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Localizan 99 fosas más de la Guerra Civil y la dictadura en Tarragona

La exhumación de Cipriano Martos, en Reus, es la última actuación. La provincia pasa de 185 sepulturas identificadas a 284. Ha habido siete excavaciones recientes, y no solo en el Ebre

29 diciembre 2022 19:15 | Actualizado a 30 diciembre 2022 18:00
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Al menos siete individuos, probablemente soldados republicanos muertos en la Guerra Civil, fueron localizados este año en Mas de la Pila, en Corbera d’Ebre (Terra Alta). La actuación arqueológica se inició a raíz de un incendio en un área boscosa que dejó entrever restos en la superficie. También en la Serra de Prades, en el Baix Camp, unos huesos aparecidos sobre el terreno, además de restos de metralla y granadas de mano, pusieron sobre la pista a unas historiadoras.

Todo ello acabó con el encuentro de, al menos, cinco individuos, además de munición e indumentaria militar. La hipótesis de trabajo apunta a soldados republicanos muertos en combate entre el 6 y el 9 de enero de 1939. Va a hacer ahora 84 años. Son solo dos de las excavaciones realizadas este año en la provincia para hallar fosas de la guerra.

El Departament de Justícia ha actualizado el Mapa de Fosses que creó en 2010. Ahí se pueden consultar las localizaciones de todas las fosas, las confirmadas y las probables, de la propia contienda bélica y de la dictadura. Ascó, La Pobla de Massaluca, Móra d’Ebre, Els Reguers o Salomó son algunos de los enclaves tarraconenses donde se han localizado restos que han engrosado la lista de hallazgos.

Casi un centenar de fosas nuevas

Hasta ahora, el antiguo mapa recogía 185 fosas en el Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre. El actual, gracias a la última actualización, sitúa la cifra en 284. Por lo tanto, en los dos últimos años, la Generalitat ha localizado casi un centenar de nuevas fosas.

La mayor parte de esas 99 tumbas se sitúan en territorio ebrense, pero también hay en el Camp. Un caso reciente de gran alcance mediático es el de la exhumación en marcha del militante antifranquista Cipriano Martos, enterrado en el cementerio de Reus.

La Generalitat ha duplicado el presupuesto destinado a intervenir en las fosas

La mayoría de fosas se encuentran en camposantos. En el cementerio de Tarragona, hay tres ligadas a la represión franquista: en una de ellas hay inhumadas 766 víctimas de entre 1939 y 1949, la mayoría encarceladas en la capital o fusiladas en la cercana montaña de l’Oliva. En la capital la Generalitat tiene detectada también una fosa de la Guerra Civil y la dictadura en el Espai de la Tabacalera. Unas intervenciones en 2010 para acondicionar el complejo de la antigua fábrica dejaron al descubierto restos óseos, «algunos de los cuales parecen corresponder, muy probablemente, a soldados de la Guerra Civil».

$!Intervención en la Serra de Prades (Baix Camp) entre febrero y marzo de 2022. Foto: Departament de Justícia

En el cementerio de la capital del Baix Camp hay siete fosas detectadas; algunas de ellas, como la de soldados republicanos y civiles o la llamada Fossa dels Militars, con unos 300 inhumados, según los datos de la Generalitat. El Departament de Justícia, Drets i Memòria indica que «si los resultados de las labores de localización concluyen con éxito, Cipriano Martos será la 19ª persona exhumada identificada en Catalunya desde la creación del programa de identificación genética, en 2016».

El peso de la Batalla de l’Ebre

En Catalunya hay 887 fosas de la Guerra Civil documentadas, después de la última actualización, con una cifra estimatoria de 20.000 personas enterradas. En la anterior versión del mapa eran 671 las fosas identificadas, 216 menos. Solo había 13.000 difuntos referenciados. No se puede entender esta realidad sin el peso específico que tuvo la Batalla de l’Ebre en el conflicto, algo que inevitablemente se refleja en el recuento de fosas localizadas y excavadas, que es especialmente abundante en estas comarcas.

«Identificar una fosa es positivo, pero solo es el 50%. Falta un recorrido judicial», denuncia Francesc Xavier Tolosana, presidente del Fòrum de Tarragona per la Memòria

Una de las intervenciones más recientes ha sido la de la fosa del Mas de Santa Magdalena, en Móra d’Ebre, dignificada este pasado verano como último paso después de una intervención que comenzó en 2020. El lugar se ha incorporado a la Xarxa d’Espais de Memòria. La actuación arqueológica se inició justo hace dos años y duró algo más de seis meses. Se recuperaron 177 cuerpos de este lugar sanitario, que fue un hospital de guerra clave para el bando republicano. Es, de hecho, la fosa más grande abierta hasta ahora en Catalunya.

La proliferación y abundancia de este tipo de vestigios es tal en algunas zonas que incluso atañe a hallazgos en superficies. Es el caso de poblaciones como Vilalba dels Arcs, Gandesa, Corbera d’Ebre, El Pinell de Brai o Caseres. En este último lugar, en abril de 2020 los Mossos d’Esquadra realizaron una recogida de restos hallados en una finca, en el límite con Batea. Como es habitual, aparecieron durante la realización de trabajos agrícolas.

«Llevo luchando 49 años. Estoy contento porque hay avances pero ha pasado demasiado tiempo», admite Antonio, hermano de Cipriano Martos

Los despojos sobresalen en los lugares más insospechados, casi como la punta del iceberg de un material mucho más ingente que permanece oculto bajo tierra. En una finca de Móra d’Ebre hay enterrados numerosos soldados del ejército de la República. Cuando el propietario removió las tierras para plantar olivos, no aparecieron restos. Los investigadores suponen que «están a gran profundidad a causa de las periódicas avenidas de limos y fangos fluviales del río Ebre».

4,5 millones de euros

La Generalitat, mediante la Direcció General de Memòria Democràtica, ha duplicado el presupuesto destinado a la intervención de fosas, lo que permitirá ampliar la ejecución de servicios de localización, recuperación y análisis genético de los restos humanos.

En muchas ocasiones los restos afloran cuando se remueven tierras en trabajos agrícolas

El presupuesto del contrato de licitación es de casi 4,5 millones de euros. Recientemente, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha puesto en valor el «esfuerzo» en la recuperación de la memoria histórica en los últimos años, destacando iniciativas relevantes como la anulación de los juicios sumarísimos, la cuantificación del coste humano de la Guerra Civil, el impulso del banco de ADN o la misma elaboración del mapa de fosas.

La consellera, Gemma Ubasart, ha destacado que con esa mejora técnica introducida en el mapa «estamos haciendo efectivo el derecho de la ciudadanía a conocer su pasado, poniendo a disposición de los ciudadanos una información muy exhaustiva sobre lo que pasó hace más de 80 años». Sin embargo, aún queda trabajo por hacer. De las 887 fosas documentadas en Catalunya, se han intervenido 75 y se han recuperado los restos de 845 individuos.

«Estamos haciendo efectivo el derecho de la ciudadanía a conocer su pasado», explica Gemma Ubasart, consellera de Justícia, Drets i Memòria

Pero ese trabajo no es, para algunos, suficiente. Francesc Xavier Tolosana, presidente del Fòrum de Tarragona per la Memòria, ve aspectos positivos y negativos en estas labores: «Aunque haya habido diferentes partidos dentro de la Direcció General de Memòria Democràtica, veo positivo que se estén señalizando espacios y que se vaya avanzando. Otro aspecto a favor es que antes dependía de presidencia y ahora de justicia, y todo eso es un avance burocrático».

«Pensar más en las víctimas»

Tolosana lamenta que «las exhumaciones que se hacen no tengan luego recorrido judicial», como complemento a las tareas que se están efectuando: «Identificar una fosa es positivo, es un progreso, pero es el 50%. Lo que no puede ser es desenterrar un cadáver que lleva allí 60 años, con agujeros en el cráneo, y que no haya una continuidad a nivel judicial. Estamos en una fase de contentar a las familias pero habría que pensar más en las propias víctimas, en llegar hasta el fondo de la cuestión. Lo ideal sería que la Fiscalía pueda actuar de oficio».

Tolosana denuncia también que, en relación a las exhumaciones, «no se esté contemplando un presupuesto para pagar los gastos del traslado, como es el caso de Cipriano Martos».

El mapa es una de las herramientas del Govern sobre fosas y desaparecidos. Está regulado por la Llei 10/2009, de 30 de junio. Es un medio público para ayudar a conocer los hechos de la Guerra Civil y el franquismo. La web, publicada en 2010, está en evolución constante, en función de las investigaciones. El último volcado de datos data de este mes de diciembre. La provincia ha pasado de tener identificadas 185 fosas a 284. Toda Catalunya ha aumentado de 671 a 887. De estas, 508 están confirmadas y 379 figuran como probables. Entornos de lugares cómo Móra d’Ebre, Falset o Gandesa, en el interior ebrense, concentran la mayor parte de estas geolocalizaciones.

Antonio Martos: «Que se sepa que media España no fue bien tratada»

«Son 49 años peleando, mucho ha tardado, ha sido demasiado tiempo», reconoce Antonio, hermano de Cipriano Martos. El 12 de diciembre empezó en el cementerio de Reus la excavación para hallar los restos del militante antifranquista.

Martos murió asesinado por la Guardia Civil después de haber sido detenido y acusado de propaganda ilegal y de pertenecer al Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP). «Las labores van para largo, será cuestión de mes y medio», admite Antonio.

$!Inicio de las labores de exhumación de Cipriano Martos, en el cementerio de Reus, el 12 de diciembre. Foto: Alfredo González

Este familiar acumula toda una vida de activismo para exhumar el cuerpo de su hermano y darle una sepultura digna en su lugar de origen. «Una vez se identifiquen los restos, queremos enterrarle en el cementerio de Huétor-Tajar, para que esté junto a mis padres y a un tío que tenemos», dice Martos, satisfecho por los avances en una batalla que es de la de muchos: «Queremos que se sepa que media España no fue tratada bien. Hay mucha gente afectada, muchas víctimas que no se sabe dónde están. Yo mismo pensé mucho tiempo que mi hermano estaba desaparecido. Queda mucho trabajo por hacer para localizarlos y dignificarlos».

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