 sin saber muy bien qué había pasado». Después del estallido, silencio. Pero rápidamente se llenó este vacío con un gran número de sirenas de Bombers, Guàrdia Urbana de Tarragona, Mossos y SEM.

En los pisos superiores, hoy lunes se ha hecho vida normal. Encima hay una notaría y sus trabajadores han podido acceder sin problema. De hecho, la cocina donde hubo la explosión estaba más al fondo de los bajos, por lo que este piso situado encima del restaurante no ha sufrido ningún desperfecto.

Esta mañana los peritos y los administradores de la finca sehan acercado al local para analizar el alcance de los desperfectos generados por la explosión, todavía notablemente visibles. Por suerte son daños subsanables y la estructura, lo que podía poner en jaque el inmueble, no estaría afectada.

Las secuelas de la explosión todavía darán que hablar. Falta esclarecer si la explosión finalmente fue una negligencia y cuando se repararán los daños para reabrir el local, uno de los más frecuentados por su original cocina japonesa.