«El hotel que ya iba más justo, al que ya le costaba más salir adelante, cuando llegó la pandemia vio cómo todo se agravó. Por eso algunos gestores decidieron no seguir y poner el activo a la venta, aunque la casuística es muy diversa, hay de todo», explica Jonathan Campos, asesor inmobiliario de la agencia Campos y Konstatinova, en Cambrils. La compañía vende, por jubilación de los propietarios, un establecimiento en Mont-roig del Camp por 1,2 millones de euros. Es solo un ejemplo de los 17 hoteles que están a la venta en la provincia, según un reciente informe del portal Idealista.
El balance constata un aumento que en toda España se sitúa en el 13,6%. En Tarragona se ubica en el 88%, por lo que el número de estos negocios con licencia hotelera prácticamente se ha duplicado. Lo que está claro es que la estadística es la más alta de los últimos años, a juzgar por los recuentos del portal. En agosto de 2020, en plenas restricciones del primer año de la Covid, había 10; un año más tarde, en verano de 2021, el dato era solo de cinco. Idealista reconoce que «la oferta con estas características no ha parado de crecer desde el estallido de la pandemia». Hace dos años, en octubre de 2020, el dato era de nueve, según siempre la misma estadística recopilada.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que la buena campaña de este año puede haber sido un salvavidas para muchos negocios, si bien los altos precios de la energía se han convertido en otro obstáculo. «El hotel, o cualquier negocio, que iba justo no ha podido resistir tantos meses cerrado y ahora se percibe», explica Lidia Gómez, agente inmobiliario de Gran Real State. En su caso, es un club cerrado, apto para ser un hotel, lo que está en venta en Cunit.
«A los hoteles a los que la pandemia les cogió más justos han tenido que salir a la venta», explica Jonathan Campos, asesor inmobiliario
Los ejemplos son variados: un hotel rural cerca de Montblanc por 1,6 millones, otro por 475.000 euros en El Perelló, otro en Xerta por casi dos millones y algunos de elevada envergadura económica: 19 millones y más de ocho por sendos edificios hoteleros en la Costa Daurada. «Cuando compran, los inversores suelen adaptarlo y reformarlo», explica Jonathan Campos, que advierte un cierto movimiento al respecto: «Hay inversores que se interesan por estos activos de más volumen, no solo en la costa, sino también en pasajes naturales del interior. También se mueven para comprar a un precio más barato que el que podía haber hace unos años».
Situación «de incertidumbre»
La plataforma Idealista admite que «pese a que nos encontramos lejos de la presión de un confinamiento y de un estado de alarma, la situación económica sigue siendo de incertidumbre con motivo de las consecuencias de la guerra y sus efectos sobre una tasa de inflación disparada». También apunta como causante «a la subida de los tipos de interés del dinero, algo que también está afectando al sector turístico y, en particular, al hotelero en nuestro país».
Sin embargo, la sensación en el sector es de que la oferta hotelera de la Costa Daurada, al menos la de más solera y magnitud, ha sabido aguantar mejor de lo esperado. «No hemos notado un gran incremento de hoteles que se tengan que poner en venta por cuestiones económicas. Quizás influye que nuestro tamaño más común es medio-grande y hablamos de una planta consolidada, con muchos negocios que estaban en buena situación. Al ser hoteles de muchos años, no tenían grandes deudas y han podido aguantar mejor», explica Albert Savé, presidente de la Associació Hotelera Costa Daurada i Terres de l’Ebre.
«Las grandes cadenas de hoteles han aguantado bien», sostiene Albert Savé, presidente de la Associació Hotelera Costa Daurada i Terres de l’Ebre
Savé, eso sí, matiza: «Los precios de la energía son algo que pasa factura, después de haber pasado dos años realmente malos. La temporada ha sido buena pero la rentabilidad no se acerca a la de 2019, porque los costes han sido mayores». Savé indica que «los hoteles de una gran cadena a veces tienen más margen para resistir, porque pueden jugar con los activos de otros lugares o quizás se han podido endeudar más». «Nos sorprende que algunos hoteles que han llegado a estar dos años cerrados hayan aguantado tan bien», reconoce Albert Savé.
En algunos casos la venta se realiza por jubilación. «Mis hijos no tienen muchas ganas de seguir y yo estoy cansado. Por eso quiero dejarlo, aunque el negocio funciona bien», dice el responsable del Hostal La Diligencia, en Cunit.
«Tengo ganas de jubilarme»
La falta de relevo generacional dentro de las familias es también el motivo tras la transacción pendiente de Lo Molí de Rosquilles, un antiguo molino de aceite declarado Bien Cultural de Interés Local, en Masdenverge (Montsià), que es hotel y restaurante. «He cumplido 66 y tengo ganas de jubilarme. Mis hijos no tienen ganas de seguir, y eso que el negocio funciona bien, incluso nos salvamos de la pandemia, como destino rural. Nunca ha faltado el negocio y el trabajo», admite Estanis Tomàs, gerente y propietario.
Otros grupos inversores son los principales candidatos para quedarse con un hotel de Montblanc que funcionó muy bien durante los años 80 y que ahora está esperando relevo. Tiene 30 habitaciones reformadas y 15 por reformar. Cuesta 3,5 millones. Rambla Vella Finques se encarga de llevar a cabo la operación.
«El proyecto se acaba»
Donde la pandemia y ahora la escalada de precios parecen impactar más es en el Hotel MR Tarragona, en el barrio de Torreforta. Este negocio también busca comprador, aunque seguirá abierto mientras encuentre y elija a uno. «Ahora hemos abierto el bar para hacer desayunos, por ejemplo. La idea, si saliese alguien interesado, es vender la propiedad. Hemos cubierto un ciclo y el proyecto acaba», explica Javier Rojano, el gerente, que admite: «La pandemia o los precios que estamos pagando por todo son factores que también influyen. Seguiremos abiertos hasta que alguien quiera comprar».
«Los cierres por la pandemia y los precios han influido», admite Javier Rojano, gerente del Hotel MR Tarragona
Los hoteles disponibles han crecido en numerosas provincias, según las estadísticas de Idealista. En Girona hay 69, después de un aumento de casi el 28%. Supera a Barcelona (60). Detrás de Tarragona (17) figura Lleida, con solo cinco negocios brindados en la web. En España se venden un total de 1.079 inmuebles con licencia hotelera. Las regiones que concentran mayor stock de hoteles son todas costeras, encabezados por Baleares y Málaga con más de 90 hoteles en el mercado cada uno.
Idealista se hacía eco también estos días de una encuesta que sostiene que los hoteleros europeos ven la crisis energética como el mayor reto. Una mayoría (89%) citó los costes energéticos como uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan, según un informe de Statista, en colaboración con Booking.com, realizado este otoño y que abarcó a 23 países. A los hoteleros también les preocupa la situación económica general (56%), así como los costes de personal (55%)
