La UPC estudiará el litoral de Altafulla

Altafulla lleva muchos meses luchando para encontrar una solución que frene, a largo plazo, el deterioro de la playa cuando hay un temporal. Por esto, más allá de las actuaciones puntuales periódicas, el Ayuntamiento ya tiene sobre la mesa un convenio con la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) para elaborar un estudio que analizará el comportamiento de las corrientes marinas en el litoral altafullense.

Iván Cáceres, investigador del laboratorio de Enginiería Marítima (LIM) de la UPC, es quien está al frente del estudio, y explica que a principios del 2023 realizarán las batimatrías -es decir, el análisis de la playa que se sumerge a causa de los temporales- para ver durante dos años, cómo actuan las tempestas a la hora de mover esta arena. «Hay que estudiar cómo se erosiona y dónde va a parar», añade. Cáceres recuerda que, en los años 90, se aportaron 250.000 m3 de arena para construir el dique emergido que hay en la costa de Altafulla. «Esta arena se ha ido perdiendo y ahora hay que reponerla cada año, pero por el déficit que hay no se aporta la cantidad suficiente», expone, y añade que «la playa de Altafulla tiene un sistema de sedimientos deficitario. Esto dificulta hasta anular por completo la aportación natural de arena de la propia playa, y la que se añade de forma manual no basta».

Con esta situación, cada vez que hay un temporal, éste retira parte de la playa y la deja sumergida en el mar. «Hay que ver cómo se mueve esta arena y esto es lo que haremos durante los dos primeros años de estudio».

Una «estructura» dentro del mar

Una vez se hayan hecho estas batimatrías, una de las propuestas que Cáceres tiene en mente es, en un futuro, «construir una estrucura sumergida -espigón- a unos 200 o 300 metros de la costa, que provoque una rotura del oleaje para que las olas pierdan energía y no se lleven tanta arena de la playa».

Con esta estructura, si se hiciera otra gran aportación de arena como la de los años 90, al no haber tanto movimiento de playa sumergida, los temporales no provocarían tanta erosión y no haría falta regenerar la arena cada año algo que, además, recuerda, «altera sustancialmente el ecosistema marino».

Solución duradera

La solución que planteará la UPC no resolverá el problema al 100%. Así lo reconoce Cáceres, que argumenta que «no sabemos a ciencia cierta qué pasará». «Cada año habrá unos 5 temporales que removerán la arena de manera significativa, pero la probabilidad de un Gloria viene cada 30 o 40, por lo tanto jugamos con parámetros estadísticos».

El coste del estudio es de 19.000 euros. Des del Ayuntamiento, la concejal de Medio Ambiente, Marisa Méndez-Vigo, celebró el haber llegado a este acuerdo: «no dará una solución inmediata, pero a la que se llegue será para largo plazo», concluyó.