Talleres en Tarragona para no 'perder' a nuestros mayores

Sociedad. La pandemia ha obligado a reinventar algunas actividades cruciales para los mayores

30 abril 2021 05:55 | Actualizado a 05 mayo 2021 15:56
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Joan cuenta que una de las cosas que su  madre (82 años, diagnosticada de Alzheimer) más echó de menos durante el confinamiento fue la rutina de ir al espacio social de la Fundación Catalunya la Pedrera en Ramón y Cajal. Ella era una de las participantes del programa REMS (Refuerzo y Estimulación de la Memoria y la Salud) y tenía allí buenos compañeros.

Pero esa actividad, como tantas destinadas a mayores, no ha podido volver a realizarse por las restricciones que impone la pandemia. Joan y sus hermanos compartían la misma preocupación: que su madre, en medio del encierro, estaba perdiendo forma física y también mental. 

Era una preocupación compartida con quienes estaban involucrados en el programa. Así fue como lo que comenzó como un intento durante el confinamiento por no perder el contacto se ha convertido en un completo servicio que ahora se ofrece sin necesidad de moverse de casa.  

Tecnología mediante

Pere Roy, neuropsicólogo y gestor del programa en Tarragona y Reus, explica que lo ideal es acudir a las actividades presenciales, pero mientras esto no sea posible la idea es que las personas sigan activas; algo clave para mantener la mayor autonomía posible.

El servicio, que han bautizado como ‘REMS a casa’, ofrece tres opciones. La primera es un servicio online en el que la persona, a través de un ordenador o tableta, puede seguir las sesiones que han diseñado los profesionales del REMS. Hay desde actividades cognitivas hasta ejercicios físicos y talleres de creatividad. En estos casos la persona recibe, además, una llamada semanal de media hora del neuropsicólogo para hacer seguimiento de las actividades y recibir el apoyo emocional que necesite.

Las actividades se adaptan a los  intereses, los gustos y la historia de vida de cada persona

Hay una segunda modalidad que consiste en que los profesionales se desplazan a la casa de los usuarios para hacer las actividades en persona. Es justo lo que está haciendo la madre de Joan y que la mantiene motivada ahora que su actividad social se ha reducido al mínimo. «Estamos contentos, es un servicio muy bueno. Pere habló con nosotros de sus gustos, de sus aficiones...», cuenta Joan.

Y esa es una de las claves, explica Pere Roy, que en estas sesiones todo lo que se hace es personalizado y pactado con la familia y los cuidadores. «A medida que les vamos conociendo vamos hilando más fino». Relata, a modo de ejemplo, que hay una participante que es amante de los viajes. «Estuvimos hablando y a la siguiente sesión ella ya tenía preparado el álbum familiar para enseñarme y así comenzamos a despertar recuerdos. Con otras personas es a través de la música... Nos fijamos en la historia de vida de cada persona».

Finalmente hay una tercera opción que es seguir las actividades con otros usuarios, también desde casa, pero esta vez en grupos de cuatro a cincos personas a través de videollamada.

Los servicios, que están subvencionados por la fundación, tienen un coste a partir de 25€ mensuales. Más información en www.fundaciocatalunya-lapedrera.com.

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