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El equipo que redactará el proyecto para transformar el ámbito del Carrilet saldrá de un concurso de ideas. El Ayuntamiento tiene previsto convocarlo de forma inminente y contará para ello con la colaboración del Col·legi d’Arquitectes de Catalunya (COAC), que tendrá un papel relevante especialmente en la redacción de los pliegos técnicos y la adjudicación del contrato, además de ser clave en la elección de los miembros del jurado que cribarán equipos y propuestas en las diferentes fases del proceso.
El ganador «acabará redactando el proyecto, el anteproyecto y el documento de modificación urbanística que posibilitará los cambios en la realidad física que hoy conocemos», detalla al Diari la concejala de Urbanisme, Marina Berasategui.
El concurso «lo que hará es establecer un procedimiento de selección del equipo en dos fases», añade Berasategui. A la primera, los aspirantes «podrán acceder de dos maneras distintas: por currículum, es decir, que sean de solvencia técnica y con experiencia en obra construida de referencia; o presentando una propuesta preliminar concreta para que pueda ser valorada y que, si es de alta calidad, puedan pasar a incorporarse». Para «garantizar que haya varios tipos de equipos entrando en juego» y «poner el talento en competencia para obtener las mejores propuestas posibles», en la segunda fase deberán estar al menos dos que hayan entrado por currículum y dos que lo hayan hecho por propuesta.
Seis equipos escogidos por el jurado avanzarán hacia esa pantalla y, allí, «la propuesta que el propio jurado elija como la mejor valorada, la mejor puntuada, será contratada mediante un procedimiento negociado», especifica la concejala. El jurado estará integrado en sus dos terceras partes por miembros designados por el COAC, de manera paritaria y con «arquitectos de renombre y experiencia contrastada»; y el otro tercio corresponde al propio Ayuntamiento.
Lo que valorará el concurso será «el planeamiento en sí, la ordenación de los usos que se planteen, la parte de urbanismo y paisajismo, y la parte arquitectónica» y esto se hará «aplicando criterios de sostenibilidad ambiental y de viabilidad económica de la propuesta». El premio para el ganador será la adjudicación del contrato, pero «se establecerán cinco premios para el resto de finalistas, que están valorados en 5.000 euros cada uno». En principio se han reservado unos 800.000 euros.
El alcalde de Reus, Carles Pellicer, por su parte, afirma que «todos los proyectos que impulsamos cuentan con el sello de calidad urbanística y arquitectónica, pero, en el caso de un proyecto estratégico y de futuro como es la transformación del entorno del Carrilet, hemos querido ir más allá y por eso convocamos el concurso de ideas, para elegir el mejor proyecto posible, y hemos pedido la colaboración del Col·legi d’Arquitectes».
El presidente del COAC en Tarragona, Jordi Romera, destaca que la actuación «es importante para Reus, con muchos metros cuadrados y mucho presupuesto». Por eso, el Col·legi colabora con el Ayuntamiento en el marco de la Ley de Arquitectura y «vela por la solvencia y la concurrencia» en el concurso, sistema que «valora la calidad y procura que el mejor sea el que desarrolle el proyecto; poner materia gris al servicio de esto resulta fundamental». «Agradecemos la confianza del Ayuntamiento y le felicitamos», concluye Romera.
¿Por qué un concurso de ideas y no una licitación? Berasategui defiende que «no queremos lograr una propuesta sino la mejor propuesta posible» y «por lo tanto, la forma de hacerlo es generando un período de apertura y eso se hace con un concurso: diferentes opciones, aproximaciones, miradas sobre el mismo enunciado». Además, «el proyecto va mucho más allá del gobierno que lo está impulsando, se ha hecho de forma participativa y debe tener continuidad porque a quien pertenece es a la ciudad», asegura la concejala.
El fruto del proceso participativo
El Ayuntamiento había llevado a cabo, a finales de 2021, un proceso participativo para perfilar el futuro del Carrilet en el que se hizo con alrededor de 4.900 aportaciones de vecinos del municipio. En general, la ciudadanía reclamó principalmente equipamientos socioculturales «como salas polivalentes, bibliotecas, espacios cívicos o para jóvenes» y también de tipo sanitario y asistencial, «centros de atención primaria o centros de salud mental» en esa parte de la ciudad.
Los participantes en el proceso pidieron más locales comerciales del estilo de «quioscos, panaderías, pescaderías o carnicerías». En cuanto a los espacios públicos, los de actividades se llevaron un 67,5% de las ideas aportadas, sobre todo «zonas de encuentro, zonas de juego, donde poder relacionarse o donde hacer deporte», pero la población también destacó la necesidad de tener espacios naturales.
La intención de partida del gobierno era situar en el Carrilet un albergue-residencia, un espacio para entidades y artistas, remodelar la estación de autobuses y generar espacios de coworking y vivienda dotacional para jóvenes, así como un nuevo punto de venta de producto fresco y de proximidad.
Los datos recogidos «se distribuyeron en diferentes canales para ser trabajados y evaluados técnicamente y darles un retorno». «La parte que afecta más al proceso urbanístico, y el proceso participativo, ya se enfocaron para que los arquitectos que deben hacer el trabajo tengan toda la información adaptada y territorializada; ha sido tratada por los técnicos responsables del Ayuntamiento y se ha puesto como contenido del pliego de prescripciones» del concurso, explica Berasategui. De esta manera, «será la base que los equipos técnicos deberán valorar y poner al servicio de la propuesta que hagan».
La concejala recuerda que la intervención prevista «abarca una área que es muy amplia, estamos hablando de la parte sur de Reus aunque tiene el epicentro se focalice en el Carrilet». «El pliego de prescripciones, de hecho, enseña a los técnicos una línea poligonal que es el ámbito de estudio mínimo, aunque puede crecer», expone, y comenta que el Ayuntamiento quiere «crear un nuevo polo de atracción y de actividad. No es una cuestión solamente de barrio, que también, sino que es sobre todo una cuestión de ciudad. Y tiene los elementos esenciales: nuevos usos, vida cotidiana, vida de proximidad y más y mejores conexiones».
Usos de mercado con venta y también degustación
El área del Carrilet contará con un «nuevo equipamiento municipal» cuyo programa funcional «incluye el uso de mercado, dedicado a la venta y a la degustación de alimentos frescos y de productos de proximidad», aunque posiblemente abarque otras funciones, tal como apuntaron hace pocas semanas fuentes del Ayuntamiento consultadas.
En paralelo, el Mercat del Carrilet cerrará definitivamente «a finales de junio de 2024», según mantiene el Ayuntamiento, en una fecha que está «vinculada a la del inicio de la transformación del ámbito del Carrilet». La idea de generar en esta parte de Reus un nuevo espacio de venta de producto fresco, que parece empezar a tomar forma ahora, viene de lejos. Ante la incertidumbre de los vendedores, que piden pasos en firme, el consistorio sostiene que «se consultará a los actuales paradistas si quieren tener parada en el nuevo espacio de mercado y se les tendrá en cuenta».
