Anna R. Alós: «Conozco a muchas putas con anillo en el dedo. ¿O casarse por dinero tiene otro nombre?»

‘Llámame Teresa’ es una novela basada en hechos reales sobre una joven que ejerció la prostitución por deseo propio a comienzos del siglo XX

15 abril 2023 17:54 | Actualizado a 15 abril 2023 20:11
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Teresita, Treseta o Teresa son la misma persona, una joven de Lleida de espectacular belleza, de origen humilde, que terminará formando parte de la Casa de los Caballeros, el prostíbulo más conocido y refinado de Buenos Aires, donde será el reclamo al que todos los hombres de la sociedad burguesa bonaerense aspirarán. Ella convertirá su trabajo en una forma de placer, que enseñará a otros con sus artes singulares y personalísimas. Anna R. Alós ha recuperado su historia en la novela Llámame Teresa, publicada por Roca Editorial.

¿Cómo llegó hasta la historia de Teresa?

Conocí a Teresa siendo yo una adolescente y ella una anciana, era amiga de mi abuela, del pueblo. Hasta muchos años después no supe que había sido prostituta y su historia me pareció que debía ser contada porque implica superación, mucho valor y mucha capacidad de amar.

¿Es feminista, en el sentido de hacer con su vida lo que quería?

No entiendo el feminismo como hacer lo que se quiera. Lo entiendo como una lucha por derrocar el machismo y ahí se engloban todos los matices del tema. Teresa, al igual que las otras protagonistas, persigue unos objetivos y los logra sin depender de los hombres. Simplemente los esquiva.

Todavía hoy cuesta hablar del placer femenino, ¿fue una mujer avanzada a su tiempo?

Avanzada en el sentido que eligió vivir del placer sin importarle lo que pensarían los demás. Pero fíjese que para trabajar de prostituta se fue a miles de kilómetros de los suyos. A su manera los protegió, al igual que hizo Andreana, la mentora que la introduce en la profesión.

Entonces, ella era consciente de que moral o socialmente era reprobable. ¿De alguna manera eso le afectó?

Ella sabe que la sociedad es hipócrita, que usa la prostitución y que la censura. ¿Para qué involucrar a los suyos?

Se presenta como una cortesana, ¿En la prostitución también hay clases sociales? Según dónde se ejerce se es una cortesana, según dónde una puta.

Es exactamente lo mismo, solo que las cortesanas ejercían en la corte, entre nobles y reyes. Puta, meretriz, prostituta... Es solo vocabulario. He usado el término cortesana porque me parece más elegante. Puede que haya clases sociales entre las mujeres que ejercen la prostitución, pero dudo mucho que los hombres que pagan por ellas difieran mucho unos de otros. Fíjese que en la novela hay dos personajes masculinos que ejercen la violencia desde dos extremos sociales.

De un convento a la prostitución, a la burguesía y de nuevo a la prostitución. ¿Con qué obstáculos se ha encontrado a la hora de escribir esta historia?

No me he encontrado con ninguno. El paso de Teresa por el convento es solo parte de una estrategia. En cuanto a su ir y venir de la prostitución se entiende cuando comprendemos que lo hace por puro placer. No se gusta cuando no la ejerce.

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¿Ha tenido miedo de recibir críticas en estos tiempos actuales por, de alguna manera, glamourizar la prostitución?

Ningún miedo. En estos momentos de mi vida y de mi profesión, cualquier polémica es bienvenida y no me quitará el sueño. Aprendo de todas las críticas que se efectúan con criterio y de ninguna que surge solo de la opinión personal. Teresa tuvo la habilidad de elegir con quién recibir y dar placer, pasó momentos terribles también, pero simplemente los superó porque el amor venció al odio. Por otra parte, conozco a muchas putas con anillo en el dedo. ¿O casarse por dinero tiene otro nombre?

Para dominar, ¿sexo o seducción?

La seducción conduce al sexo y el sexo al poder. Y dominar es ejercer el poder, de una forma evidente o con sutileza. Dorotea, otra de las protagonistas, por ejemplo, ejerce el poder sobre un esposo que piensa que lo ejerce él. Lolita lo ejerce con su poder estético, Verónica con la ausencia de pasión... Cada una a su modo.

Su novela es un paseo por el siglo XX...

Mezclo elementos históricos porque es una forma de comprender mejor a los personajes. No son iguales los comportamientos en 1920 que en el año 2000. Y porque los escenarios en los que transcurre toda la historia son reales.

¿Cómo cree que Teresa sería acogida por la sociedad actual?

Han cambiado muchos aspectos del comportamiento social. En lo que respecta a la prostitución incluso pueden haber empeorado. Me decía una prostituta que ya no ejerce: «hace 50 años los hombres que compraban mis servicios eran más respetuosos. El que cree mandar porque paga, ese es siempre el mismo».

¿Con qué se queda del personaje?

Con su generosidad, sin duda, algo que al leer la novela muchos pueden interpretar como frivolidad, libertinaje, comodidad... No, Teresa es fundamentalmente una mujer generosa. Al final de su vida lo deja muy claro.

¿Cómo ha sido el proceso de creación?

Después de miles de páginas escritas, enfrentarme a la narrativa ha sido un reto importante. Hay que dar a cada personaje su propia voz y eso es lo más complejo. La narrativa encierra un poder insospechado del que te das cuenta cuando la ejerces: puedes matar, resucitar, hacer sentir odio, amor, placer, dolor... Las posibilidades del narrador son infinitas. Yo había matado a dos personajes y de pronto los necesité, así es que volvieron a la vida. Y al escribir la novela lo hice de manera muy visual, quizás por eso tantos lectores me comentan que es como si estuvieran viendo una película.

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