¿Cómo era Gaudí? Entender la obra desde su esencia

Gaudí Centre. Una de las propuestas que ofrece el centro de interpretación del arquitecto es una visita para conocer a la persona detrás del genio

07 noviembre 2021 07:30 | Actualizado a 07 noviembre 2021 10:39
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Una obra nunca puede acabarse de entender en su totalidad sin conocer quién hay detrás: quién es el autor, cómo es, sus vivencias vitales, la forma de relacionarse con el mundo... Todo ello configura la personalidad y de ello depende la forma de expresarse, también artísticamente. Es por ello que el Gaudí Centre ha estrenado este año una nueva propuesta para entender mejor la obra del arquitecto a partir de su persona: ‘Gaudí, del geni a la persona’.

Esta visita guiada por las tres plantas del centro de interpretación –ubicado en la plaza del Mercadal de Reus– se puso en marcha en verano y, ahora, coincidiendo con la campaña de otoño, el Gaudí Centre está reforzando y ampliando su oferta durante los fines de semana.

Ayer a las doce del mediodía, Aida, la guía, daba la bienvenida al grupo de visitantes. Había de Riudoms, y por lo tanto, con cierto lazo con el arquitecto, pero también había visitantes de otros puntos de Catalunya. Una pareja, por ejemplo, era de Cardedeu. «Habíamos estado en Reus, pero no la habíamos visitado como tal», comentaban mientras esperaban para iniciar la ruta. Justamente habían visitado Casa Navàs «que nos ha encantado», y después del Gaudí Centre ya tenían previsto quedarse a comer a la ciudad.

La visita empezó por el principio del todo: «Gaudí provenía de una familia de caldereros». De todo ello, lo que fascinaba al arquitecto era «cómo de una plancha de cobre se podía forjar cualquier objeto de tres dimensiones», explicaba Aida, siendo, ésta, la primera piedra que hizo volar la imaginación del entonces joven Antoni Gaudí.

Como se detalló durante la visita, fue un niño enfermizo, sufriendo ataques reumáticos que lo llevaron a pasar largas temporadas en la finca de Riudoms, de donde era su familia paterna. Lejos de las relaciones con niños de su edad, el contacto con la naturaleza acabó siendo su refugio, lo que se plasma en sus obras. Y es que para él, el verdadero libro era la naturaleza. El Camp de Tarragona, el Delta de l’Ebre, los paisajes y, en general, todos los elementos de la natura fueron su gran fuente de inspiración: el interior de la Sagrada Família se asimila a un bosque de pinos; la cubierta de las Escoles de la Sagrada Família, a una hoja de magnolia; o las chimeneas de la Casa Milà (la Pedrera), a las formas de la roca del Montgròs. Es así cómo forjó un estilo propio que a menudo no fue entendido por sus coetáneos. Así pues, y como explicó Aida, Gaudí tuvo sus defensores, pero también sus detractores que lo criticaron duramente. Uno de ellos, el escritor Eugeni d’Ors, que calificó las obras de Gaudí de «anormalidades». Años más tarde, el escritor y periodista inglés George Orwell calificaría la Sagrada Família como «uno de los edificios más horrorosos del mundo». Seguramente, todo ello marcó su personalidad, que cada vez fue más arisca. Aun así, contó también con apoyos, como el del arquitecto y urbanista Josep Lluís Sert: «En la continua evolución de la arquitectura moderna, las últimas experiencias gaudinianas tomarán un valor mayor y serán plenamente apreciadas. Entonces, se reconocerá la grandeza de su papel pionero».

Cabe recordar que la oferta del Gaudí Centre es muy amplia y, más allá de esta visita, en la que también se desvelan algunas curiosidades de Gaudí, se ofrecen desde talleres de cerámica a un escape room, propuestas educativas, además de la visita general, con la que los visitantes pueden disponer de audioguía.

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