Tarragona, junto con el resto de ciudades españolas declaradas Patrimonio de la Humanidad, ha acordado establecer líneas directas de colaboración con la Unesco para abordar desafíos como el turismo masivo, el deterioro del patrimonio, la despoblación de los centros históricos y el auge de los pisos turísticos. El alcalde Rubén Viñuales estuvo en la capital francesa en representación de la ciudad.
Los alcaldes del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad, entre ellas Tarragona, se reunieron este lunes en París con Lazare Eloundou Assomo, director del Centro del Patrimonio Mundial de la Unesco. En el encuentro se acordó intensificar la cooperación con el objetivo de hacer más habitables los cascos antiguos sin renunciar a su valor histórico.
Assomo invitó a una representación del grupo a participar en la próxima sesión del Comité de Patrimonio Mundial que se celebrará del 6 al 16 de julio en París. Además, viajará a España para asistir a una futura reunión del grupo, y ofreció una línea directa de comunicación entre su equipo y los municipios para facilitar gestiones pendientes.
«Queremos que los centros históricos, como el de Tarragona, sigan siendo espacios vivos, donde se pueda vivir sin renunciar a su historia», afirmó Goretti Sanmartín, presidenta del grupo y alcaldesa de Santiago de Compostela.
En la reunión también estuvieron presentes el embajador español ante la Unesco, Miquel Iceta, y el embajador de España en Francia, Victorio Redondo Baldrich, además de representantes de la Oficina Española de Turismo.
Actualmente, España es el tercer país del mundo con más sitios inscritos en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, solo por detrás de Italia y China. El grupo de ciudades incluye, además de Tarragona, a Alcalá de Henares, Ávila, Baeza, Cáceres, Córdoba, Cuenca, Ibiza, Mérida, Salamanca, San Cristóbal de la Laguna, Santiago de Compostela, Segovia, Toledo y Úbeda.
