La continuidad o no del Club Náutico de Torredembarra pende de un hilo. La regulación de las instalaciones deportivas de carácter federado que prevé el Reglamento general de Costas del Estado dictamina que los clubes tienen la obligación de no exceder los 300 metros cuadrados de edificación. El de Torredembarra sobrepasa, y de mucho, este límite. Estamos hablando de 1.400 metros cuadrados edificados que, si no se normalizan, impedirán ipso facto que la entidad renueve la concesión para los próximos 40 años.
El Club Náutico de Torredembarra se fundó hace justo 50 años, en 1969, y en 1982 obtuvo la concesión para los 25 años que le seguían. Entonces la legislación vigente no impedía que dispusiera de estos 1.400 metros cuadrados de hangar que ahora hacen peligrar su subsistencia.
Por eso, el club está ahora buscando estrategias que le permitan evitar tener que bajar las persianas. «Podríamos presentar un proyecto para desinstalar la nave y entonces no tendríamos problemas para renovar la concesión», explica el presidente del Club Marítimo, Juan Manuel Mercadé, «pero no es lo que queremos y por eso buscamos alternativas para poder seguir manteniendo todas las instalaciones».
En este sentido, Mercadé, explicó que «intentaremos acercarnos al Ayuntamiento e intentar hacerles ver que todas nuestras instalaciones son un espacio con un uso de interés público. Si el Ayuntamiento reconoce que en este espacio existe un interés municipal y la Generalitat lo rectifica, se puede salvar».
Ya desde el Consistorio, el alcalde de Torredembarra, Eduard Rovira, anunció que «nosotros damos apoyo a todas las iniciativas del club» y, de hecho, explicó que «existen diversos convenios con el Ayuntamiento a través de los cuales se reconoce que el club ofrece unos servicios públicos a la ciudadanía». Y no solo eso, sino que según recordó Mercadé, «en 2001 el Consejo de Ministros nos reconoció como una entidad de utilidad pública sin ánimo de lucro».
Sea como sea a día de hoy el club está inmerso en trámites jurídicos para, según Rovira, poder «mantener la estructura tal y como la tienen. Están buscando estrategias a seguir para no tener que modificar nada. Piden renovar la concesión tal y como está ahora mismo y esto, ahora, no es posible».
El alcalde habló de determinadas estrategias que están sobre la mesa y que podrían ayudar a mantener intacto todo el equipamiento del Club Náutico, pero no quiso hacerlas públicas para «no repercutir negativamente en su ejecución». Sí que avanzó sin embargo que el que dichas estrategias lleguen a buen puerto depende, entre otros factores, de la predisposición y buena voluntad de las administraciones públicas.
300 metros más de restauración
El límite de los 300 metros cuadrados de edificación podrían ampliarse a 300 metros más destinados a restauración si así lo acaban acordando Estado y Generalitat. Aunque la superficie del hangar de Torredembarra quedaría fuera de este nuevo límite, sí que afectaría al edificio donde el club tiene la sede social y el restaurante, cuya superficie alcanza los 400 metros cuadrados. Aun así, ni Mercadé ni Rovira le dieron mayor importancia y ambos se centraron en poner solución a esos 1.400 metros cuadrados que ocupan la nave para invernar las embarcaciones.