La burbuja del alquiler se agrava con el alza del IBI

No solo los propietarios de pisos van a pagar más. El aumento de la contribución, que se eleva en los diez principales municipios de Tarragona, repercutirá también sobre inquilinos

18 noviembre 2023 11:47 | Actualizado a 18 noviembre 2023 13:00
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Las subidas del recibo de la contribución aprobadas por buena parte de los principales ayuntamientos de Tarragona no afectarán solo a los propietarios de inmuebles. También se están traduciendo ya en aumentos de los alquileres, que continúan subiendo, alargando la escalada de precios de los últimos tiempos. Son los daños colaterales de la oleada de hachazos fiscales que perpetran estas semanas los consistorios.

Esos incrementos se agregan de forma directa o bien indirecta a los respectivos recibos, agraviando con ello a los arrendatarios. «Depende del contrato y de cómo esté pactado, a veces el IBI cuando sube se repercute directamente. Hay de todo», indica Héctor Ruana, gerente de la Cambra de la Propietat Urbana de Tarragona.

«En aquellos que lo tienen pactado, ya va imputado en la renta y en el caso que no, esa repercusión se hará cuando se acabe el contrato. De la primera manera es automático y de la segunda, cuando corresponda actualizar la renta, se hará. Lo que está claro es que si un propietario tiene más gastos para mantener una finca, generalmente a la hora de plantear una renta, se acaba incrementando la mensualidad de ‘facto’. El dueño busca el precio de mercado, pero cuanto más gasto tiene, más acaba pidiendo», dice Ruana.

El IBI lo suele pagar el casero pero tiene formas para repercutir el alz en los inquilinos

«Ya ha pasado en otras ocasiones y siempre repercute», indica Joan Boronat, responsable de Finques Boronat, una céntrica inmobiliaria en Tarragona. Boronat reconoce que «a veces va incluido dentro del mismo precio y esos gastos se pueden repercutir en aquellos casos en los que esté desglosado, aunque muchas veces suele ser un argumento que utilizan los propietarios, para decir que a ellos les ha aumentado el coste de los mantenimientos y lo quieren repercutir».

Por contrato

Fabián Huguet, presidente del Col·legi d’Administradors de Finques de Tarragona, también aclara que «al final todos esos gastos adicionales como el IBI acaban afectando también a los inquilinos de una u otra manera, y en las zonas tensionadas puede provocar también que se alquile menos».

El administrador César García, tesorero del Col·legi Oficial d’Agents de la Propietat Immobiliària de Tarragona, añade: «Legalmente hay incrementos allí donde se pueda repercutir, donde figuraba por contrato, por pura lógica. Hoy en día la gestión del alquiler cada vez es más como un traje a medida, en el que el propietario y el inquilino procuran adaptarse, pero sí que es verdad que cuando hay una subida de la contribución se produce un efecto carambola, una parte del incremento de costes lo pueden absorber los propietarios pero otra el inquilino». Viviendas que hayan quedado libres recientemente van a padecer incrementos de oferta para ser alquiladas, por mucho que luego sea el casero el que se acabe encargando de abonar el impuesto de marras.

A veces el aumento es por contrato. También se da cuando la vivienda sale al mercado

Los principales consistorios tarraconenses han aprobado subidas del Impuesto de Bienes Inmuebles para el próximo año, pero también de tasas como la basura que impactarán igualmente en los alquileres. El incremento del IBI en Tarragona es del 7,4% y el 12% de la basura. Por su parte, Reus aumenta la contribución un 12,5% y la tasa de recogida de basura un 14%. Cambrils hace lo propio con el IBI en un 9,5%, Salou le aplica un 9,8%, Tortosa un 17,9%, Amposta lo sube en un 10% y Vila-seca en un 8%. Son solo algunos ejemplos de los municipios más poblados.

La influencia de la nueva ley

La nueva ley de la vivienda, muy controvertida en Catalunya por los topes que prevé aplicar, puede influir. «Si se aplicara la ley, los contratos que se hagan nuevos no podrán incluir la repercusión de gastos pactada si los contratos anteriores no lo preveían. Deberías tener pactado ese impacto para que sea así», desgrana Ruana.

El abogado y experto inmobiliario Manuel Sosa sostiene que «la renta va por su propia línea y se puede ir actualizando según índices como el IPC o los que el Gobierno ha ido publicando en decretos, pero si el contrato lo establece se podrá repercutir, aunque la mayor parte de veces lo paga el propietario».

Sosa pone un ejemplo: «Si de un año para otro la contribución aumenta de 600 a 680, esa subida se puede derivar al inquilino. Así, no se le cobra el IBI íntegramente pero sí ese aumento de 80 euros». El letrado aclara que «es distinto en los contratos de corta duración, por ejemplo, de estudiantes u otros que sean más temporales, ya que ahí no tiene tanta importancia y lo que se suele hacer luego es recoger esas subidas y añadirlas a la renta».

Los incrementos oscilan entre el 7,4% y el 17,9% en que aumenta Tortosa la contribución

Sosa también recalca que «en los contratos antiguos, que aún perviven muchos, esas repercusiones de impuestos y tasas de basura sí impactan en los arrendatarios, que suelen ser personas mayores y pensionistas. Aún quedan arrendamientos anteriores a la Ley de Arrendamientos Urbanos de 1994, y ahí el propietario deriva los aumentos en el inquilino».

Menos oferta

El resultado, se mire por donde se mire, siempre es el mismo: un encarecimiento generalizado de los arrendamientos, en un mercado que transita por momentos cruciales por los eventuales efectos de la nueva ley de vivienda.

La norma, de ámbito estatal y ya aprobada, está pendiente de ser desplegada por las comunidades autónomas. Catalunya ha sido la más rápida en impulsar el proceso y quiere implantar cuanto antes un tope al alza de los alquileres muy controvertido.

Los agentes inmobiliarios creen que reducirá la oferta. «Notamos ya una congelación del mercado, por dos efectos. Uno es el de los tipos de interés, que van al alza y han repercutido en el mercado de compraventa, aunque eso será de forma temporal, sobre todo si los tipos se estabilizan y dejan de subir. Pero otro factor es la incertidumbre que genera la nueva ley», comenta Ruana desde la Cambra de la Propietat Urbana.

El sector habla de efectos indeseados de una norma que persigue limitar los crecimientos de precios. Plantean que los propietarios, en busca de una mayor rentabilidad, optarán por llevar su inmueble del alquiler a la compraventa o al turístico para obtener un mayor rendimiento.

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