El necesario equilibrio entre chorlitejo, toallas y dunas en la playa

Los ecologistas señalan la necesidad de los sistemas naturales para proteger la arena

16 abril 2022 18:50 | Actualizado a 17 abril 2022 14:29
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El chorlitejo patinegro, un ave en peligro de extinción, anida en las playas. Hace unos años en Altafulla, Roda, Creixell, Torredembarra, El Vendrell, Calafell y Cunit se impulsan iniciativas para preservar esas puestas acotando espacios en los arenales.

El primer nido de la temporada se localizó hace unos días en Calafell y poco después se han visto en Coma-ruga. De manera inmediata también podrían verse en otras zonas del litoral.

El año del confinamiento fue cuándo hubo más nidos que eclosionaron con éxito al no haber presión humana en las zonas de cría. Sin embargo con el levantamiento de las restricciones volvieron las amenazas para la especie.

Grupos ecologistas como Gepec y Geven y los municipios que acotan tramos de playa para la protección del ave y la recuperación dunar que haga unas playas más resistentes a los temporales, piden que se respeten las zonas balizadas.

Sin embargo, con la llegada de la temporada de playas esas zona de protección, recuperación y protección frente a los temporales, levantan quejas en algunos bañistas.

Antropización

Se han incrementado las quejas de quienes consideran que se ha recortado espacio para extender la toalla, hay plantas que pinchan los pies o no se retiran las algas que ha sacado el mar.

La situación muestra el difícil equilibrio entre la defensa de las playas con sistemas que intenten hacerlas más resistentes a los temporales y la antropización que entiende esa primera línea como un mero espacio de ocio para unos meses del año.

La apuesta por la recuperación dunar con la plantación de especies autóctonas que tiene sus características necesarias en un ecosistema costero es, según los ecologistas, la única manera de intentar retener arena y que la costa sea más resistente a los temporales. De lo contrario, señalan , no habrá playas para extender toallas.

La llegada del chorlitejo para poner los primeros nidos activa la necesidad de respetar las zonas acotadas que los ayuntamientos señalan que están ubicadas en tramos donde no solían ponerse los bañistas.

Especialmente se pide evitar que los perros entren en las zonas de nidificación ya que son los principales causantes de los daños en las puestas, más que los gatos, las gaviotas y otros predadores.

El ave tiene su espacio natural cerca de la orilla pero la elevada presencia humana ha motivado que retroceda y haga sus nidos en las zonas de incipientes dunas ya que tampoco busca una excesiva vegetación. Pese que puede soportar una moderada presencia humana, los ecologistas señalan como esencial proteger las zonas de nidificación.

En este sentido grupos ecologistas como el Gepec impulsan campañas para encontrar voluntarios encargados de localizar nidos y de vigilar para que puedan desarrollarse. Destacan que el uso turístico de las playas es compatible, con respeto, con las iniciativas de recuperación ya que además son la garantía de que siga habiendo playas.

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