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    Juego de contrapesos

    22 enero 2023 20:31 | Actualizado a 23 enero 2023 07:00
    Alberto Surio
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    La última encuesta del CIS revela que el PP recorta distancia y que Pedro Sánchez empieza a sentir un desgaste por las reformas penales de la sedición y la malversación, e incluso por la aplicación de la ley del ‘solo sí es sí’. Sin embargo es prematuro extraer conclusiones definitivas. El tablero político electoral es muy volátil y la batalla de los próximos meses se presenta feroz y correosa.

    De entrada, el PP de Alberto Núñez Feijóo sigue empeñado en construir una estrategia para captar voto socialista crítico con el ‘sanchismo’ y su política de alianzas. Ha cimentado un discurso sobre un marco: la falta de escrúpulos de Pedro Sánchez al aferrarse al poder, que ha podido cuajar en un determinado sector de la opinión pública en relación a sus pactos. Una vez fagocitado Ciudadanos, su esperanza para volver al poder se basa en asentar esa erosión en el centroizquierda.

    Pero hay dos factores que juegan en contra de esa expectativa. El primero es la radiografía de la economía, que no ahonda en esa imagen catastrófica que ha intentado explotar el PP. Los datos económicos, del empleo y de la inflación no corroboran ese registro tremendista, más allá de la gravedad de los problemas, que son serios y que la propia cumbre de Davos ha explicitado al revelar la creciente brecha de desigualdad en el mundo. Una quiebra que a cualquier gobernante de la izquierda, a cualquiera con una mínima sensibilidad social, debería inquietar. El peligro de ruptura social al que puede derivar una sociedad polarizada es una amenaza tóxica de una democracia liberal. También en España.

    El PP de Feijóo sigue empeñado en una estrategia para captar voto socialista crítico con el ‘sanchismo’ y su política de alianzas

    El segundo elemento que complica el regreso del PP a la centralidad se ha visualizado con claridad en Castilla y León tras la última polémica sobre el aborto. La pretensión de Vox de implantar un nuevo protocolo sobre la obligación de los médicos a facilitar a las mujeres gestantes el acceso a ecografías que permiten escuchar el ‘latido fetal’ ha desembocado en una verdadera ceremonia de la confusión. Pero ha reflejado también una serie de contradicciones en el seno del centroderecha que pueden tener efectos políticos. La extrema derecha ha lanzado una carga de profundidad contra el PP al plantear un elemento de la ‘guerra cultural’ de enorme virulencia, que conecta con el imaginario de la derecha católica más dura, y que supone un elemento de presión sobre Feijóo al que se le obliga a retratarse.

    El verdadero objetivo de la formación de Abascal es el PP, al que quiere condicionar la agenda hasta el extremo de neutralizar sus movimientos y propiciar una relación de dependencia en aquellos lugares en los que tanto los populares como Vox puedan fraguar mayorías estables de gobierno. O en los que el PP disponga de mayorías suficientes para liderar las instituciones con el concurso de la extrema derecha en la recámara. Este pulso entre el PP y Vox no ha hecho más que empezar y puede ofrecer nuevos episodios en territorios en los que la disputa en el espectro conservador está más abierta de lo que parece. Y va a obligar a Feijóo a un ejercicio de contrapesos y equilibrios para compensar a los sectores más incómodos de su electorado, que haberlos haylos.

    Sánchez prepara previsiblemente una remodelación del Ejecutivo que sirva para posibilitar la salida de Darias y Maroto

    Mientras tanto, Sánchez prepara previsiblemente una remodelación del Ejecutivo que sirva para posibilitar la salida del mismo de las ministras de Sanidad y de Industria, Carolina Darias y Reyes Maroto, por sus candidaturas a las alcaldías de Las Palmas de Gran Canaria y de Madrid en las municipales. Habrá que estar atentos a si el reajuste ministerial incluye también a Fernando Grande-Marlaska que, pese la erosión sufrida, ha sido hasta el momento uno de los puntales más firmes de Sánchez al frente de un ministerio que es una verdadera ‘silla eléctrica’. El próximo debate de la ley mordaza puede ofrecer algunas pistas de ese futuro. Al parecer, en este asunto se va a ver con claridad un desmarque en las posiciones del PSOE respecto a sus aliados nacionalistas y de izquierda. Sánchez es un experto en alentar determinadas compensaciones en clave de poder. Ahora tocaría encender la clave moderada frente a las apuestas situadas más a la izquierda.

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