El sushi está tan de moda que ya no es cool comerlo con salmón o atún. Eso es de novatos. Ahora se lleva la fusión. Los peruanos son los que más experimentan. La mezcla de su cocina con la japonesa es el origen del Nikkei. Un mestizaje innovador y sofisticado que ya ha llegado a los restaurantes de la provincia de Tarragona. El arroz casa con los sabores y texturas más insospechados. Ya no es territorio exclusivo del pescado crudo. Combina con pato, pollo, morcilla, tortilla francesa, pera, jamón serrano... Con casi cualquier cosa comible. Fría, caliente o hasta con forma de hamburguesa. Aveces es mejor probarlo sin pensar en lo que lleva.
En el restaurante Take Away Sushi de la calle Còs del Bou de Tarragona triunfa el de foie flambeado con manzana caramelizada. Su propietaria, Olga Vinuesa, tira de soplete para prepararlo. En su carta hay otras propuestas de sushi con ingredientes ‘exóticos’: confit de pato; vieira; queso gorgonzola con pera y nuez caramelizada; roast beef con cebolla crujiente o cangrejo de cáscara blanda (sólo cuando es temporada).
«Lo más divertido de este oficio es ir probando productos nuevos. Innovar. Para el de gorgonzola probamos antes otros cuatros quesos, el primero fue de roquefort pero lo descartamos porque mataba el sabor de la pera», explica Vinuesa. Antes de incorporar a su oferta nuevas creaciones, «usamos a clientes habituales como conejillos de indias», bromea. Una de la que más le demandan es el sushi de escalibada hecha con leña. «No siempre tenemos porque mi marido la hace expresamente en una casa». Lo intentaron con calçots, pero la textura no les convenció.
La cadena Miss Sushi también va más allá del pescado crudo. En su establecimiento de la Rambla Nova de Tarragona sirve rollitos tempurizados con arroz, morcilla de cebolla y tortilla; con foie gras micuit, manzana y una fina capa de caramelo de oro o al estilo mexicano, con maíz tostado y relleno de queso de cabra y tomates secos. Omakis con remolacha, foie, espárragos y nueces. Y de postre, sushi con leche de coco, crema de cacao y fresa o banana. «Los clientes cada vez arriesgan más, pero todavía les cuesta salir del salmón y el atún», dice la dueña, Valentina Torres.
