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La noticia avanzada ayer por este periódico sobre el archivo provisional de la causa penal del Jaume I generó todo tipo de sensaciones y de reacciones en la Plaça de la Font. La sorpresa, mezclada con la indignación y la desorientación, fue la tónica predominante. Uno de los más «tocados» era el exalcalde entre 2007 y 2019, Josep Fèlix Ballesteros (PSC). «Es una decisión difícil de entender y de aceptar. Alguien debe tener la responsabilidad de que desaparezca tanto dinero», expresaba el exmáximo responsable municipal, quien lamentaba que «esta es la herencia más nefasta que recibimos del anterior gobierno. Y lo mismo le ha pasado a Ricomà». «Los dos primeros años dedicamos muchísimas horas a esta cuestión. Cesamos al exgerente, paramos las obras, hicimos la auditoría y la entregamos a la Fiscalía...», recuerda el edil del PSC, quien apoya que el ejecutivo presente un recurso «para defender los intereses de la ciudad hasta el final».
Este posicionamiento es muy parecido al del principal partido del gobierno local. «Nuestra obligación es defender los intereses de la ciudad hasta las últimas consecuencias, y esto es lo que estamos haciendo. Debemos agotar todas las vías posibles para saber si ha habido alguna irregularidad», recalcó ayer Xavier Puig (ERC).
ECP: «Sin explicaciones»
Desde el resto de partidos de la oposición, menos el PP, se defiende la interposición del último recurso. «La ciudad necesita respuestas», afirma Carla Aguilar (ECP), quien critica que la interlocutoria del juez «no aclara qué es lo que pasó», por lo que «aún faltan muchas explicaciones y responsabilidades». Por su parte, Lorena de la Fuente (Cs) lamenta que esta obra «es un pozo sin fondo» que «pone en evidencia graves irregularidades en materia de contratación y de la gestión de los fondos públicos municipales». Finalmente, José Luis Martín (PP) asegura «respetar siempre» las decisiones judiciales, y lamenta que el ejecutivo local «no ha dado el impulso necesario para poder dar una solución a este asunto».
Tras veinte años, y con el caso ya casi archivado, el parking inteligente sigue sin dar respuestas a su fracaso.
