Ya hace más de dos años que el ayuntamiento presentó a la empresa Pol Martí Carbonell la redacción de un anteproyecto para un nuevo skatepark junto a la playa del Miracle. Este trabajo se ha realizado en todo momento con la colaboración del Club Skateboard Tarragona, una asociación de patinadores local. Hace dos semanas el proyecto definitivo se hizo público a los miembros de la asociación.
Este finalmente será una skateplaza, es decir, un parque que respete el entorno natural que le rodea, manteniendo la vegetación y sin grandes elementos, como podrían ser rampas pronunciadas o bowls con mucha profundidad. Aún así cuenta con todos las características necesarias para esta actividad, con plataformas bajas, pirámides y raíles.
Estas son algunas de las condiciones que puso el anterior gobierno municipal, tal y como explica, Antonio Cardoso, presidente del Club Skateboard Tarragona. Esto se debe a que la zona está cubierta de árboles, y por ese motivo se pidió que «las estructuras no subieran a demasiada altura», en profundidad tampoco han podido ahondar demasiado debido a que «excavar esta zona aumentaba mucho el presupuesto». El proyecto final no ha convencido a muchos patinadores, porque «hubieran preferido más estructuras», pero ponen por delante «la necesidad de un nuevo espacio para descongestionar el Francolí».
Licitación en marcha
Cabe destacar que el proyecto final se entregó dos semanas antes de las elecciones y ahora ha caído en manos del nuevo gobierno. Por suerte, el actual regidor de deportes, Berni Álvarez, asegura estar «en consonancia con esta iniciativa», la cual «quiere seguir tirando adelante». De hecho Alvarez detalla que la licitación de este ya esta en marcha y ahora «es cuestión de que la maquinaria administrativa haga su trabajo».
Este proceso se ha hecho muy lento para los patinadores, quienes iniciaron el proceso con el anterior gobierno y, desde entonces, han tenido diferentes reuniones con el equipo de gobierno y los técnicos de deportes para «buscar un proyecto que congratulara a todas las partes».
Este trabajo previo no ha caído en saco roto ya que el nuevo regidor asegura que «conocía el proyecto» y «fue uno de los primeros temas que abordo con su equipo». Berni Álvarez asegura que, sí el hubiera estado a cargo del proceso completo «este proyecto no habría cambiado demasiado».
«La maquinaria administrativa ya está en marcha y el proyecto es prioritario»
El redactado estima que las obras durarán entre cuatro y cinco meses, con todo, esperan que la skateplaza se materialice «antes del verano del 2024».
Esta iniciativa cuenta con un presupuesto de 200.00 €, Berni Álvarez detalla que «decidió blindar este presupuesto y ponerlo como prioridad delante de otros equipamientos deportivos».
Des del Club Skate consideran que esta es una cantidad decente, pero miran con recelo las inversiones que han hecho en equipamientos como este otras ciudades como Reus, donde «la reforma del skatepark se llevó cerca de un millón de dólares». Aún así Álvarez no quiere pillarse los dedos porque asegura que «los procesos administrativos son muy lentos y pueden dar sorpresas».
Una actividad en auge
El fin último de esta iniciativa es y siempre ha sido dar respuesta a una actividad que cada día cuenta con más aficionados. Desde el Club Skate manifiestan que «crear nuevos equipamientos favorecerá que esta actividad no se lleve a cabo en calles o plazas públicas», evitando así las molestias a los vecinos y a los visitantes de la ciudad.
Berni Álvarez coincide con esta opinión y añade que «crear nuevos espacios y usar la pedagogía es el camino para que la actividad deportiva coincida con la vida civil habitual».
Este espacio contará con 1.350 metros de granito que generaran una sensación urbana y acorde con el resto del paseo, emulando la fórmula de otros recintos como los ubicados en el MACBA o la estación de Sants de Barcelona. Además se cerrará con una pendiente de arena, para evitar que produzca mayor impacto visual y que los usuarios realicen pintadas. El arquitecto Pol Martí ha instalado parques con la misma filosofía en Igualada, Cunit o Torroella.
