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    La inflación también acaba con el boom del autoconsumo solar en Tarragona

    La subida de precios, el alza de tipos y el abaratamiento de la factura de la luz reducen este año el despliegue de la fotovoltaica residencial en la provincia

    30 noviembre 2023 20:36 | Actualizado a 01 diciembre 2023 14:00
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    «Desde 2022, en cada trimestre de este año se ha ido bajando un 20%. Si comparamos con todo el año pasado, aún estamos con más instalaciones, pero el ritmo se ha ralentizado, veníamos de un boom importante y de un récord y ahora se percibe un frenazo claro», reconoce Marc Segura, coordinador de la Comissió d’Energia de la Cambra de Comerç de Reus.

    El crecimiento exponencial del autoconsumo fotovoltaico en Tarragona en los últimos años se ha topado de golpe con obstáculos que han detenido su expansión, al menos en cuanto a la velocidad que llevaba hasta ahora.

    Segura señala algunos factores: «Hubo una reacción a aquella subida tan alta del precio de la energía. También tiene que ver con el inicio de las subvenciones de principios de 2022. Ahora vivimos el efecto contrario. Ha bajado el precio y las subvenciones se acaban».

    «Ahora nos encontramos con una demanda frenada y una oferta sobredimensionada», relata Marc Segura, coordinador de la Comissió d’Energia de la Cambra de Comerç de Reus

    En la ecuación ha aparecido otro componente: «Ha habido un incremento de los tipos de interés y el ahorro de las familias ha desaparecido. El resultado es un escenario en que, en cuanto a renovables, la parte de instalaciones domésticas se ha ralentizado». Todo eso se añade a que, como cuenta Segura, «han entrado más empresas a competir y han hecho que la oferta sea muy alta. Tenemos, así, una demanda frenada y una oferta sobredimensionada».

    «Se ha notado una bajada»

    Jordi Vidal, director general de Sun Systems Group, en Tarragona, admite que «seguimos haciendo instalaciones pero es verdad que todo está más ralentizado a nivel doméstico y se ha notado una bajada». Vidal denuncia también «mucho intrusismo, porque ha habido instaladores que han entrado de una forma ‘freelance’, instalándose por su cuenta».

    El meteórico aumento ha llevado a que haya incluso grandes empresas que, después de expandirse, se estén viendo ahora obligadas a reducir plantilla, por ejemplo, mediante ERE. «Son compañías que lo han basado todo en el sector doméstico, que tiene unos altibajos muy importantes. Si te lo juegas todo a esa carta, es probable que te cueste, sobre todo si has crecido con unas previsiones que se han cumplido durante un tiempo pero luego ya no responden a la realidad», aclara Segura, que habla de una «selección natural».

    El ciudadano, pues, ya no se ve tan motivado para acometer la instalación de placas en su tejado. Helena Badger, delegada de Unefcat, la principal asociación de empresas fotovoltaicas, prevé que «el mercado residencial acabará bajando alrededor del 50% a final de año, según las estimaciones».

    Las empresas que se han sobredimensionado erróneamente están haciendo recortes

    Badger repasa algunas de las causas: «Influyen los tipos de intereses tan altos y ahora muchas instalaciones no interesan tanto porque el precio de la luz no está tan caro y no existe esa sensación de urgencia que había antes».

    El precio de la electricidad en Tarragona acumula más de un año de descensos, después de que tocara techo en la primera mitad de 2022, influido, entre otros factores, por los efectos del impacto de la guerra de Ucrania.

    Desgravaciones o ayudas

    Badger alude a otros condicionantes: «A finales de noviembre se comienzan a pagar las primeras ayudas y hace más de dos años que se pidieron. Eso también es un obstáculo, porque haces la inversión y no cobras hasta de aquí a dos años. Creemos que sería más conveniente opciones como desgravaciones fiscales más estables, antes que subvenciones directas».

    «A nivel doméstico hemos notado que todo se ha ralentizado», indica Jordi Vidal, director general de Sun Systems Group

    La representante del sector en Catalunya aclara que «no hay que tomar como referencia 2022, que fue un año excepcional y espectacular». Admite esa tendencia a la baja, aunque es optimista. «Es normal que haya recortes en empresas que se dimensionaron con una planificación errónea del mercado. Pero sabemos que el camino está marcado, que se seguirá instalando fotovoltaica en domicilios, aunque el ritmo se irá graduando y no será algo tan exponencial», apunta la responsable de Unefcat.

    La subida de la hipoteca está descuadrando las cuentas familiares. «Cada vez está siendo más difícil que te puedas gastar 5.000 o 6.000 euros en una inversión así, después de más de un año de subida de precios por la inflación y con la hipoteca también creciendo», remarca Segura.

    Los precios varían en función de la instalación pero un dispositivo tipo oscila entre 6.000 y 7.000 euros

    El consultor y experto en renovables Jaume Morron agrega que «afecta sobre todo el retraso en pagar las subvenciones, que hace que la gente no invierta, además del precio de la luz, que ya no es tan alto». Pero, por encima de todo, Morron cree que la inflación y la subida de tipos figuran entre otros hándicaps principales: «Quien instalaba a través de crédito ya no lo hace porque se han vuelto más caros y quien no retiene la inversión porque necesita dedicar ese dinero a otras cosas. Las cuotas de las hipotecas se han disparado».

    «El aumento del precio de la luz provocó un boom durante el año pasado. La inflación también influye», remarca Abel Caba, comercial de residencial en Solargest

    Morron apunta a «que seguramente hacia final de año veremos una reducción de entre el 50 y el 70%», lamenta esta tendencia y cree que deber ser una inflexión para avanzar en la transición energética en otros frentes: «Hasta el momento el autoconsumo era lo único que funcionaba de las renovables en Catalunya, así que tenemos un motivo de más para acelerar la tramitación y recuperar el tiempo en otros proyectos».

    Mano de obra

    Abel Caba, comercial de residencial de Solargest, empresa ubicada en el polígono Agro-Reus, reconoce que «ha bajado el ámbito de las residenciales, sobre todo porque el precio de la luz ha descendido en relación con el pico del año pasado, que provocó un boom de la fotovoltaica». Caba admite que «la inflación influye» y apunta a que «también trabajamos a nivel industrial y con sistemas de aerotermia, no dependemos únicamente del doméstico».

    «El precio de la luz no está tan caro y no existe esa sensación de urgencia que había antes», explica Helena Badger, delegada de Unefcat

    Está por ver cómo se articula la demanda de mano de obra. Un informe de la Federación de Gremios de Instaladores de Catalunya sostenía que en la provincia hacen falta alrededor de 2.000 profesionales instaladores. En Catalunya el déficit es de 18.939. «No son cantidades que tengas que ir sumándolas anualmente. Habrá que ver cómo se dimensiona todo. Y depende de si estás calculando en función de la energía renovable que hará falta tener en el futuro. Tampoco es lo mismo un MW en una instalación industrial que uno repartido en 100 domésticas. Para esta segunda opción necesitas a mucha más gente», indica Segura.

    «Hasta ahora el autoconsumo era lo único que funcionaba en Catalunya», admite Jaume Morron, consultor en renovables

    Hasta ahora, los datos oficiales de la Generalitat en autoconsumo doméstico mostraban unas alzas muy notables. En 2018 solo había cinco instalaciones fotovoltaicas en el Camp de Tarragona. En 2022 se rozaron las 7.000 y actualmente ya son más de 10.000, según el balance a fecha de junio de este año.

    Parecida progresión se ha dado en las Terres de l’Ebre: una única instalación en 2018 y un total de 1.563 en 2022 que se enfilaron hasta las 2.466 en este 2023, según el dato más actualizado.

    «Estoy satisfecho de haber colocado placas en casa»

    Aaron Sabat instaló el año pasado paneles en su vivienda unifamiliar en El Catllar. «Lo hice cuando la luz estaba encareciéndose mucho y buscaba un ahorro, pero también fue por un tema de concienciación ambiental», explica. Aaron colocó 16 placas e instaló un sistema de aerotermia para sustituir una caldera de gasoil. En total, la inversión rondó los 27.000 euros. Para ello tuvo que pedir un crédito, antes de la subida de tipos, e hizo cuentas: «Es difícil comparar, porque cambié de comercializadora y me pasé de tarifa fija a regulada. Estoy contento. Consumo más luz por la aerotermia pero tengo un descuento del IBI. Al tener que estar pagando la inversión que hice me quedo más o menos igual, pero cuando deje de hacerlo la factura de la luz bajará y será mucha la diferencia. Estoy satisfecho».

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