El nuevo sistema para ver la televisión en las habitaciones del Hospital Joan XXIII no gusta ni a pacientes, ni a sindicatos ni a trabajadores. El tradicional mecanismo de ir poniendo monedas ya es historia. Ahora, los pacientes o bien sus familiares se ven obligados a desplazarse hasta el hall de algunas de las plantas y contratar el servicio desde allí. El problema con el que se encuentran las personas ingresadas es que el hospital tiene restringidas las visitas por la pandemia, lo que no permite que los familiares puedan hacer la gestión en caso de que el paciente tenga la movilidad reducida. Fuentes del mismo Joan XXIII aseguran que las enfermeras, «de manera voluntaria y espontánea», son las encargadas de activar el servicio.
Empecemos por el principio. El pasado mes de septiembre, el hospital decidía externalizar el servicio de televisión a la empresa Isern Medical Telecom, especializada en sistemas TIC en centros sanitarios. La manera de funcionar y el precio no convencen a los pacientes, quienes ven como una semana de televisión e Internet puede llegarles a costar 36 euros. Además de los dos euros que deben pagar por los auriculares, que son obligatorios.
El paciente debe ir hasta una de estas máquinas –una especie de cajero automático– para contratar el servicio. Las pueden encontrar en el vestíbulo de la planta baja, en la segunda, la cuarta y la quinta. Si el paciente no puede moverse o, como ahora, a los familiares no les permiten el acceso a las instalaciones hospitalarias, también se puede hacer a través de una aplicación de móvil. «El problema es que, en la mayoría de casos, estamos hablando de personas mayores, que no tienen acceso a Internet. La brecha digital está también aquí presente», explica Ferran Mansergas, delegado sindical de la CGT. En estos casos, fuentes del Hospital Joan XXIII aseguran que los familiares también pueden llevar a cabo la contratación desde casa, a través de la aplicación.
Ahora, con las restricciones a la hora de entrar al recinto, los sindicatos denuncian que, en muchas ocasiones, el personal de enfermería es el encargado de realizar la gestión. Por su parte, el hospital se defiende explicando que se trata de «una circunstancia excepcional por la pandemia», y que las enfermeras «lo hacen de manera voluntaria y espontánea».
«Otro de los problemas con el que nos hemos encontrado es que, si te trasladan de habitación, también debes comunicarlo a través de la máquina. No nos parece práctico», explican desde el sindicato.
El precio
El precio es otra de las cosas que preocupa a los pacientes. Hay tres paquetes: el de ver solo la televisión, el de tener acceso a Internet o ambos. Ver la televisión un día en el Hospital Joan XXIII cuesta 5 euros, tres días 12 y una semana, 24. Lo mismo tener acceso al Wifi. Si el paciente quiere los dos servicios, el precio cambia. Un día de televisión e Internet vale 7 euros, tres días 18 y una semana, 36. El enfermo debe solicitar la tarifa que más le interese a través de la máquina o de la aplicación.
Fuentes del mismo hospital explican que, en aquellos casos en que el paciente no pueda hacer frente al coste de la televisión, se podrá optar a un bono social para larga estancia.