La escena recordaba al popular concurso televisivo de cocina Master Chef. Los participantes tenían cinco horas para hacer sus creaciones sobre el cuerpo de las modelos. «Nos iban cantando la hora y, al final, tenías que soltar los pinceles», cuenta Aitana Sánchez, maquilladora tarraconense que junto a Elisabet Llaberia representó a España en el mundial de ‘body painting’ (pintura corporal) que se celebró hace unos días en Múnich.
Las jóvenes, recién egresadas del Institut Cal·lípolis, se habían ganado el derecho a participar en el mundial después de conseguir el primer premio en el concurso nacional que se celebró en Valencia en marzo de este año.
En este tipo de concursos los organizadores proponen un tema que los artistas, luego, interpretan libremente. En el concurso nacional el tema habían sido los superhéroes y ganaron con una diseño inspirado en el Joker, el villano de Batman.
En Múnich el tema propuesto fue la vida lujosa y hubo desde quien lo interpretó literalmente hasta quien apostó por ideas más románticas. En el caso de las tarraconenses, Aitana decidió dedicar el diseño a las cosas de la vida que son auténtico lujo pero que no se pueden comprar con dinero: la naturaleza en general, el mar, la salud... «Cuando terminamos no podíamos estar más contentas», apunta Elisabet.
Fue una oportunidad, además, de ver las diferente formas en las que trabajan otros equipos. «Algunos trabajaban con plantillas, mientras que nosotras todo lo hacemos a pulso», cuentan.
Una modelo sin cosquillas
Otra parte importante del éxito del equipo está en Alba Basora, la modelo que ya les acompañó en el nacional. Ambas maquilladoras coinciden en que para ser modelo de ‘body painting’ se necesita más que un cuerpo agraciado. Son muchas horas de trabajo sobre la piel, a veces sin ni siquiera tomar asiento.
«Si tienes cosquillas es imposible dedicarse a esto. Imagínate trabajando un buen rato, con un pincel finito en zonas como las axilas», ejemplifican.
Luego toca, además, presentar el trabajo en público, para lo cual hay que demostrar también que se tiene una especial actitud. «Y sobre unos zapatos de plataforma imposibles, je, je», cuenta Elisabet.
Estudios tarraconenses
Tanto Aitana como Elisabet estudiaron el grado de caracterización y maquillaje profesional en el Institut Cal·lipolis, uno de los tres de Catalunya (los otros dos están en Barcelona) que lo imparten.
A pesar de haber terminado este año, ambas jóvenes ya están trabajando como maquilladoras en PortAventura y estos días, por Halloween, no paran. «No es fácil vivir de esta actividad, pero también es verdad que si te mueves encuentras trabajo», dicen.