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    Los médicos con problemas de salud mental se duplican en Tarragona

    La pospandemia y el estrés laboral arrastrado conllevan un aumento de casos. Los profesionales que los sufren tienden a esconderlos para no ser estigmatizados

    14 abril 2023 15:35 | Actualizado a 16 abril 2023 07:00
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    El colectivo sanitario siempre ha sido más proclive a padecer problemas relacionados con la salud mental. Ya desde antes de que la Covid salpicara a los facultativos, el doctor José María Ceriani publicaba en uno de sus informes que «desde hace muchos años, la salud de los médicos mereció suma atención por las potencialmente graves implicancias, en ellos mismos y en los pacientes». «Tradicionalmente, la mayoría de la gente suponía que los médicos no se enfermaban o que era muy infrecuente, ya que estaban convencidos de que ellos mismos sabían cuidarse bien y que podían evitar su enfermedad o curarse rápidamente porque conocían la ciencia médica», añade el doctor Ceriani en su editorial de 2019.

    «Tradicionalmente, la gente suponía que los médicos no se enfermaban porque conocen la ciencia», José María Ceriani, doctor

    Lo cierto es que los facultativos presentan un alto grado de agotamiento. Es algo que se arrastra desde años atrás, pero que se ha acentuado con la presión provocada por la pandemia. Turnos interminables, miedo al contagio, la muerte al lado, infinidad de protocolos... El burnout quema más que nunca. Tan es así que el programa d’atenció integral al metge malalt (PAIMM) –activo desde 1998 y que atiende a médicos colegiados con problemas de salud mental o adicciones– ha duplicado sus pacientes en Tarragona con respecto al 2020 –cuando hubo once– y los ha triplicado desde el 2019 –con cinco casos–.

    En 2022, diecisiete profesionales de la demarcación solicitaron el soporte del PAIMM. Del total, cinco lo hicieron por un trastorno adaptativo, tres por una reacción a estrés grave, tres más por dependencia al alcohol y dos por episodios depresivos moderados. Además, hubo un caso por trastorno depresivo mayor, uno por dependencia a estimulantes, otro por trastorno del pánico y otro más por trastorno de ansiedad.

    «Esto es solo la punta del iceberg, hay muchos compañeros que lo sufren y no lo comunican», Manuel Carasol, doctor y secretario del Col·legi Oficial de Metges de Tarragona

    El secretario del Col·legi Oficial de Metges de Tarragona (COMT), el doctor Manuel Carasol, afirma que «esto es solo la punta del iceberg, hay muchos otros compañeros que están haciendo uso de recursos que no son el PAIMM por el motivo que sea, existe mucho malestar psicológico en los profesionales al que aún no se ha llegado». En palabras de la delegada del Sindicat de Metges de Catalunya en Tarragona y doctora geriatra de la unidad de curas paliativas en Joan XXIII, Tani Francesch, «los médicos nunca han sido de coger bajas, pero últimamente han incrementado».

    La losa va haciéndose más grande con los años, y es que el pasado 2022 hubo 42 casos activos. Un dato que ha ido subiendo, ya que, en 2019, por ejemplo, los casos activos eran 27; en 2020, 34, y, en 2021, 37. Para los tratamientos activos hay diferentes vías de actuación. En todo el 2022, se realizaron veinte primeras visitas, 220 visitas sucesivas, cuarenta sesiones de psicoterapia individual, 131 sesiones de hospital de día, dos intervenciones de trabajo social, cuatro ingresos hospitalarios, 162 controles toxicológicos, 34 psicoterapias grupales y una psicometría.

    «Antes de la Covid, ya se percibía un aumento de casos generalizado», Tani Francesch, delegada del Sindicat de Metges de Catalunya en Tarragona

    De los 34 episodios activos en 2021, hubo doce primeras visitas, 172 visitas sucesivas, dieciséis sesiones de psicoterapia individual, 102 sesiones de hospital de día, seis intervenciones de trabajo social, seis ingresos hospitalarios, diecisiete controles toxicológicos y quince psicoterapias grupales.

    Los sanitarios son a estos problemas por las situaciones que viven fruto de su trabajo

    Diferentes impactos

    «Las causas del agotamiento en los médicos son complejas, se suele decir que se trata de una pérdida del entusiasmo en el trabajo, que lleva a una disminución progresiva de la satisfacción de ejercer la profesión en la práctica cotidiana», apunta Ceriani. «Se observa más frecuentemente con el aumento de la carga de trabajo, las presiones constantes del tiempo, el escaso pago en las instituciones privadas, la inadecuada atención al paciente, las tareas burocráticas...», añade. Un largo etcétera que se hace cada vez más interminable.

    «Los profesionales de la salud hemos sido formados para cuidar y no tanto para cuidarnos a nosotros», Toni Calvo, psicólogo y director de la Fundación Galatea

    «La pandemia ha sido un antes y un después», argumenta Carasol. «El estrés y la sobrecarga que vivimos en nuestro trabajo tras la Covid ha propiciado que más compañeros soliciten ayuda», añade. No obstante, según Francesch, «antes del coronavirus ya se percibía un incremento». Un incremento que es un reflejo social, también. Los facultativos están expuestos a muchos factores psicosociales de riesgo que condicionan su ejercicio y su salud: «A todos nos ha tocado vivir situaciones extremas desde el punto de vista emocional», confiesa Carasol. «Hemos estado en primera línea, luchando contra situaciones que nunca antes habíamos experimentado», reconoce Francesch.

    Un problema de salud mental puede repercutir en el tipo de atención que recibe el paciente

    La carga extra de trabajo que sufren los profesionales sanitarios, a causa de los recortes que han ido produciéndose, sumada a la constante evolución que se les requiere, supone otro factor de riesgo. «También hay muchos médicos que trabajan solos, otra variable que influye», apunta Carasol. «Ibas a trabajar y no había nadie por la calle, no sabíamos de qué manera actuar, son cosas que afloran tarde o temprano», recuerda Francesch.

    Problemas que se esconden

    Estas situaciones pueden derivar en depresión, estrés, desapego, trastornos emocionales como tristeza o pérdida de los afectos, abuso de sustancias medicamentosas, del alcohol y de derivados. «También es cierto que a los médicos nos cuesta exteriorizar nuestros problemas, pensamos que por el hecho de ser médicos sabemos tratarnos y no es así», comenta Carasol. «A veces, este malestar se oculta», añade. «Tradicionalmente, no somos buenos pacientes, nos cuesta», reconoce Francesch. El director de la Fundación Galatea, organismo que gestiona el PAIMM, Toni Calvo, lo reconoce: «Los profesionales de la salud hemos sido formados para cuidar y no tanto para cuidarnos». «Creo que no debería olvidarse la formación en materia emocional», añade.

    «No se descansa, acaban haciéndose más horas al día», Anna Morros, psicóloga de las Organizaciones y el Trabajo

    Ante este tipo de situaciones, algunos profesionales pueden llegar a optar por automedicarse: «El uso de medicamentos autorrecetados es lo más frecuente y de mayor preocupación, ya que son más propensos que la población general a usar tranquilizantes, sedantes y estimulantes», confirma Ceriani. Los colegiados también pueden notificar que uno de sus compañeros está sufriendo una situación compleja para que el COMT tenga conocimiento. «Hay que tener en cuenta la importancia de que los médicos estemos bien física y psicológicamente para poder dar una buena atención a los pacientes, que ponen en nuestras manos lo más importante que tienen», destaca Francesch.

    Cuando se presenta un caso en el PAIMM, una unidad de acogida hace una valoración del caso. A partir de ahí, se establece el tratamiento a seguir, que puede ir desde una serie de visitas programadas de manera periódica hasta un internamiento. Si es un caso grave de adicciones o una patología dual, se deriva al paciente directamente a la clínica. Allí, se vuelve a realizar una evaluación y se inicia el proceso progresivo para sanar al profesional y que, poco a poco, vuelva a ejercer. «Es un proceso lento», revela Calvo.

    La carga hacia el colectivo sanitario no ha menguado con el ocaso de la Covid. A causa de las condiciones laborales, el estrés soportado y la carga de trabajo, ahora empiezan a florecer casos cultivados durante todos estos años.

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