Masia Bou de Valls: El despertar de un gigante de las 'calçotades'

Después de un tiempo dormida, la emblemática Masia Bou despierta bajo una nueva dirección. El jueves inauguró la temporada de calçotadas con una gran fiesta

19 mayo 2017 17:25 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:44
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Me imagino a un Dalí nervioso, afilándose su peculiar bigote, mientras escudriña los platos de la carta. Sin embargo, la elección ya la tenía hecha desde hacía días:calçots. Vino con sus amigos a la emblemática Masia Bou, donde nacieron las calçotadas, para disfrutar de esta tradición catalana que tan bien han sabido explotar los de Valls.

De esto hace mucho tiempo, pero aparte de él, las antiguas paredes de la masía –que datan de 1929– y su decoración rústica han permitido gozar de nuestra cocina tradicional a distintos personajes históricos a lo largo de su vida. Personalidades que han convertido la masía, de forma intermitente, en uno de los restaurantes más exclusivos de nuestra provincia. Los hipsters de ahora matarían por haber tenido mesa entonces.

Este gigante, que ha permanecido dormido en los últimos tiempos, ha despertado bajo la dirección de la familia Gonzàlez Montserrat –con exitosa experiencia en el Txantxangorri y la Barata de Tarragona–. El padre y gerente, Bernardo Gonzàlez, junto a sus dos hijos, ha empezado esta aventura con mucha energía e ilusión, queriendo recuperar el prestigio que siempre se ha asociado a este gran establecimiento, símbolo de la gastronomía vallense.

Con ese objetivo, el jueves quiso inaugurar la temporada de calçotadas como mejor sabe: celebrando una. Porque no hace falta esperar a que pase la Navidad para disfrutar de la unión de esta verdura y el romesco.

Alrededor de 30 personas acudieron a esta nueva Masia Bou, que hoy goza de una remodelación completa y tiene capacidad para 350 comensales. Cabe decir que destacaban varios rostros conocidos locales, como el fotoperiodista Ramón Segú Chinchilla, y el crítico gastronómico Felix Llovell. Dos colegas que se toparon de casualidad con el ‘tribuno’ del Diari de Tarragona y locutor de Onda Cero Pablo Alcaráz, que también tenía una calçotada en el mismo restaurante.

En general, fue una jornada amena y amistosa, que quiso replantar la buena reputación que un día tuvo el local y presentar sus novedades. Los comensales pueden disfrutar de 15 platos de brasa, que podrán ver cómo se cocinan en la propia sala. Y por supuesto, también destacan los almuerzos de tenedor, los guisados, la cocina y los postres caseros, que sin duda merecen que se les haga un hueco en el estómago.

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