Tarragona: la ciudad de los proyectos eternos

El Banco de España, la Tabacalera o el antiguo preventorio de la Savinosa siguen vacíos y abandonados pese a los planes anunciados desde hace años

16 mayo 2023 20:50 | Actualizado a 17 mayo 2023 07:00
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Pasan los años, los alcaldes de distintos partidos y los gobiernos con proyectos diametralmente opuestos al anterior, pero una circunstancia sigue inalterable mande quien mande en la Plaça de la Font: Tarragona es la ciudad de los retos eternos. Solo así se entiende que la capital tarraconense tenga en la actualidad un mínimo de siete equipamientos desaprovechados y en un estado de evidente deterioro desde hace más de una década, con un montante inversor pendiente de más de 177 millones de euros para reactivar su uso: Tabacalera (100), Savinosa (50), Ciutat de Repòs (15), Banco de España (7), Jaume I (4), Quinta de Sant Rafael (0,8) y plataforma del Miracle (0,3).

El caso más paradigmático es el del edificio del número 101 de la Rambla Nova, que hasta 2003 albergó las dependencias del antiguo Banco de España. Hace justo dos décadas, la idea era que el inmueble acogiera dependencias estatales, una circunstancia que el alcalde Joan Miquel Nadal (CiU) frenó. A partir de ese momento se inició un largo y farragoso debate sobre su uso. Josep Fèlix Ballesteros (PSC) y Sergi de los Rios (ERC) propusieron en 2009 un centro de interpretación turístico que, en 2018, pasó a ser de la mano de la URV el Rambla Science bajo el gobierno de PSC y PP. Por ello, en 2019 se lograron dos millones de los fondos europeos Feder que, en este último mandato, se han perdido al no tener tiempo de ejecutarlos debido a la redacción del proyecto ejecutivo del Banc de la Ciència que encareció las obras de los 4 a los 7 millones de euros.

Por ello, hace un año se solicitó una ayuda de tres millones a los Next Generation que, sin embargo, este pasado mes de abril trascendió que no se cobrarán, por lo que a día de hoy el futuro de este edificio es más incierto que nunca.

Savinosa... ¿2030?

Otro de los proyectos que siguen sin arrancar es el del antiguo preventorio de la Savinosa. Cerrado desde hace más de medio siglo y ahora en un lamentable abandono, el pasado mes de diciembre la presidenta de la Diputació, Noemí Llauradó (ERC), expuso el plan para que el recinto abra en 2030 como un hub cultural público de la institución provincial, con el Conservatori de Música y la Escola d’Art i Disseny, además de un nuevo auditorio. Tras cinco décadas de ocurrencias y propuestas de fireta, todo parece indicar que hay consenso político para tirar adelante una inversión de más de 50 millones de euros. El primer paso será trasladar en otoño de 2024 el actual camino de ronda paralelo al litoral al interior de la finca, lo que permitirá abrir a la ciudadanía un espacio que la mitad de los tarraconenses desconocen.

¿Quién paga la Tabacalera?

A finales del año 2007 los últimos empleados de la antigua fábrica de la Tabacalera dejaron sus trabajos ante el cierre de la actividad de Altadis en la ciudad. Desde entonces, el consistorio ha transformado urbanísticamente la zona y, en 2009, se recuperaron dos almacenes con el Plan ZP del Gobierno Central. En ese momento, con las vallas retiradas y un nuevo parque, con el chasco del jardín vertical incluido, se habilitaron las instalaciones de Tarragona Impulsa y la Capsa de Música.

Sin embargo, han pasado los años y la mayor parte del recinto de 80.000 metros cuadrados sigue abandonada y sin ningún plan viable en el horizonte. Trasladar allí el Ayuntamiento de la Rambla o ubicar el Fòrum Judicial han sido algunas de las propuestas que, hasta la fecha, se han quedado en papel mojado. En 2019 se llevó a cabo un concurso de ideas que expuso que, para impulsar el emplazamiento como un complejo cultural, sería necesaria una inversión de más de cien millones de euros.

A corto plazo, la voluntad del Ayuntamiento es la de construir allí la gran biblioteca provincial, una idea que será debatida en la comisión mixta conformada con la Generalitat y un Estado que, según expuso recientemente el ministro de Cultura –Miquel Iceta (PSC)–, está en la cola y a la espera de que primero se haga la de Barcelona. La comisión, precisamente, será la encargada de dictaminar el uso y el reparto financiero de unas obras que, ni de lejos, serán low cost.

El desastre de la Part Alta

Sin lugar a dudas, el mayor desastre de la ciudad se encuentra en la Part Alta, y no es otro que el no parking Jaume I. Este equipamiento debía ser inicialmente un aparcamiento soterrado funcionando con un novedoso sistema inteligente, pero sin embargo se ha convertido en un agujero sin ninguna utilidad por el que la administración municipal ya se ha endeudado en más de treinta millones de euros, cuando en principio debía costar 3,9.

La instalación se empezó a construir en 2002 con Nadal (CiU) en la alcaldía, pero tras seis años de problemas, obstáculos y disparates, finalmente en febrero de 2008 se paralizaron las actuaciones bajo el mando de Ballesteros (PSC), quien en 2009 llevó a la Fiscalía una auditoría interna realizada por parte de los técnicos municipales. Desde entonces, el caso sigue en los juzgados, a la espera de que, con toda seguridad, el juez archive definitivamente la investigación sin señalar a ningún responsable.

Paralelamente a la causa penal, la corporación local reabrió en 2021 la vía mercantil en Madrid, ya con Pau Ricomà (ERC) al frente de la Plaça de la Font. El motivo es el de intentar recuperar «todo el dinero posible» ante los dobles pagos que se sospecha que hubo con el material necesario para ejecutar las obras. En este sentido, el Ayuntamiento ha demandado a las financieras y ha dejado de pagar uno de los préstamos solicitados hace una década para cubrir la elevada deuda contraída por un parking que nunca ha abierto al público.

2023: ¿Adiós al mamotreto?

Otro de los retos pendientes que arrastra la ciudad es su frente litoral y, en concreto, eliminar el «mamotreto» de la playa del Miracle. Después de ser inaugurado a principios de siglo por el ministro Jaume Matas (PP), en 2013 se decidió cerrarla al público ante el posible peligro de que se pudiera producir algún accidente. Desde entonces, se había hablado de ubicar allí un espacio de ocio y restauración, hasta que en la negociación de los presupuestos de 2022 y 2023 se acordó impulsar su desmontaje, cuyo coste será de unos 350.000 euros. Posteriormente, la idea es «renaturalizar» el entorno.

También cerca de la playa está otra asignatura pendiente, como es la Ciutat de Repòs i Vacances. Este equipamiento está en desuso desde 2011. En doce años se ha hablado de situar en sus instalaciones hoteles, campings, restaurantes y residencias para la gente mayor. Pese a ello, a principios de 2020 se anunció que el espacio sería un albergue juvenil que, en 2022, se detalló que incorporaría la salud mental. Para ello, la Generalitat de Catalunya destinará una ayuda Next Generation de 15 millones de euros, con el fin de que el emplazamiento pueda ser una realidad en 2026. Sin embargo, la inversión prevista ha chocado con la oposición de parte de los vecinos, que se oponen al proyecto. Sin embargo, y pese a los gritos y amenazas que representantes de la plataforma Pro-Llevant llevaron a cabo en el último pleno municipal, Ayuntamiento y Govern ya han dejado claro que el proyecto «no tiene marcha atrás».

La consulta que nunca fue...

Finalmente, otra de las perlas desaprovechadas es el edificio de la Quinta de Sant Rafael, construido en 1912 y que está abandonado desde hace más de dos décadas. Hasta el momento, los dos intentos que se hicieron en 2012 y en 2016 para recuperar el espacio fracasaron con el PSC en la alcaldía. En el primer caso, se preveía convertirlo en un centro de interpretación de la naturaleza. Más tarde se proyectó otro parecido, pero del modernismo.

Asimismo, en 2021 –ya con ERC– se habilitaron 800.000 euros del superávit de 2020 para recuperar el recinto, en una iniciativa que se quedó en nada. Finalmente, en el acuerdo de gobierno de junio de ese año entre ERC, JxTGN y CUP se incluyó convocar una consulta popular sobre el uso del inmueble. Esta votación debía realizarse en noviembre de 2021, pero... ¡sorpresa! ¿Lo adivinan? Efectivamente: nunca se ha hecho. Los proyectos eternos nunca fallan. Y menos en Tarragona.

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