La nueva temporada de cruceros ya está en marcha. Arrancó el pasado viernes por la mañana, cuando alrededor de las ocho de la mañana el Azamara Quest atracó en el nuevo Moll de Balears del Port de Tarragona.
A bordo iban 392 pasajeros, de nacionalidad norteamericana, que durante unas horas pudieron pasear por la ciudad y participar en las excursiones que les permitieron conocer durante unas horas algunos de sus principales atractivos patrimoniales y culturales, ya que su estancia coincidió con el Viernes Santo.
El Azamara Quest es un crucero de los catalogados como pequeños, con una capacidad para 686 personas. Forma parte de la flota de la compañía Royal Caribean Cruises, que tiene su sede en Miami, siendo el segundo operador de líneas de crucero más importante del mundo. De hecho, la multinacional está apostando por el enclave tarraconense y a lo largo de esta temporada algunos de sus buques insignia tienen previsto hacer escala en esta ciudad.
La actividad de cruceros se reactiva después de dos años marcados por la pandemia, que ha mantenido la flota de cruceros principalmente hibernando. De cara a este 2022 las cifras hablan de una recuperación, con la previsión de unas treinta escalas y entre 55.000 y 60.000 cruceristas. De hecho, el Azamara Quest no es el único crucero que visitará la ciudad esta Semana Santa ya que para este lunes de Pascua está prevista la llegada del Hanseatic Nature. Durante los próximos días, hasta mediados del mes de marzo están previstas varias escalas de cruceros de dimensiones pequeñas, unas operativas que permitirán ensayar la operativa en el nuevo muelle.
