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Era una posibilidad de la que ya avisó el propietario. Cualquier golpe de mar, cambio de mareas o movimiento de la arena podría acabar fracturando el casco y que el velero se hundiese.
El dueño de la goleta ya la daba por perdida tras más de un mes embarrancada, llena de agua y sobre todo por el expolio después de que muchos bañistas se acercasen a ella, entrasen en el camarote semi sumergido y la usasen como zona de juegos pese al riesgo.
Los temores se han cumplido. Finalmente el barco se ha hundido y las olas arrastran hasta la orilla trozos de madera, palos y fragmentos del velero. Rescatadores y la Policía Local han acordonado un espacio de playa para evitar daños y también ondea la bandera roja en ese punto. De hecho esa señalización está desde el primer momento del encallamiento para evitar que los bañistas llegasen al barco, pero pocos hacían caso.
Ahora el riesgo es el del depósito de combustible que ha quedado hundido pero se desconoce su estado. El temor es que pueda haber alguna fuga que contamine la zona y además está la cercana reserva marina de Masia Blanca.
La urgencia es comprobar cómo ha quedado el velero sumergido, los daños que presenta e intentar sacarlo de la zona para evitar más riesgos.
La situación ha provocado la indignación de muchos bañistas que lamentan el retraso para rescatar el barco
Pero más allá comenzará un proceso para intentar determinar responsabilidades. El propietario asegura que ya intentó sacarlo con una empresa especializada hace unas semanas, pero no se consiguió pese haber pagado la factura de la intervención.
El dueño del velero había pedido ayuda para recatar el barco de la zona, pero denuncia que nadie le ha atendido.
En breve más información.
