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Vecinos del núcleo del pueblo de Calafell critican el plan de movilidad que pretende el Ayuntamiento para la zona. Los vecinos explican que ya llevan más de 2.000 firmas y lamentan que no se les hubiese consultado para el estudio. «No lo encontramos de un día para otro», explican.
El Ayuntamiento argumenta eliminar puntos negros como el cruce del estanco y el de la salida de la calle Eres con la rambla Mossèn Jaume Tobella. También señala que evitará giros peligrosos y reducir la velocidad en el núcleo.
Además crea zonas de acceso sólo para vecinos y que esos puntos estarán controlados con cámaras. Añade que busca reducir el tránsito de paso y priorizar el paso de los vecinos y hacer peatonales las plazas por las tardes. También se eliminan aparcamientos en las calles que han sido renovadas por lo que deberán potenciarse los estacionamientos disuasorios en el entorno.
La implementación del nuevo plan de movilidad será efectivo cuando finalicen las obras de la calle Jesús, que se han alargado por retrasos en las conexiones de la red eléctrica.
Los vecinos discrepan con la mayoría de las modificaciones, pero sobre todo lamentan la falta de información y que los cambios no han sido consensuados, «por lo que cualquier modificación no es representativa con la voluntad de la mayoría de afectados». Entre las quejas está el cambio de dirección de sentido de dos de las principales arterías del núcleo como son las calles Jesús y del Mar y que ninguna de ellas llegue a la carretera (rambla Mossèn Jaume Tobella) para todos los vehículos y sólo puedan hacerlo los vecinos.
Lamentan también el cierre de algunas calles y las plazas por las tardes obligará a dar más vueltas por las calles del núcleo, muchas muy estrechas, o que supone riesgos, además de ruidos y contaminación. También consideran los impulsores de la recogida de firmas que en la calle Jesús los coches irán a más velocidad ya que se ha creado una plataforma única, sin acera y sin aparcamientos.
El Ayuntamiento señala que el plan de movilidad ha sido consensuado en un consejo de participación ciudadana, pero los vecinos creen que un cambio de ese calado debería haberse explicado e informado en la zona y no darlo por válido en una mesa con poca participación del núcleo del pueblo.
Los que protestan contra el plan de movilidad consideran que la restricción de la circulación afectará a los negocios. «Motivará que todavía vaya menos gente de la que ahora va», lo que generará un cierre de establecimientos. En la recogida de firmas los vecinos piden reconsiderar todo el planteamiento y que se paralice el que pretende el Ayuntamiento.
