La Audiencia de Tarragona ha empezado a juzgar este martes al hombre y a la mujer acusados de matar a un hombre en marzo de 2021 en un descampado próximo al establecimiento de Bricodepot, situado en los barrios de Poniente de Tarragona. En la primera jornada del juicio, con jurado popular, ha declarado el único testigo de los hechos, que ha asegurado que el acusado propinó varias puñaladas a la víctima a raíz de una discusión originada por un robo de un bolso.
Las heridas por arma blanca provocaron la muerte del hombre. El fiscal pide 18 años y 6 meses de prisión por un delito de homicidio y robo con violencia, la acusación particular eleva la pena a 20 años por un delito de asesinato y 4 más por robo, mientras que las defensas solicitan la absolución.
Los acusados declararán en la última jornada del juicio prevista para este viernes después de que las defensas lo pidieran en los alegatos iniciales de esta primera sesión. Ambos, son pareja y se encuentran en prisión provisional comunicada y sin fianza por esta causa desde el 29 de marzo del año 2021. Los hechos se remontan al día 25 de marzo, alrededor de las diez de la noche, cuando los dos acusados se encontraron con la víctima en un descampado, próximo a la nacional 340, entre los barrios de Campclar y Torreforta de Tarragona.
En la primera declaración, el único testigo de los hechos, ha explicado que los dos acusados llegaron al descampado donde estaban la víctima y él consumiendo drogas. Según el declarante, la víctima ofreció sustancias a los acusados después de que les explicara que tenían problemas con un vecino, el cual les había interpuesto una orden de alejamiento.
Eran amigos
El testigo, que mantenía una relación de amistad con la víctima desde hacía unos meses, ha relatado que la mujer acusada robó un bolso al hombre muerto, que contendía varios objetos, entre los cuales una batidora. Según el hombre, los acusados se marcharon después de presunto robo y volvieron alrededor de la medianoche acusándolo de mentiroso porque había alertado a la víctima de la sustracción. El escrito del fiscal relata que la acusada cogió un palo de «grandes dimensiones» para intimidar a la víctima que se estaba discutiendo con el otro acusado. También ha detallado que la acusada aprovechó el momento de la pelea para robar a la víctima el teléfono móvil que había dejado en un muro de piedra.
«Vi como el acusado le daba dos veces, pensaba que eran puñetazos, pero eran puñaladas, él- la víctima- dejó de gritar y gesticular y se quedó congelado, entonces cuando intenté cogerle la muñeca, vi que llevaba un cuchillo en la mano», ha manifestado el testigo. El declarante ha asegurado que llamó rápidamente al 112 para pedir ayuda porque, dice, el acusado le amenazó diciéndole que el próximo seria él.
El hombre también ha declarado que mientras hablaba con los servicios de emergencia, el acusado, después de dudar, se alejó, finalmente, del lugar de los hechos. A la vez, ha afirmado que la víctima dio los nombres de los acusados a la patrulla de Mossos d’Esquadra que les atendió y que estaba consciente hasta que subió a la ambulancia para ser trasladado al Hospital Joan XXIII de Tarragona.
El ministerio fiscal en su escrito de acusación relata que la víctima recibió dos puñaladas que le causaron varias lesiones quirúrgicas y de origen traumático - en el flanco izquierdo, en el hemitórax lateral izquierdo y en el brazo izquierdo -hechas por un cuchillo de siete centímetros de hoja y diecisiete de largo, propinadas por el acusado. Todas estas lesiones, según los informes de los médicos forenses que recoge la fiscalía, causaron la muerte a la víctima, que murió al cabo de unas horas de ingresar en el centro hospitalario.
Penas de más de dieciocho años de prisión
Por todo ello, el fiscal pide para los dos acusados catorce años de prisión por un delito de homicidio, cuatro años y seis meses más por un delito de robo con violencia llevando armas y para protegerse en la fuga y una pena de multa de dos meses, con una cuota diaria de 12 euros, por un delito de hurtos.
En el caso de la acusada también le solicita una pena de 24 meses de multa, con cuota diaria de 12 euros, por un delito continuado de rotura de condena, puesto que tenía prohibido acercarse a la zona del establecimiento de Bricodepot por una sentencia del mes de febrero del año 2020. El ministerio fiscal también reclama una indemnización de 42.000 euros para cada progenitor de la víctima de responsabilidad civil.
Por su parte, la acusación particular, que representa a los familiares de la víctima, eleva la petición de pena a 20 años por un delito de asesinato, puesto que considera que la víctima no se pudo defender. A su vez, solicita cuatro años más por el robo con violencia.
En cuanto a los letrados defensores piden la absolución de sus representantes y defienden su inocencia. En la primera jornada del juicio, que se ha aplazado dos veces, también han declarado varios profesionales del sistema de emergencias y la madre de la víctima, que ha afirmado que su hijo no tenía problemas con nadie, que era «buena persona» y que había intentado varias veces desintoxicarse. La vista se retomará este miércoles con las declaraciones de los cuerpos policiales.
