Mas d’en Sorder está a las últimas y cada vez se hace más evidente el estado de deterioro de un inmueble que es otro ejemplo de la decadencia de las masías fortificadas que rodean la ciudad, como el Mas de la Creu o el D’en Pastoret. Estas se edificaron entre los siglos XIV y XVI, e incorporaban torres de vigilancia para alertar de las incursiones piratas o de enemigos de diversas procedencias. Mas d’en Sorder estaba formado por una planta cuadrada de 3,5 metros de lado y una altura de doce metros. De hecho, esta es la parte que se mantiene en un mejor estado de conservación, ya que posteriormente fue reformada.
En cuanto a la masía antigua, está formada por diferentes edificaciones. Sin lugar a dudas, uno de los elementos más icónicos es la cúpula modernista, que está catalogada como Bé Cultural d’Interès Local (BCIL).
El estado de conservación del conjunto arquitectónico es lamentable, ya que se han producido diferentes desprendimientos, que hacen que ahora mismo la estructura suponga un claro peligro. Techos y escaleras se han derrumbado con el paso de los años.
Los cascotes en el suelo y los hierbajos comparten espacio con la mugre, neumáticos tirados y restos de todo tipo de objetos que llevan años abandonados. Se hace evidente que el interior ha sido ocupado en reiteradas ocasiones, ya que las paredes están llenas de grafitis.
El inmueble, de propiedad privada, quería recuperarse como hotel con encanto vinculado a las instalaciones deportivas.