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Bares, restaurantes y comercios varios. Además de un espectacular Mercat Central. La Plaça Corsini puede presumir de ser uno de los puntos neurálgicos de la ciudad con una fuerte actividad durante todo el día. Los martes y los jueves, los marchantes potencian el uso de la plaza al montar el mercadillo. Sin embargo, durante el verano se convierte en uno de los sitios de la ciudad con temperaturas más altas. Ni un espacio de sombra hasta que el sol se empieza a poner.
Es por este motivo que los bares y restaurantes de Corsini adaptan sus horarios de trabajo durante los meses más insoportables de calor. A pesar de tener grandes sombrillas para aliviar del sofoco a los consumidores de sus negocios, no parece ser suficiente para soportarlo. Esta situación genera incomodidad entre la restauración que lleva a cabo su actividad en la Plaça.
Yolanda es la propietaria de Cafè & Entrepans, una de las cafeterías de la Corsini. «La Plaça es perfecta en cuanto a ubicación y posibilidades, pero en verano se convierte en un sitio insoportable», expresó. Además, como otros negocios, ha tenido que modificar su horario por este motivo. «Nos vemos obligados a cerrar a las 15 horas y no podemos volver a abrir hasta las 20. Y hay días que el calor ha seguido siendo horrible». Yolanda también recalca la importancia de adaptar el lugar a todos los que llevan a cabo el mercadillo, una de las actividades más reconocidas en la Plaça.
El objetivo de instalar la pérgola es reducir la temperatura de la plaza durante las horas de sol, pero también evitar que el suelo absorba tanta temperatura. Yolanda ve positiva la iniciativa y espera que se haga efectiva pronto, porque de junio a septiembre pierde dinero al no poder abrir a las horas más críticas de altas temperaturas.
Exactamente en la misma situación se encuentra Àngels, dueña del BarMut. «Tenemos buena relación todos los negocios y creo que nuestra posición es clara. Ojalá pongan la pérgola ya». Aprovechó para destacar que, con la instalación de la pérgola, «se debería iluminar más la Plaça».
Además de ofrecer sombra y de este modo humanizar la zona, otro de los puntos clave de la instalación es contemplar los asientos. A pesar de dos bancos y otro sitio para descansar cerca de la entrada del Mercat, la Plaça Corsini no destaca por sus zonas de descanso. La única opción es acceder a algún establecimiento y consumir.
En uno de los asientos se encontraban madre e hija. Frecuentan mucho la zona ya que tienen un local cerca de esta. Y, de nuevo, la opinión es clara. «Tenemos que cruzar por aquí y ha habido días que damos la vuelta para buscar algo de sombra. Deberían acelerarlo ya y tener en cuenta que hay personas mayores que necesitan descansar un rato para poder seguir», expresan ambas.
