Con doce años y gracias a su fortaleza física, Leontius fue reclutado como gladiador. De la noche a la mañana, este esclavo que trabajaba en el campo se vio obligado a cambiar la azada por la espada y los campos por el anfiteatro. Leontius, con veinte años, se siente orgulloso de ser un luchador que entretiene al público, entre los que se encuentran destacados poderosos. Algunos compañeros le hablan de revueltas de esclavos y de libertad: tiempos pasados que Leontius menosprecia. «Solo la muerte es verdad», sentencia.
Leontius es un gladiador de Tarraco, del siglo I dC y su biografía es una de las historias romanas que narra la exposición Imperivm, del Museu d’Arqueologia de Catalunya (MAC), en Barcelona, muestra permanente que se inauguró el año pasado y que se puede visitar durante todo este 2025 y hasta 2029.
Junto a Leontius, otros personajes de la época son Caius Petronius Rufinus et Petronia Rufina, también del siglo I dC, de Antiochia, dos hermanos, hijos de un hombre poderoso conscientes, ya desde pequeños, que él tendrá más autoridad que ella. O el senador Caius Claudius Pulcher de Corduba, del siglo II dC. Un hombre que reflexiona sobre la naturaleza del poder y su papel en el Imperio. Su relato ejemplifica la influencia y el dominio que podían llegar a tener las clases dirigentes de Roma, más privilegiadas que el resto de la población, ya sea en su implicación en campañas militares, en la promoción de obra o en la participación política... Todo al servicio de la idea de lo que significa Roma, de lo que representaba para millones de personas.
Porque ¿qué fue el Imperio romano?, ¿qué características políticas, económicas, sociales y culturales lo estructuraron y cohesionaron a lo largo del tiempo? ¿Qué legado nos ha dejado Roma? Son algunas de las preguntas que Imperivm plantea a los visitantes y que intenta responder con más de 200 objetos de época romana y tardoantigua conservados en el museo, algunos verdaderos tesoros de la arqueología nacional y de la península ibérica. Cuenta, además, con una banda sonora original exclusiva: una pieza de ambientación espacial, creada para la ocasión por el músico de Amposta Ubaldo (Andreu Garcia Serra) con las voces de dueto Tarta Relena.
De igual manera, se ofrecen videomapas, vídeos inmersivos 360 grados y numerosos recursos audiovisuales de última generación, actividades educativas y culturales.
Tarraco, en el centro
Es con estas herramientas digitales con las que Tarraco adquiere un protagonismo propio con un vídeo inmersivo con gafas 360 grados, que introduce al espectador en la antigua ciudad romana, la del siglo II aC mediante un descriptivo vuelo a vista de pájaro.

Todo cobrará vida ante los ojos: Los visitantes serán testigos de la actividad del puerto; disfrutarán de las luchas de gladiadores en un anfiteatro abarrotado y enfervorecido, una majestuosa construcción en medio del bosque, a las afueras; también asistirán a una obra de teatro clásica en la urbe y sentirán la adrenalina de las carreras de cuádrigas en el circo, con su competitividad y riesgo.
La exposición ha sido comisariada por Mario Cervera y Arturo de la Oliva, conservadores del MAC y ha contado, asimismo, con la colaboración de diversos especialistas en la temática. Entre ellos, con el asesoramiento científico de Joaquín Ruiz de Arbulo, arqueólogo, investigador y catedrático de Arqueología de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona (URV).
Con la voluntad de acercar el rico patrimonio a la contemporaneidad, la muestra pone el foco en presentar el Imperio romano como uno de los primeros ejemplos de sociedad globalizada de Occidente: un conglomerado de pueblos y grupos humanos con una gran diversidad de lenguas y tradiciones religiosas, sociales y culturales en sus inicios, que durante siglos y, en mayor o menos intensidad, se integraron en la estructura política y cultural que Roma construyó en torno al Mediterráneo. Adoptaron la lengua, muchas instituciones y costumbres de la sociedad romana, en un proceso de aculturación llamado romanización.
Entre las piezas visitables en Imperivm, el visitante descubrirá, por ejemplo, La diosa de la calle del Paraíso, escultura descubierta en 1875 en la calle Paradís de Barcelona, muy cerca de donde se levantó el templo de Augusto de Barcino y que es muy probable que representara a un miembro femenino de la familia imperial.
El sarcófago que representa el rapto de Proserpina, que llega desde Santa Pola, Alicante, perteneciente a la primera mitad del siglo III dC. Según el mito, Plutón, dios del infierno, raptó a Proserpina para casarse con ella. Su madre, Ceres, abandonó sus funciones de diosa de la agricultura para buscarla, por lo que la tierra se volvió estéril. Para arreglarlo, Júpiter dictó que Proserpina viviera con su madre nueve meses al año, tiempo en el que la tierra sería fecunda. En invierno, Proserpina volvería al infierno con su esposo y la tierra quedaría yerma.
Otras joyas son un mango de un cuchillo en forma de gladiador, de l’Escala, del siglo I dC; un mosaico que representa una carrera de cuádrigas en el circo, de Barcelona, del siglo IV dC; o un retrato femenino conocido como Dama Flavia, también de l’Escala, en bronce, del siglo I dC.
Estructura
Once grandes ámbitos temáticos
La muestra Imperivm se estructura en once grandes ámbitos temáticos, cada uno de ellos encabezado por una palabra latina, alusiva a los contenidos que se exponen. En la primera planta Orbis (mundo) presenta una síntesis del proceso de creación del Imperio romano; Verbum (palabra) se dedica al latín, lengua común del Imperio; Civitas (ciudad) está dedicado a evocar el rol y el urbanismo de la densa red de ciudades creada por Roma; Potestas (poder) son las características de su sistema político, haciendo especial énfasis en la figura de los emperadores; Populus (pueblo) invita a descubrir la estructura social romana; Religio (religión) y Fatum (destino) tratan el mundo de las creencias y los rituales religiosos y funerarios de las sociedades que conformaban el Imperio.
En la galería, en la segunda planta, Imperivm continúa con Negotium (negocio) y Otium (ocio), dos ámbitos que invitan al visitante al ámbito del trabajo y del ocio en el seno de la sociedad de la época. Mulier (mujer) evoca el rol y el estatus femenino en aquel momento. Finalmente, Hereditats (herencia) pone de relieve la continuidad del legado cultural y patrimonial romano a través de los tiempos y su rol en el proceso identitario de la Europa actual.