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    Tarragona genera más de la mitad de la energía eólica consumida en Catalunya

    Los expertos exponen que los criterios utilizados para ubicar los parques son técnicos, pero admiten que debe haber un equilibrio. El 63,3% de los aerogeneradores están en Tarragona

    01 septiembre 2023 17:58 | Actualizado a 02 septiembre 2023 18:55
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    En la demarcación de Tarragona, hay un total de 536 aerogeneradores en servicio: 343 están en las Terres de l’Ebre (el 64%) y 193 en el Camp (el 36%), según los datos del Departament d’Acció Climàtica. La contribución tarraconense a Catalunya es del 63,3% de los molinos eólicos instalados y activos en la actualidad y de un 57% de toda la potencia puesta en liza: el Ebre aporta un 42% del total de MW en funcionamiento en Catalunya y el Camp un 15%.

    Por otra parte, Lleida contribuye con un 23% de aerogeneradores y un 28% de la potencia y Barcelona con un 14% de molinos y un 15% de los MW totales. En la demarcación de Girona, no hay ningún parque en funcionamiento. El equilibrio territorial siempre ha estado en tela de juicio en este aspecto. Sin embargo, por lo que a energía eólica se refiere, la igualdad se torna complicada por factores climatológicos: no todos los territorios son propensos al viento.

    Por comarcas, el Baix Ebre y la Terra Alta son las dos que más aerogeneradores instalados albergan: 161 cada una. En total, es el 38% de todos los que hay activos en toda Catalunya.

    «Los territorios que asumen más carga deberían tener más compensaciones», Maria Llop, catedrática de Economía URV

    «Es cierto que hay una desproporción entre Catalunya y Tarragona y también entre el Camp y las Terres de l’Ebre, pero la energía eólica no puede ubicarse en todos lados; los terrenos susceptibles de acoger un parque deben tener unas condiciones determinadas porque, si la zona no dispone de suficientes horas de viento, la instalación no es rentable», expone Maria Llop, catedrática de Economía y miembro del Centre de Recerca en Economia i Sostenibilitat (ECO-SOS) de la URV. «Esto limita relativamente los espacios en los que es eficiente incluir parques eólicos», añade. Por ello, la parte sur de Catalunya es donde más afluencia hay.

    Llop manifiesta que hay una gran parte de la geografía catalana en la que la energía eólica difícilmente sería todo lo eficiente que puede llegar a ser en otras ubicaciones. El consultor en comunicación de proyectos de renovables y exgerente de EolicCat –asociación que agrupa a empresas eólicas catalanas–, Jaume Morron, pone un ejemplo: «En el área metropolitana de Barcelona, existe una limitación territorial: no hay terreno disponible». «Eso sí, según mi criterio, hay que intentar que todos los puntos que tengan opciones de albergar renovables exploten sus posibilidades; no es admisible que Girona, que tiene opciones, no tenga ni un molino en funcionamiento; los territorios tienen que ayudarse entre ellos dentro de sus capacidades», añade.

    El exdiputado Xavier Sabaté, que forma parte de diversos grupos que se dedican a estudiar la planificación energética, advierte que «no tiene sentido pensar en la generación de energía por demarcaciones, veo más lógico imaginar una estrategia global». Igual que Morron, apuesta por una colaboración interterritorial: «Todos debemos poner de nuestra parte, ya que necesitamos terreno para destinarlo a renovables».

    Lo que argumenta Llop es que «el hecho de acoger parques eólicos no debería de ser negativo, siempre que se dieran una serie de circunstancias: instalamos energía renovable para solventar una externalidad negativa, que son las emisiones de dióxido de carbono, lo que pasa es que la corrección de dicha externalidad recae sobre determinadas zonas, pero el beneficio es global».

    $!Aerogeneradores en funcionamiento por comarcas en toda Catalunya. Fuente: Departament d’Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural.

    «Para tratar este desequilibrio, podría iniciarse un sistema de compensaciones por los posibles perjuicios, básicamente paisajísticos, que sufran los territorios eólicos», añade. En esta misma línea, Sabaté aclara que «las compensaciones son necesarias para que haya una mayor aceptación social».

    Actualmente, los beneficios que estas comarcas están teniendo son relativamente reducidos: por una parte, a través de ingresos municipales vía el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE) y otras fórmulas. También por una especie de alquiler que las empresas pagan por tener sus molinos plantados en la zona: «No son unas cantidades excesivamente importantes y, por lo tanto, no es una compensación suficiente», aclara Llop.

    «Cada zona debe aportar lo máximo posible en función de sus posibilidades», Jaume Morron, consultor en comunicación de proyectos renovables

    Retrasos para iniciar proyectos

    El 42% de los aerogeneradores que se encuentran ahora mismo en tramitación estarían situados en la demarcación de Tarragona –62 de 146–. El pasado año, se autorizó la ampliación del parque de Colladetes en el Perelló. Están aún en tramitación varios proyectos en la Ribera d’Ebre, especialmente en Tivissa, Flix, Vinebre y Rasquera. La Generalitat gestiona las propuestas de menos de 50 MW, mientras que el Ministerio hace lo propio con las más potentes.

    Hace años que el sector reclama mayor celeridad en los permisos: «La gestión de la implantación de nuevos parques es muy compleja y muy larga, además de que hay cambios constantes de normativa; es muy complicado en Catalunya», remarca Llop. «Es conveniente que haya una política clara sobre el tema», añade.

    Morron apunta que «pueden pasar hasta tres años desde que se planifica un parque hasta que se reciben los permisos». «Cuando se apruebe la nueva directiva europea, el tiempo máximo será de dos años», añade. Por su parte, Sabaté expone que «por tener que esperar tanto, muchos inversores ya ni vienen a Catalunya».

    «El excesivo tiempo de espera para obtener los permisos no atrae a los inversores», Xavier Sabaté, exdiputado y miembro de grupos de planificación energética

    La fotovoltaica, más repartida

    Hay algo más de equilibrio territorial en la energía solar fotovoltaica, ya que los factores ambientales son más uniformes. De las 2.391,1 hectáreas que hay en tramitación actualmente en Catalunya de superficie fotovoltaica, 1.270 corresponden a Tarragona. Por otra parte, de las 1.663,9 que hay ya autorizadas, 239,4 son de la demarcación. En Lleida, ya se han autorizado más de 800.

    Las principales instalaciones que se plantean en Tarragona son en municipios como Ascó, el Pla de Santa Maria, Alcover, Tivissa, Cabra del Camp, l’Ametlla de Mar, Gandesa o Rasquera. La mayoría de las que se encuentran en tramitación en la demarcación se colocarían en la Conca de Barberà y en la Ribera d‘Ebre, mientras que las ya autorizadas están, en mayor parte, en el Alt Camp.

    «La energía fotovoltaica está más atomizada y no tiene tanto impacto paisajístico», indica Llop. En la misma línea, Morron señala que «hay posibilidades de instalar energía fotovoltaica en todos lados».

    Catalunya va tarde en la generación de energías renovables. Los expertos coinciden en señalar que la estrategia debe ser global y que todos los territorios deben colaborar.

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