Movilidad
Así se han cocinado los nuevos horarios de los Regionals y Rodalies de Tarragona
La reprogramación, que entrará en vigor este sábado, supone la transformación más ambiciosa del servicio desde los noventa, con la llegada del Catalunya Express

El equipo de operaciones de Renfe, reunidos para elaborar los nuevos horarios de Rodalies y Regionals
Los Regionals del corredor sur inician una etapa a partir del sábado, cuando entrarán en funcionamiento unos cambios un servicio, que afecta a 10.000 usuarios al día, y que deben aportar una «fiabilidad» y una «mejora de la oferta» largamente esperada por los usuarios. Así lo ponen de manifiesto tanto la Generalitat, como titular del servicio, como el operador Renfe, que llevan trabajando en el plan de mejora desde hace más de un año, cuando se iniciaron las obras de Roda de Berà.
En la cocina de esta remodelación ha trabajado el Departament de Territori con el personal de Operaciones, Planificación y Tracción de Renfe. Esto ha permitido tener una visión global desde la capacidad de la infraestructura a la disponibilidad de material rodante y de maquinistas, teniendo en cuenta que estos puedan cumplir con su jornada laboral y los tiempos de descanso.
«A nivel técnico ha sido bastante complicado», afirma el responsable de Planificació de Renfe, Ricard Riol. Esquemas de mallas, croquis de relojes e instrucciones han llenado las mesas de este equipo, formado por siete personas, que ha tenido que hacer auténtica microcirugía.
«Preguntamos al titular qué quería priorizar, teniendo en cuenta que los recursos no son infinitos y, por tanto, el objetivo era intentar mejorar y hacer más, siendo más productivos», explica Riol. Mantener la oferta cada treinta minutos entre Barcelona y Tarragona era uno de los objetivos. También restablecer la línea de Valls (R-13) y que pudiera mejorar el servicio (que tan solo era de dos trenes directos y dos lanzadera) y cubrir las franjas de hasta 90 minutos de espera para los usuarios de Reus fueron las prioridades.
Se han incrementado un 10% el kilometraje del corredor sur
«Teníamos claro que, pese a que aún tenemos limitaciones por las obras en la R-4 sur, tenía que hacerse una mejora que fuera percibida por el usuario», indica la directora general de Transports i Mobilitat, Susi López. Regular los horarios, con un sistema cadencial y fácil de recordar así como «reducir los problemas cuando se produce una incidencia en una línea», minimizando el efecto contagio, son otras de las prioridades que apunta la directora.
Un nuevo diseño
Con esta base, el equipo hizo tabula rasa y empezó a trabajar con el nuevo diseño. «Lo de antes del PAT no servía porque tenían que ajustarse los tiempos, teniendo en cuenta el diseño de la malla ferroviaria (la capacidad de la infraestructura), que ha cambiado su estructura por las obras de Sant Vicenç de Calders y Castelldefels», indica Riol.

Usuarios esperando un tren en la estación de Tarragona.
Este asegura que, los cambios que se han incorporado permitirán que haya «más trenes», «más circulaciones» y que el sistema sea «más robusto». Con todo, los nuevos servicios representan un incremento del 10% en el kilometraje del corredor sur.
Algunas de estas modificaciones ya se habían iniciado antes del Pla d’Alternatives de Transport (PAT) por las obras de Roda. Es el caso de la eliminación de las paradas de los Regionals dentro del núcleo de Rodalies, así como la homogeneización del régimen de paradas en la R-15 y la R-16.
Ahora, todo esto se ha complementado, reduciendo a la mínima expresión las operaciones de acoplamiento de vehículos. Así, cuando un tren de Lleida llegue a Reus, no se hará la doble composición. «Esto generaba una coordinación muy exigente, porque en el sur tenemos hasta cuatro modelos de trenes y si había algún desajuste se nos complicaba la cosa», dice Riol. En su lugar, se ha metido un nuevo tren media hora antes para distribuir la demanda.
En una nueva fase, la RT2 llegará hasta Vilafranca del Penedès
En paralelo, se ha hecho un nuevo diseño, de forma que los trenes de Lleida a Barcelona se canalizarán por la vía de Valls y, para evitar que se pierda la relación Tarragona-Lleida –más allá de los dos trenes directos que se mantienen– se ha recuperado la RT1 de Rodalies, la cual enlazará Tarragona con La Plana-Picamoixons, con transbordo garantizado con la R-13. Esto supondrá que, por primera vez, Lleida y Tarragona estarán enlazadas con un servicio ferroviario que no llegará a Barcelona.
Valls no está satisfecha con la reprogramación. Al respecto, el responsable de Relaciones Institucionales de Renfe, Antonio Carmona, pone en valor que la propuesta «duplica la oferta», al mismo tiempo que permite «ganar amplitud horaria». «Esto lo hemos hablado con Territori y es una primera fase de la reprogramación del sur. Las nuevas mejoras están supeditadas a la llegada de nuevos trenes», indica.
«Ya nos gustaría poder ganar frecuencias, pero habrá una segunda fase cuando acaben las obras de la R-4 sur y cuando tengamos más trenes y más conductores», añade Susi López. Una opción es cuando FGC entre a operar la línea Lleida-Terrassa en 2026, lo que liberará material de Renfe. Esta segunda fase también incluirá la prolongación de la RT-2 hasta Vilafranca del Penedès.
Una convivencia difícil
El encaje de bolillos es considerable, ya que ha tenido que hacerse teniendo en cuenta que el corredor sur tiene una gran complejidad. En este hay cuatro líneas de Regionals, además de las Rodalies de Tarragona, la R-2 sur y las mercancías. Esto significa la convivencia de trenes con velocidades diferentes y, por tanto, el servicio de la R-2 sur también ha tenido que ajustarse, teniendo en cuenta los objetivos del plan, hasta que no haya la cuadripliación de vías prevista dentro del Pla de Rodalies. Las limitaciones de la infraestructura, con cuellos de botella, suman complejidad a unos servicios que confluyen en los túneles de Barcelona, limitados a un tren cada tres minutos.
Riol afirma que los nuevos horarios «son más sencillos de explotar», lo que debe incrementar la fiabilidad del servicio. Aunque ya avanza que también será necesario un periodo de «adaptación» por parte de los usuarios. Este asegura que volver a los trenes de 55 minutos entre Tarragona y Barcelona «no puede ser». «El sistema de señalización y seguridad es más exigente y penaliza cosas que antes podías hacer y ahora no». También se han incrementado los servicios de Rodalies, por lo que esta aspiración queda aparcada a falta de «una actuación de infraestructura de grandes dimensiones».
La reprogramación supondrá pasar de un «diseño anticuado» a «un nuevo planteamiento de movilidad». Desde los 90, con la llegada de los Catalunya Express que no se hacía un cambio tan profundo.