Josep Oliver «España podría tener más dinero para apoyar a los autónomos»

Entrevista a Josep Oliver, catedrático emérito de Economía Aplicada en la Universitat Autònoma de Barcelona

14 diciembre 2020 08:15 | Actualizado a 22 febrero 2021 18:16
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Josep Oliver es catedrático emérito de Economía Aplicada en la Universitat Autònoma de Barcelona y director del ‘Anuari Econòmic Comarcal’ BBVA

¿Qué bases tenemos para emprender el Gran Reinicio?
Este Gran Reinicio dependerá de lo que pase en los próximos meses. Cuando miras las variables del mercado de trabajo no ves esa catástrofe que algunos dicen, porque aunque ese mercado de trabajo puede haber caído un 3%, la tasa de paro no ha sufrido el desbarajuste que tuvimos en 2008 y 2009. 

El inicio de la Gran Recesión.
A diferencia de entonces, ha habido un mantenimiento de la ocupación con los ERTE, que han implicado la congelación de las plantillas y han desplazado hacia adelante posibles desempleos. No sabemos cuál será la capacidad de estas empresas de ahora hacia adelante. Tanto en el mercado de trabajo como en la deuda de las empresas, estos próximos meses serán críticos.

¿De qué manera?
Quizás a partir del próximo verano entremos en una fase de crecimiento sólida. Pero si de aquí a entonces tenemos una tercera ola de la pandemia y asistimos a la destrucción de tejido empresarial, quizás sí que la recuperación estará ahí, pero las heridas de la crisis serán más severas. Hay un aspecto que afecta a las familias, a las empresas y al volumen de endeudamiento público, que se va al 120% del PIB, y que anticipa que volveremos al Pacto de Estabilidad. Pero finalmente hay el tema de la confianza que hemos generado en el exterior.

¿Confianza en la capacidad de gestionar esta crisis?
Cuando en verano, estando yo en Francia, oigo al primer ministro francés diciendo «prohibido ir a Catalunya», me pregunto qué ha pasado. Con más de un 30% de la ocupación vinculada al turismo y al comercio, aspectos de gestión que no han sido excelentes en esta crisis nos pasarán factura. Y, mirando hacia el futuro, las heridas que dejará la Covid en el tejido productivo, dependiendo de lo que pase en los cuatro primeros meses de 2021, serán más severas.

¿Cómo se atenúa ese posible impacto negativo?
La recuperación te la juegas en dos ámbitos. El primero es la capacidad de gestión y la confianza. El segundo es el comercio internacional. Pero la recuperación exportadora ya no depende de nosotros, sino de lo que hagan China y el sector manufacturero alemán. Así que lo que nos queda es generar la confianza de que hemos acabado la pandemia con una gestión excelente. Si hacemos bien la campaña de vacunación, podrás recuperar una confianza donde habías generado desconfianza, en un mercado turístico donde las batallas serán muy encarnizadas.

Que desde Francia se diga «no vayan a Catalunya», tampoco es inocente...
Claro. Pero es que, en los rankings de mortalidad, España siempre está arriba de todo. Los demás no se están quietos. Todo el mundo quiere recuperar. Por lo tanto, has de ser excelente y no dejar ningún flanco abierto. Se tendrá que batallar mucho para atraer el turismo.

La batalla por recuperar el turismo será encarnizada entre los destinos

Un turismo que, en parte, teníamos ‘prestado’ desde las crisis de Oriente Medio. Si perdemos nuestra marca como destino refugio y seguro, ¿damos por perdidos para siempre esos turistas?
Cuando sumas las camas hoteleras que hay desde Marruecos a Turquía, equivalen a la oferta hotelera de toda España. Transitoriamente pudieron tener un derrumbre, pero siempre se advertía de que teníamos un límite. Ahora, ese límite ha llegado abruptamente y tendremos que ajustar las perspectivas a la baja.

Nos queda la industria. Pero, aunque sigue invirtiendo, no recupera los niveles de ocupación previos a 2008...
Que cueste mucho recuperar la ocupación industrial es algo positivo. Significa que hay más inversión productiva y más productividad. Que la industria sea ahora más capital intensiva, es positivo. Y no solo es la industria, sino que son los servicios asociados a esta industria. Le reconozco que yo soy industrialista.

El Camp de Tarragona quiere ser el centro de un Hydrogen Valley del sur de Europa. ¿Qué oportunidades puede tener aquí la industria?
La industria de Tarragona ha hecho un gran esfuerzo exportador, pero siempre se ha encontrado con barreras por costes energéticos excesivos, por falta de infraestructuras... El hidrógeno podría ser un impulso industrial, pero los políticos tienen que acompañar, se tienen que poner las pilas.

La Comisión Europea, a través del programa ‘Next Generation EU’, va en esta línea: sostenibilidad energética y digitalización.
La apuesta de la Comisión Europea por la energía y la digitalización, para el Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre será interesante, porque por ejemplo con el despliegue de fibra óptica coseremos el territorio de una vez. Pero en crecimiento global para el país, [el programa ‘Next Generation EU’] añadirá algunas décimas, pero no es el maná que mucha gente está viendo.

Es un inicio, ¿no? Será la primera vez que la Comisión Europea acude directamente a los mercados a financiarse, y los Estados miembros son meros gestores de los fondos...
Se parece bastante a los ‘coronabonos’ que pedía Pedro Sánchez. Las transferencias por año previstas equivalen al 1,6% del PIB español. Los fondos estructurales de la Unión Europea, en su momento, representaron un 1% del PIB anual español. Un 1,6% es una cifra interesante, pero será la empresa privada la que tenga que liderar la recuperación. Aunque tiene razón en que, por primera vez, la responsabilidad es de la Comisión Europea y no de los estados.

Recurriendo al MEDE para financiar gasto sanitario se liberarían recursos para ayudas

¿Qué implica el cambio?
Para que sea un cambio radical, tendría que venir acompañado de un proceso continuado de apelación a los mercados por parte de la Comisión Europea, y eso es algo que se me hace difícil de ver, teniendo en cuenta las reticencias de algunos países del centro y el norte de Europa, y la asimetría en la deuda pública, en el caso de los países del sur de Europa será del 130% de promedio en 2021, mientras que en los del norte estará en la mitad de esa cifra, con entre un 60% y un 65%. Cuando tienes esta asimetría tan grande, no se puede esperar que el Norte acepte ir cogiendo riesgo del Sur.

Las reticencias de los ‘frugales’...
La Unión Europea es un proceso extraordinariamente lento y complejo. Y siempre, cuando está a punto de caer, sale un Draghi y hace lo que sea para que no pase.

Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE) en la anterior crisis, que en 2012 dijo que «el BCE hará todo lo necesario para sostener el euro. Y, créanme, eso será suficiente».
Efectivamente. Pero, a la que se recupera un poco... Lo que estamos viviendo hoy me recuerda al 2009. ¿Qué fue si no el ‘Plan E’ de Zapatero?

El plan que acabó poniendo una rotonda en cada pueblo...
Rotondas, aceras... Cuando pasó el pánico, en 2010, en Bruselas dicen ‘stop’. Yo creo que en Europa estamos todavía en esta fase de pánico, como en 2009. Pero cuando pase, con una deuda que se dispara hasta el 120%, volveremos al Pacto de Estabilidad. Eso será así, sí o sí. Uno de los problemas diferenciales que tiene España es que en 2019 tenías una deuda pública al 96%. Haz bien las cosas. Es lógico que Holanda pregunte dónde va el dinero.

Con una deuda pública que se dispara, la vuelta al Pacto de Estabilidad será inevitable

Para que no vaya a jardines verticales con pantallas gigantes para ver el fútbol, como el que se acaba de desmantelar en la Tabacalera de Tarragona...
Con la compra de deuda por parte del Banco Central Europeo (BCE), la deuda pública de España está fuera de los mercados. Y si quiebras, las pérdidas las pagarán los holandeses, los alemanes... Se habla mucho del programa ‘Next Generation EU’, pero luego tenemos el programa SURE, con 23.000 millones de euros para pagar los ERTE. Y, en paralelo, 250.000 millones de euros del MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad) para sanidad. ¿Han solicitado un solo euro Italia o España del MEDE para financiar gasto sanitario? Ni uno.

¿Por qué no?
No lo han hecho porque acudir al MEDE suena a intervención, a ‘hombres de negro’. Así que, como no quieres pedir dinero al MEDE, acabas desviando recursos para sanidad que podrían ir  a los autónomos. La única condición que han puesto los ‘frugales’ es que ese dinero se destine a sanidad. Si lo pidieses, tendrías un sistema sanitario más potente y capaz de resistir mejor esta segunda ola, con lo que quizás no tendrías que cerrar bares y restaurantes y podrías gestionar con más tranquilidad la segunda y tercera ola. No hay dinero para apoyar a los autónomos, pero podría haber más.

¿Tanto como el que puede movilizar Alemania, que cierra restaurantes, les pregunta cuánto facturaron el año pasado por esas mismas fechas y les da a cada uno el 70% de su facturación a fondo perdido?
Hacer esto, a nosotros nos costaría 50.000 o 60.000 millones de euros. No podemos, no hay dinero. Claro que Alemania puede hacerlo, pero no lo hace porque sean más chulos, sino porque tenían la casa ordenada.

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