El nuevo 2025 empieza con intensidad tanto dentro como fuera del Saló de Plens. Este lunes se llevará a cabo el primer pleno del año, con las repercusiones de la dana en La Móra y la peatonalización de la Rambla Nova como temas destacados y con la posible ampliación del gobierno municipal flotando más que nunca en el ambiente.
Con presupuesto aprobado en noviembre y en vigor desde este 1 de enero, el ejecutivo del alcalde Viñuales (PSC) no lleva ningún modificativo de crédito a la sesión de este lunes (solo faltaría, ¿no?). Pese a ello, en la Plaça de la Font no existen los plenos marías ni relajados. Los vecinos de La Móra impulsan una moción que será defendida por ERC, Junts y ECP sobre desastre de las inundaciones de noviembre en Llevant, mientras que Esquerra presionará al gobierno local para que se moje sobre el futuro del centro neurálgico de la ciudad. Todo ello alzará el tono en un inicio de año en el que se han reactivado los contactos entre PSC y Junts para formalizar un gabinete de 12 concejales.
La Móra, ¿zona catastrófica?
77 días después de que la dana hiciera estragos en muchas viviendas de la urbanización de la Móra, los vecinos han redactado una moción en la que, entre otras cuestiones, piden al Ayuntamiento que solicite al Estado la declaración del barrio como zona catastrófica. El objetivo es «reconocer la gravedad de la situación», «acceder a ayudas directas para las familias y las empresas afectadas» y, sobre todo, «movilizar recursos para la rehabilitación de infraestructuras públicas», indica el texto que es asumido por juntaires y republicanos.
Una representación de los residentes de la zona estará presente en el pleno. Fuentes vecinales se han mostrado molestos durante los últimos días por la frialdad con la que el PSC habría recibido el texto. Pese a ello, fuentes consultadas indican que, al final, es posible que el partido que gobierna la ciudad dé su ‘sí’ a la demanda vecinal.
¿Una plaza en la Rambla Nova?
Otra de las cuestiones destacadas del pleno de hoy será la prueba piloto para peatonalizar el primer tramo de la Rambla Nova (el del Balcó, que es el que tiene el número ‘1’). Tras más de un mes y medio de cierre por la prueba piloto, el gobierno municipal debe decidir durante el primer trimestre de este año –junto con los vecinos y los sectores del comercio y de la restauración– si consolida definitivamente el veto a los coches.
Antes, sin embargo, ERC quiere que el ejecutivo socialista se moje. Y, por esto, este lunes presenta una moción en la que pide «establecer un compromiso de ciudad acerca de la remodelación integral de la Rambla Nova», apostando «decididamente» por «dar más protagonismo a los peatones» mediante «la construcción de una emblemática plaza en el tramo de Roger de Llúria.
El texto también propone convocar un «concurso de ideas» y organizar una consulta ciudadana para votar «si el pavimento debe ser de asfaltado o de baldosas».
Comisionados, sin pacto
Por otra parte, la pasada semana se reactivaron los contactos entre PSC y Junts para sondear un pacto «a la tarragonina, sin injerencias de fuera» para ampliar el gobierno de 9 a 12 ediles, intentando un acuerdo de estabilidad en los grandes temas con ECP.
Sobre ello, En Comú Podem es reticente y reitera lo ya manifestado en varias ocasiones desde 2023: «si Viñuales quiere ampliar el gobierno, puede hacerlo por la vía de los comisionados». Es decir, realizar encargos de gestión y transferir competencias a personas no electas, al estilo de lo que se hace desde hace años en Barcelona. Sin decisiones en firme, sin embargo, la Plaça de la Font corre el riesgo de seguir viviendo un infinito día de la marmota. Per fer una truita, cal trencar ous.