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La contracrónica

La contracrónica del Nàstic de Tarragona-Sanluqueño: Despertar tardío, orgullo y muchos interrogantes

El planteamiento generó dudas y los fallos contribuyeron al desaguisado. El equipo sacó la garra con nueve, pero Luis César deberá hacer mella en la seguridad defensiva y en conseguir plasmar la identidad que quiere en sus jugadores

La afición del Nàstic durante el partido.

La afición del Nàstic durante el partido.ÀNGEL ULLATE

Joel Medina

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Escribo estas líneas a sabiendas de que hablar a toro pasado es siempre muy sencillo. La sensación a la salida del Nàstic de Tarragona-Atlético Sanluqueño es de runrún. El conjunto grana no gustó el sábado en un partido que entregó por sus fallos individuales, sobre todo en defensa y también en ataque. El fútbol es un deporte de errores y, normalmente, sale victorioso el que menos se equivoca. Y el Nàstic se equivocó mucho. Despertó del golpe demasiado tarde y jugó mejor con nueve jugadores, cuando sacó la garra, que con once. Los primeros minutos fueron buenos, pero las equivocaciones castigaron.

Decía Luis César en la previa que, para él, todos los partidos son finales. Que el tópico de que queda mucha liga es mentiroso. El técnico no acabó nada contento porque todo lo que podía salir mal salió mal. Esto no debe ser argumento para quemarlo todo, pero sí un toque de atención para que el equipo encuentre esa identidad sobre el verde que hasta ahora le ha faltado.

Porque, a pesar de que se quiera plantear cada partido como una final, cada derrota no debe doler como una final perdida. Esta hay que digerirla e integrarla en el aprendizaje sin que trastoque la construcción en la que está inmersa la nueva plantilla. Eso sí, el Nàstic debe tener clarísimo en qué se ha equivocado, especialmente en defensa (son seis goles encajados en tres jornadas), y cerrar la herida cuanto antes.

La principal disyuntiva que se plantea en toda esta situación, y que ya provocó dudas el sábado, es la de la alineación inicial. Por diversos motivos, parece que el equipo todavía no encuentra su once de gala. Solo Toni Fuidias, Sergio Camus, César Morgado y la línea de Jaume Jardí, Juanda Fuentes y Pau Martínez han empezado los tres partidos. 

Luis César ha querido rotar en el resto de posiciones para saber qué le puede aportar cada variable y tener a los jugadores enchufados. Busca ser imprevisible, pero cabe la posibilidad de que esa imprevisibilidad genere dudas en la plantilla.

La luz: el orgullo

En un partido repleto de errores, algunos de ellos garrafales, el conjunto grana sacó el orgullo cuando se quedó con nueve futbolistas. Fue un despertar que llegó excesivamente tarde. Que ese orgullo, bien canalizado, puede ser una gran noticia, sí. Pero también debe ser un aviso para que no vuelva a ocurrir, porque para ascender hará falta algo más que la garra.

Se puede perder, por supuesto. Y se puede perder en casa, también. Pero el Nàstic no puede permitirse regalar goles y expulsiones. El cuerpo técnico y los jugadores lo saben. Saben dónde están y cuál es el objetivo. Por eso, utilizarán ese orgullo y esa herida que les ha dejado el partido para no volver a tropezar en la misma piedra. Ese debe ser el motor de este equipo, que tiene mimbres para conseguir el regreso a Segunda División.

Sorpresas

Lo primero que sorprendió –y el tiempo dirá si es error o acierto– fue el planteamiento a nivel de nombres. Era previsible que Toni Fuidias, la apuesta de Luis César, repitiera de titular, y así lo hizo. El de Berga todavía está adaptándose a un ritmo competitivo que le ha faltado durante los últimos años, y eso se nota.

En defensa, la titularidad de Sergio Santos, con un gran despliegue, se daba por más que posible, aunque la banda con asterisco es la izquierda. Sergio Camus, que fue el mejor contra el Algeciras como lateral derecho, repitió de lateral zurdo y cerrando como tercer central, mientras que Pau Martínez, autor de una asistencia ante el Algeciras, actuó de carrilero. 

Hasta que Moi Delgado coja ritmo y muestre de lo que es capaz, David Juncà se perfila como la opción más fiable en esa posición. El de Riumors está recuperándose de sus problemas en el gemelo izquierdo y podría llegar al Nou Sardenya, aunque es una incógnita si como titular.

En el centro de la defensa, volvió Enric Pujol y se cayó David Alba. Óscar Sanz y Mangel Prendes terminaron en el eje de la zaga, una posición especialmente sensible y en la que el Nàstic no ha encontrado un candado fiable desde que se marcharon Nacho González y Pablo Trigueros. De momento, parece que César Morgado es fijo y la posición que baila es la de central diestro, entre Alba y Pujol. Ante el Europa, deberán jugar ambos por la expulsión de Morgado, a no ser que el capitán vuelva a la defensa.

En la sala de máquinas sorprendió, y mucho, la no presencia de Marc Montalvo al lado de Óscar Sanz. Ambos habían sido inamovibles y parecía que el centro del campo del Nàstic iba a girar en torno a ellos también contra el cuadro gaditano. Luis César alineó a Wilfrid Kaptoum, un jugador con mucha calidad, pero que acabó expulsado. Montalvo entró en la segunda parte y fue de lo más destacado del despertar tardío.

Por delante, Jaume Jardí volvió a ser el mejor y Juanda Fuentes apareció a ráfagas aunque generó peligro. El colombiano puso un balón a Kaptoum y otro a Álex Jiménez en dos jugadas muy parecidas que podrían haber significado el 1-0. Pero el camerunés chutó flojo y poco colocado, y el murciano ni llegó a golpear.

Jiménez, hombre de la confianza de Luis César, ha sido titular en los dos últimos partidos y sentó a un Cedric que está adaptándose. El entrenador del Nàstic siempre dice que le gusta tener pólvora en el banquillo. Y comprobado quedó que el nigeriano es pólvora y tiene gol, pero salió cuando poco se podía hacer ya.

Esto sigue. No hay tiempo para lamentaciones. La competición es exigente y, como dijo Luis César, el equipo debe ser experto en olvidar, sobre todo los días en los que las cosas no salen. La clave es que todas las partes se sientan con fuerzas. Hay mimbres para llegar al objetivo. El Nàstic debe quedarse con eso. Lo que falta ahora es que tanto estos mimbres como la afición tengan interiorizada la hoja de ruta del equipo. Solo así se engancharán.

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