El Parlament de Catalunya aprobó la semana pasada instar al gobierno de la Generalitat a impulsar medidas destinadas a mejorar la asistencia sanitaria en las actuaciones sanitarias. Hoy en día no existe ninguna ley ni ninguna normativa que regule cuales deben ser los dispositivos sanitarios mínimos que deben haber en una diada. Todo lo que se hace en este aspecto nace de la voluntad de las collas y, sobretodo, de la Coordinadora de Colles Castelleres de Catalunya (CCCC). La entidad paraguas lleva años reivindicando una normativa que marque las reglas del juego en este aspecto.
La temporada pasada fue clave para reabrir el debate sobre los dispositivos sanitarios. Primero por la caída que sufrió la Colla Vella dels Xiquets de Valls durante la diada de Sant Fèlix de Vilafranca del Penedès, en la que la pequeña Mia quedó herida de gravedad y tuvo que ser evacuada en helicóptero hasta el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. Además, por falta de ambulancias, más de una diada se vio interrumpida durante varios minutos. Recordamos, por ejemplo, la de Torredembarra, que estuvo parada tres cuartos de hora.
La propuesta aprobada por unanimidad por el pleno del Parlament en el marco de una comisión de cultura fue impulsada por Junts y ERC, con la complicidad de la Coordinadors de Colles Castelleres de Catalunya (CCCC), entidad que lleva años trabajando en la mejora de la asistencia sanitaria.
La idea de la propuesta es ampliar el contenido de un decreto ya existente, el 30/2015. Es un decreto que habla sobre la reglamentación legal de los correfocs y de las collas de diables y lo ideal sería añadir la regulación de los castells en términos de asistencia sanitaria.
«La ampliación del decreto vigente posiciona las recomendaciones de la Coordinadora como rango de ley y protege a las collas independientemente de su nivel económico», explica Albert Torres, presidente de la CCCC.
Una de las recomendaciones de la CCCC es adaptar los dispositivos sanitarios en función del tipo de actuación. En el caso de una diada con una colla y castells no límite –es decir que entren dentro de sus posibilidades–, el mínimo establecido debería ser de una ambulancia tipo B –de Suport Vital Bàsic–, y en el caso de dos collas y castells no límite, se debería contar con una ambulancia B y otra de tipo C –Suport Vital Avançat–.
En el caso de actuaciones grandes, en las que participen tres o más collas y donde se prevean castells límite, la recomendación es de un punto médico avanzado –más conocido como hospital de campaña–, además de dos ambulancias por cada dos collas.
«De esta manera, permitiremos una gran coordinación entre el equipo sanitario de las collas, que es quien mejor conoce la actividad, y los dispositivos sanitarios oficiales», dice Sílvia Simó, asesora del área médica de la CCCC, quien añade que «gracias a los protocolos establecidos, en el caso de lesiones graves, se puede hacer una atención inmediata, así como, en el caso que fuera necesario, una intervención especializada y coordinada con el dispositivo de manera eficaz. Además, en el caso de lesiones leves, se liberan las unidades de Urgencias de los hospitales cercanos, ya que la actuación se puede hacer in situ o derivar al centro donde vive el herido».
Revisión del casco
La propuesta va acompañada de otras iniciativas de investigación sobre como mejorar los elementos de asistencia para los castellers. Después de casi 20 años de la puesta en marcha del casco para la canalla, la CCCC ha impulsado una revisión exhaustiva para mejorar y reforzar el sistema de retención del casco. También se estudia ampliar la zona de protección, especialmente en la frente y en el contorno de los ojos, con el objetivo de reducir al máximo las lesiones.
