Iván Cervantes: 'La caída fue muy aparatosa, pero por suerte no me hice daño'

El piloto de Cambrils detalla desde Buenos Aires el accidente que le obligó a abandonar el Rally Dakar y dejó inservible su KTM. En ese momento era provisionalmente tercero de la etapa

19 mayo 2017 16:44 | Actualizado a 19 mayo 2017 16:44
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«Estoy un poco tocado. El día que me accidenté estaba haciendo un etapón; iba tercero en el primer control de paso…. Fue difícil tomar la decisión de abandonar, a sólo día y medio del final. Pero esto es el Dakar». Iván Cervantes resume su decepción desde Buenos Aires, a punto de emprender el vuelo de regreso a casa. El accidente que dejó inservible su KTM y la imposibilidad de seguir fueron un duro mazazo para el piloto de Cambrils, justo cuando estaba experimentando sus mejores sensaciones en carrera.

«Me he quedado a las puertas de hacer un buen resultado. Estaba el 15º, a nada del 12º», prosigue Iván, que detalla por qué le fue imposible seguir: «La caída fue aparatosa, muy fuerte, pero por suerte no me hice daño; me levanté muy rápido y arranqué de nuevo, pero al cabo de un metro y medio volví a caerme, sin saber qué pasaba. La moto estaba como frenada. Entonces vi que la rueda de delante estaba hecha un ‘ocho’; la horquilla y el manillar, doblados; el subchasis, arrancado; el sistema de navegación y el soporte del escape, rotos…».

En esas condiciones decidió que «no podía parar para pedirle ayuda a Gerard Farrés (su compañero en el equipo Himoinsa Racing y tercero en la general final que venía detrás,) porque se jugaba el podio; le hice señales para que no pasara por donde caí yo, aquel sitio era una una trampa. Luego, cuando llegó Antonio Gimeno (uno de los pilotos mochilero) decidimos que él siguiera para dar apoyo a Gerard; cuando lo hizo Dani Oliveras (el otro) pensamos qué podíamos hacer, pero yo ya había perdido 40 minutos y hubiera necesitado cuatro horas reparar la moto… y ahí decidí abandonar y llamar al helicóptero».

A Cervantes le supo mal este desenlace, «sobre todo por toda la gente que me ha dado apoyo, en especial los patrocinadores, pero esto es el Dakar». Pese a todo piensa ya en el futuro y en la próxima edición de la carrera suramericana, la de 2018: «Tendré más tiempo para hacer más navegación y puesta a punto».

Reconoce además que la prueba ha sido de lo más exigente: «Dicen que ha sido el Dakar más duro de la historia en navegación y climatología. Realmente las condiciones eran extremas; estuvimos compitiendo, por ejemplo, varios días a 4.500 metros de altitud; y en una de las etapas corrimos durante más de media hora mientras nevaba».

Tampoco olvidará «el día que se anuló la ‘Superbelén’ hicimos una ruta alternativa para llegar al siguiente campamento, que alcanzamos a las dos de la madrugada, cuando ya veníamos de la etapa maratón y llevábamos dos días sin apoyo mecánico».

En el global de su participación Iván se muestra «descontento de la primera semana; después de ser décimo el primer día, durante el segundo tuve un pequeño problema mecánico en el que me dejé 20 minutos; salí más atrás, el ritmo era más lento y un par de errores míos de navegación me dejaron el 23º-24º; en cambio en la etapa de Chalecito estuve muy bien y podía haber luchado por la 12ª plaza, hasta que sufrí el accidente…».

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