La nueva ola de calor convertirá el bosque en un polvorín el fin de semana

El prelitoral e interior son las zonas con un peligro más elevado debido al estrés hídrico de los bosques. El hecho de que el fin de semana sea Verbena de Sant Joan aumenta la amenaza

20 junio 2017 05:18 | Actualizado a 17 noviembre 2017 17:04
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La prolongada sequía y las altas temperaturas –tanto de los últimos días como las previstas para los próximos, especialmente el fin de semana– han encendido todas las alarmas. El sotobosque y el matorral están más secos que el año pasado, lo que lo convierte en un polvorín. A todo ello hay que añadir la verbena de Sant Joan del próximo fin de semana, otra amenaza para las masas arbóreas –el año pasado en Vallbona de les Monges ardieron 102,5 hectáreas a consecuencia del lanzamiento de un petardo–. Ante este panorama el bosque puede convertirse en un polvorín.

«Hay el mismo combustible que el año pasado, pero está peor, sobre todo el que puede iniciar un incendio, como fanàs, el sotobosque, las hojas de pino, etc», recalca el jefe del Àrea Bàsica del Tarragonès del Cos d’Agents Rurals, Pau Melià. A finales de la semana pasada los pinos todavía conservaban humedad en la parte verde, «pero acabará pronto con las previsiones de temperatura que hay», añade. 

El peligro subirá a partir del jueves con el aumento de temperatura y la bajada de la humedad

Este año, el número de incendios en el Camp de Tarragona ha sido muy bajo. El último del Tarragonès tuvo lugar hace 10 días en Roda de Berà, donde ardieron 500 m2. El origen fue el vertido de restos agrícolas al lado del Camí de la Merla. Un caso diferente es el de las Terres de l’Ebre, donde ha habido el 21,8% de los incendios forestales de toda Catalunya. La comarca más destacada es el Baix Ebre, con 31 fuegos, muy por encima del resto de comarcas catalanas –el Segrià está en segundo lugar, con 16–.

Más peligro en el interior

Dentro del escenario meteorológico previsto para esta semana, con altas temperaturas y bajas humedades relativas, los incendios históricos vinculados a esta situación muestran más actividad en las comarcas del prelitoral e interior. Según el historial de incendios forestales, con la situación térmica y meteorológica actual, se pueden esperar incendios forestales en las comarcas prelitorales e interiores.
Durante la última semana, el índice de sequía ha continuado incrementándose en toda Catalunya. En Tarragona, en términos absolutos, los valores más elevados continúan en el litoral y prelitoral de las Terres de l’Ebre, siguiendo después la zona comprendida entre las comarcas del Montsià y Baix Camp, incluido. El resto de comarcas del Camp de Tarragona presentan un índice de sequía que es un poco superior a la habitual en esta época, ya que el índice de sequía ha continuado incrementándose después de que hubiera disminuido con las precipitaciones de comienzos de junio. Hay que tener en cuenta que las precipitaciones del mes de mayo fueron inferiores a la media prácticamente en toda Catalunya.

La vegetación ya presenta un estrés hídrico, por debajo de la normalidad media. El pino blanco y coscojas están presentando un contenido hídrico deficiente, y la vegetación herbácea y algunos arbustos que presentaron un fuerte crecimiento debido a las lluvias sobre todo el mes de marzo, ahora hacen que aumente el volumen de combustible vegetal en los bosques y puntos donde se puede originar un fuego.
El Servei de Prevenció d’Incendis Forestals y el Cos d’Agents Rurales del Departament d’Agricultura prevén que el peligro aumente a partir del jueves debido a un nuevo incremento de las temperaturas y disminución de las humedades relativas. El peligro será predominantemente alto y no se descarta muy puntualmente peligro muy alto durante el fin de semana.

El mayor peligro

La zona de Llevant de Tarragona es la más conflictiva y preocupante del Tarragonès, según Pau Melià. La amplia masa boscosa que hay junto a urbanizaciones como Cala Romana y Boscos de Tarragona, unido a la presión demográfica de personas que acuden y disfrutan del bosque, aumenta considerablemente el riesgo de un incendio forestal. Además, según el responsable de los agentes rurales, en caso de un fuego de copas, las llamas podrían entrar dentro de la urbanización a través de las partes altas de los pinos, lo que causaría el pánico.

La zona de Llevant preocupa por su amplia superficie boscosa y por la masificación

A estos problemas hay que añadir el laberinto y estrechez de las calles, lo que dificulta los trabajos de evacuación. No es una situación hipotética. El 18 de septiembre de 1984, entre 2.000 y 3.000 personas –de aproximadamente medio millar de chalets de tres urbanizaciones– tuvieron que ser evacuadas a causa de un incendio que se inició sobre las cuatro y media de la tarde. También se desalojaron 850 personas de la Ciutat Residencial y se tuvo que cortar la autopista AP-7.

Una de las circunstancias que ayudaría a alejar las llamas de las zonas urbanizadas sería el viento de llevant, que haría avanzar el frente hacia el interior. Pero este viento haría avanzar rápidamente las llamas por las copas de los árboles. «Toda la masa boscosa es de propiedad privada, donde no se ha hecho ningún tipo de mantenimiento en los últimos años», señala Melià.

Pero especial peligro corren los chalets situados en la parte baja, en la calle Cigonya, ya que, en caso de incendio, el fuego avanzaría rápidamente en dirección a la autopista.  

El Pont del Diable también es un «polvorín», asegura el responsable de los agentes rurales del Tarragonès. No tanto por la presencia de viviendas cercanas como por la gran cantidad de personas que visitan la zona –a pie, en bicicleta o en moto– , además de por el estado de la vegetación y la topografía.

Bosc de la Marquesa

El PEIN del Bosc de la Marquesa también preocupa por su masificación. Al igual que años anteriores, tendrá una vigilancia especial por parte de diferentes cuerpos policiales y de los propios agentes rurales. Un dispositivo que comenzará ya este fin de semana de verbena de Sant Joan. «Hay gente que sigue yendo a la playa y enciende hogueras cerca del bosque, a pesar de estar prohibido», recalca Melià.

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