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Dos personas que estaban trabajando en la planta de Iqoxe el día en que ocurrió el fatal accidente declararon ayer en el Juzgado de Instrucción número 1 en calidad de testigos. Uno de ellos era una vigilante de seguridad, quien indicó que una de las notificaciones después de la explosión se envió al Cecat (Centre de Coordinació Operativa de Catalunya) por fax. También aseguró que por ejemplo las barreras que había en la entrada son eléctricas y, si se marchaba la luz, quedaban bloqueadas. La mujer –que no resultó herida aunque sí quedó en estado de shock– manifestó que no tenia conocimiento del protocolo que se tenía que seguir en caso de accidente. Cuando se le preguntó qué medidas de seguridad se habían tomado después del accidente, aseguró que ahora tienen más a mano el libro donde está el protocolo. También indicó que todos los trabajadores, incluida ella, tenían mucha carga de trabajo.
Mantenimiento
El segundo testigo de la jornada de ayer fue un operario de una empresa subcontratada que trabajaba la noche de los hechos realizando labores de mantenimiento de la planta. Este ciudadano de nacionalidad marroquí manifestó que tenía un desconocimiento absoluto de los protocolos en caso de accidente ni de las normas esenciales de seguridad. Negó que durante su jornada laboral llevase algún tipo de aparato o sensor para detectar concentraciones de gases. Ante ello, le dijeron que si olía a huevos podridos que saliese corriendo, porque muchos son gases inflamables en contacto con el oxígeno del aire.
También fue tajante al asegurar de que las empresas en las que había trabajando, Iqoxe era de las peores en mantenimiento y que estaba muy envejecida respecto a las otras.
A finales de este mes de abril hay prevista la comparecencia de otras dos personas en calidad de testigos. Sin embargo, se supone que la instrucción todavía se alargará con el interrogatorio a más trabajadores y testigos.
