En el Arco del Triunfo de París está grabado el recuerdo de aquella batalla en la que las tropas napoleónicas arrasaron L’Arboç al mando del general Chabran.
En el Penedès hay una expresión que dice Foc a l’Arboç como sinónimo de momentos de tensión, de desórdenes... y que recuerda aquel devastador ataque contra la población. Las llamas que asolaron al pueblo eran visibles desde toda la comarca.
Aquel ataque y la resistencia de los vecinos ha quedado en la memoria colectiva. También en la física.
La torre de la iglesia aún muestra la muesca que dejó uno de los cañonazos que sufrió en el asedio francés. Y el gegant de la localidad tiene el nombre de Chabran, como el general que dirigió a las tropas francesas.
Este viernes las campanas de la iglesia de L’Arboç repicarán a las siete de la tarde para recordar aquella fatídica jornada de principios de junio de 1808, ahora hace 215 años. Como aquel día cuando las campanas tocaron a arrebato.
Era un repicar constante y alocado que anunciaba una emergencia que solicitaba la colaboración de los vecinos.
Precisamente la muesca que queda en el campanario es de un cañonazo lanzado para intentar silenciar a las campanas de la iglesia de Sant Julià que llamaban para ayudar en la defensa.
¿Por qué empezó ese encarnizado ataque?
Un destacamento francés que procedía de Tarragona fue atacado en las afueras de L’Arboç por un grupo de sometent de Valls y de municipios cercanos.
La avanzadilla del ejército francés fue atacada y los vecinos temieron la venganza
Los vecinos eran partidarios de su Rey Fernando VII y esperaron a que regresasen las tropas francesas que iban hacia Martorell y les presentaron una emboscada.
Aquel 9 de junio cuando llegó la avanzadilla de la tropa del general francés Chabran, fue atacada causándole bajas y obligándola a retroceder. Los vecinos de L’Arboç la siguieron hasta prácticamente El Vendrell y los arbosenses regresaron a a su pueblo.
Los vecinos estaban convencidos de que llegaría la venganza francesa y se refugiaron tras las murallas que rodeaban a L’Arboç. Había unos 1.200 sometents de El Vendrell y 200 suizos.
Pero llegó el grueso del ejército. El general Chabran dirigía a 5.000 soldados, 500 caballos y seis piezas de artillería. Chabrán envió a un emisario para parlamentar, pero fue recibido a escopetazos. La respuesta de los franceses fue demoledora.
Los franceses ya tenían la experiencia de la derrota sufrida en el Bruc, por lo que ahora optaron por rodear la ciudad. Nadie pudo salir. Horas después el general Chabran ordenó entrar a sangre y fuego sin dejar prisioneros.
Las tropas francesas, bregadas en la guerra entraron en el pueblo. Los vecinos intentaron defenderse con piedras, cuchillos, hoces... pero poco podían hacer, mientras las campanas seguían clamando ayuda.
Tras el ataque el pueblo fue saqueado e incendiado. La resistencia se refugió en casas de la calle Major. Los atacantes entraron quemando las viviendas y matando a quienes encontraban. Cien casas fuereon destruidas. Otro centenar quedó inhabitable. Los almacenes destrozados. La iglesia saqueada. Las cosechas arrasadas. Muchos vecinos buscaron refugio en las montañas cercanas.
Este viernes las campanas volverán a tocar como hace 215 años.
