El sector industrial demuestra su importancia estratégica ante la crisis

La rápida capacidad de adaptación del tejido productivo del Camp de Tarragona y Terres de l’Ebre a las demandas de una industria sanitaria de emergencia son un ejemplo a tener en cuenta

08 mayo 2020 10:40 | Actualizado a 13 diciembre 2020 01:28
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La industria del Camp de Tarragona y Terres de l’Ebre tiene motivos para reivindicarse. Desde el inicio de la crisis del coronavirus, no son pocas las empresas de las comarcas del sur de Catalunya que se han volcado en la fabricación y suministro de componentes y productos destinados a la lucha contra la Covid-19.

Una tupida red se ha ido estructurando y ampliando a lo largo de estas últimas semanas. Empezó con canales de Telegram, cuentas en Twitter, páginas web creadas en 24 horas, campañas de crowdfunding y donaciones, entregas y recogida de material de forma altruista, a coste o con márgenes cortos. Siguió con jornadas sin mirar las horas ni el calendario de días festivos.

Las redes informales de colaboración se fueron estructurando, creando núcleos y grupos de trabajo conectados cada vez más difíciles de seguir, con iniciativas que se sucedían, se retroalimentaban y coexistían sin llegar a competir entre ellas. El espíritu de colaboración ha dominado estos días, y el boca oreja y las agendas de contactos abiertas de forma desinteresada han hecho el resto.

La demanda urgente de productos, materias primas o servicios (ingeniería, logística) a lo largo de las últimas semanas ha encontrado muy buena disposición por parte de empresas que adaptan sus líneas de producción o parte de su negocio a proporcionar estos bienes. Plataformas como #Coronavirus-ACCIÓ Virtual Desk o 3DCovid19.tech han tratado de estructurarlo. También organizaciones y asociaciones empresariales.

El resultado es una implicación profunda del tejido industrial de la demarcación de Tarragona en la producción y distribución de mascarillas, geles hidroalcohólicos, gases medicinales, productos fitosanitarios e incluso componentes para proyectos de respiradores de campaña como el Leitat 1.

Contar con un tejido industrial sólido y diversificado se ha demostrado como un activo de primera magnitud en unas circunstancias como las actuales, donde la capacidad de adaptación y la flexibilidad de muchas empresas -desde pymes familiares hasta grandes multinacionales con centros de producción en el territorio de larga trayectoria- ha sido clave en el momento de aportar soluciones concretas.

Seguir contando con este tejido industrial en la Nueva Normalidad que se atisba tras la Gran Reclusión va a ser igualmente clave para la reactivación económica, en un entorno donde la industria y los servicios asociados a ella pueden marcar la diferencia. 

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