La posición de las organizaciones frente a los criterios ASG

17 enero 2023 17:36 | Actualizado a 17 enero 2023 17:39
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De un tiempo a esta parte, los criterios ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) conviven con nuestro día a día. Pero, ¿somos conscientes del compromiso que es necesario para ejecutar una estrategia robusta en materia de ASG?

La demanda de progreso en materia ambiental, social y de gobierno corporativo (ASG) está empujando a la comunidad empresarial a reconsiderar su propósito más allá de maximizar las ganancias para los accionistas. Dependiendo del ámbito industrial y de la cultura e historia de la organización, esto es algo que la sociedad está demandando con entusiasmo y ansiedad.

Por supuesto que esta tendencia en la mentalidad no es nueva en absoluto. La responsabilidad social corporativa (RSE) surgió en la década de 1990 como un marco conceptual para ayudar a las organizaciones a recapacitar en cómo estas impactan a la sociedad que las rodea. Lo que es diferente ahora es que las partes interesadas (grupos de interés) tienen la información, la voz y la audiencia para exigir un cambio real, verificable y sustancial en estos ámbitos.

Las razones por las que el progreso en materia ASG es un tema candente en este momento de la historia son variopintas: es un cambio generacional, es un cambio tecnológico, es una consecuencia de nuestra actual era de la información. Es todo, desde el Acuerdo de París hasta la muerte de George Floyd. Las organizaciones están despertando y son conscientes de cual es su papel en la sociedad y su influencia en el planeta, y de la necesidad de responder a todo ello.

Los líderes corporativos están aprendiendo y preparándose para los nuevos estándares asociados a los informes ASG. Pero sería un error suponer que todos los líderes están igualmente comprometidos con los objetivos y resultados que estos estándares pretenden apoyar, y se observa que las organizaciones están optando por una de las dos opciones que se describen a continuación.

-Opción Reactiva de Cumplimiento sin Compromiso:

Algunos líderes son conscientes de que los vientos del mercado están cambiando: clientes y sociedad que exigen transparencia y cambio, inversores y reguladores que requieren información completa, detallada y veraz, y estos líderes son lo suficientemente perspicaces y hábiles para conseguir que sus organizaciones puedan capear esos vientos.

Básicamente, buscan que su organización no sea mal percibida y que no resulte dañada. Si los inversores desean ver iniciativas para aumentar la diversidad de liderazgo, presentan unas buenas intenciones en esa dirección. Si los clientes quieren saber detalles sobre su huella de carbono, es una tarea para que la gestione el departamento de marketing. Cuando estalla una crisis ética o de integridad, se trata de un problema que debe gestionar el departamento de relaciones públicas

¿Somos conscientes del compromiso necesario para ejecutar una estrategia robusta en materia de criterios Ambientales, Sociales y de Gobernanza?

Podemos denominar a esta actitud como el camino hacia el mínimo cumplimiento o hacia el límite del mismo. A estas organizaciones simplemente les preocupa el impacto que en su coste para hacer negocio tendrán las nuevas regulaciones y legislaciones. Si no tiene que ser público, no se compartirá. Si no es legalmente requerido, no se implementará. Si nadie percibe o detecta un problema, simplemente, no existe y se ignorará.

Es un enfoque reactivo. Un líder puede pregonar ‘todo’ lo que se ha hecho por el medio ambiente, los problemas sociales o de gobernanza, pero los factores externos lo arrastrarán en su camino. En el fondo, es una apariencia de cambio. En última instancia es una ilusión. Como la tradicional caricatura de Looney Tunes, el Coyote, que ve un túnel a través de una montaña, corre a toda velocidad y golpea su cuerpo en una pintura: el camino por delante era una ilusión.

De la misma manera, los líderes que eligen indicadores y publican informes para sentirse bien, pueden pensar que su organización está en el buen camino hacia el cumplimiento de los criterios ASG, pero descubrirán finalmente que han asumido un riesgo enorme para sus organizaciones. Al mantener las apariencias, no han hecho otra cosa que quedarse rezagados, en evidencia y señalados.

Los indicadores ASG se están convirtiendo en un aspecto clave para acceder a la disponibilidad de financiación, cada vez más difícil, sea en forma de capital o de crédito.

En el mejor de los casos, la prima de riesgo aumentará, incrementándose el coste del capital y haciendo más difícil competir y prosperar en el mercado. Y esto es lo mínimo que puede pasar, ya que la reacción de los consumidores al ‘lavado verde’ (del inglés Greenwashing) y la gestualidad y maquillaje ante las problemáticas sociales son mucho más peligrosas. Y cuando se trata de ética e integridad, los riesgos son enormes. Es cuestión de tiempo. A fin de cuentas, la realidad siempre acaba aflorando.

-Opción Proactiva y de Compromiso:

Estos líderes van muy por delante del resto cuando se trata de implantar una estrategia de cumplimiento de los criterios ASG de sus organizaciones.

Algunas han incorporado la estrategia ASG en su misión, propósito y ADN de su cultura organizacional desde el primer momento. En el camino, han descartado y refutado el mito de que las organizaciones deben elegir entre hacerlo bien financieramente o crear beneficio y bienestar para sus grupos de interés y para el planeta. Se centran en ambos aspectos.

Estas organizaciones han adoptado el compromiso, dedicado recursos y esfuerzo a largo plazo para transformarse, y ya están recogiendo las recompensas, por ejemplo, atrayendo para sus organizaciones inversores expertos en ASG, clientes leales y talento de primer nivel.

La tendencia Clientes y sociedad exigen transparencia y cambio

La clave de su éxito radica en un doble enfoque: no tomaron el camino fácil, y no esperaron a que otros cambiaran primero.

Cuando se profundiza en los informes públicos que publican las organizaciones comprometidas con los criterios ASG, la diferencia es hace obvia y patente. Los informes públicos para ‘cubrir el expediente’ combinan objetivos ambiciosos, pero poco realistas, sin indicadores que justifiquen el progreso o el logro de dichos objetivos.

Por el contrario, las organizaciones con líderes comprometidos con los criterios ASG publican informes públicos con objetivos desafiantes pero realistas, comunicando indicadores que no siempre resultan ser noticias positivas, y revelando planes de acción plausibles para reducir la brecha. Se puede decir que estos líderes están enfocados en indicadores que son buenos predictores del rendimiento real y del verdadero cambio.

Por otra parte, los líderes verdaderamente comprometidos con los criterios ASG no esperan tener todas las respuestas anticipadamente. Tienen una mentalidad experimental. Prueban. ¿Esto mejora los resultados? ¿No? Bien, pues intentan otras iniciativas. El proceso de aprendizaje se convierte en el impulso hacia el rendimiento y el crecimiento a largo plazo.

No obstante lo anterior, este camino no está exento de riesgos. Establecer un listón demasiado alto puede hacer que parezca que las organizaciones están fallando en cumplir sus compromisos, en comparación con los competidores que usan indicadores e informes de perfil bajo. No cabe ninguna duda de que los inversores profesionales pueden detectar las diferencias, pero puede no ser el caso de los clientes, y de la sociedad en general.

En cualquier caso, los beneficios a largo plazo son sustanciales y duraderos. Las organizaciones punteras en materia de ASG atraerán al mejor talento, generarán embajadores leales de la marca, tendrán un acceso más fácil a la financiación y sus líderes dejarán un legado que las enorgullece.

La voz de los colaboradores es esencial para el éxito de las iniciativas ASG. A fin de cuentas, son los colaboradores los que tendrán que esforzarse para ser más creativos, innovadores y enfocados para hacerlo realidad. Una fuerza laboral comprometida con los criterios ASG impulsa su compromiso para hacer el bien, haciendo bien las cosas.

Alfred Arias, Profesor de los módulos de Lideratge d’Equips y Gestió de Persones del MBA-URV

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