Pocas cosas hay más crueles para un padre que enterarse de que su hijo está en apuros. Pues de este hecho se aprovechan estafadores que se encargan de enviar mensajes a los padres de los chavales haciéndose pasar por estos jóvenes.
En los mensajes, enviados desde otro móvil, aseguran que "mi teléfono está roto". Así empiezan una conversación, que continúa con un par de mensajes más para generar confianza y, al final pedir dinero.
Las tres excusas que ponen los estafadores son que el joven ha perdido el móvil, que está en el extranjero o que tiene el teléfono roto.
Mossos d'Esquadra avisan que "no poques, es una estafa".