¿Es Vicente Valero una persona real?

El Cura y el Barbero. En mi primera novela, ‘Persianas’, convertí a Valero en un personaje de ficción y recojo la imagen de Vicente internándose en la ciudad cuando todos huyen de ella

30 abril 2023 19:30 | Actualizado a 01 mayo 2023 07:00
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La semana pasada Antoni Coll se hacía eco en su «Plumilla» del Diari de Tarragona de la entrevista que recientemente ha concedido Vicente Valero al programa Crims, de TV3. Valero fue, entre 1982 y 1988, gobernador civil de Tarragona, y protagonizó uno de los capítulos más célebres de la criminalística tarraconense al verse involucrado, como mediador, en el atraco con rehenes al Banc de Sabadell en Valls, en 1985. De ahí el interés del programa de Carles Porta por obtener su testimonio.

Al parecer, Valero fue requerido por el atracador, Juan Manzanares, como interlocutor, junto al entonces ministro de Interior, José Barrionuevo. Solamente Valero y el alcalde de Valls, Pau Nuet, accedieron a entrar en el banco.

El suceso terminó con Valero gravemente herido: el atracador le disparó a bocajarro y la bala atravesó la tráquea y las cuerdas vocales. Las imágenes que emitió el programa son estremecedoras. Valero sale del banco por su propio pie y manando sangre, y es conducido hasta la ambulancia, donde llega tambaleándose, próximo a perder ya la conciencia. Afortunadamente, salvó la vida.

Dos años más tarde, se produjo el atentado terrorista de ETA en el complejo petroquímico de Tarragona. Mientras toda la población abandonaba en coche la ciudad, solamente un vehículo se dirigía hacia las llamas. Era Vicente Valero, que acudía al lugar de los hechos para evaluar la situación. Yo tenía entonces 9 años; Valero, 38.

En mi primera novela, Persianas, convertí a Valero en un personaje de ficción. En las páginas 137 y 138 del libro recojo aquella imagen, casi épica, de Vicente internándose en la ciudad mientras todo el mundo huía en dirección contraria. Quizás nos cruzamos aquella noche aciaga en la carretera. ¿Quién le iba a decir a aquel niño atemorizado que acabaría novelizando el pánico de aquella madrugada?

Y ¿cómo iba a saber don Vicente que ese niño anónimo, uno de tantos que escapaban del fuego, lo iba a convertir en personaje literario? ¿Y quién les iba a decir a ambos que 23 años después se abrazarían con tanta ternura e intercambiarían sus libros en una muestra fotográfica sobre libélulas?

Así es. En enero de 2020, se inauguró en Alicante la exposición «Agua... Libélulas y Fotografías», de Teodoro Martínez y Ricardo Menor. Valero, que entonces (y ahora) reside en Villena, presentaba el acto, y había conocido, gracias al profesor Ángel Luis Prieto de Paula, que yo había escrito una novela en la que él aparecía como personaje.

Así que se puso en contacto conmigo y me conminó a asistir al evento para conocernos en persona. En la inauguración, Valero leyó un texto precioso, de su propia creación, sobre las libélulas. Y al finalizar el acto, pudimos al fin encontrarnos y darnos un abrazo.

Él acababa de publicar La huella del Ángel, una espléndida novela histórica situada en la Castilla de los siglos XIII y XIV. Me pidió que trajera yo también mis Persianas para intercambiarnos los libros. Así que allí estaba yo, abrazando a mi personaje de ficción, que había querido, legítimamente, corporeizarse en persona real.

Pero yo aún tengo mis dudas. Alguien que entra en un banco para salvar la vida de ocho rehenes; que sobrevive a un disparo en la tráquea; que se dirige con su coche a la peligrosísima zona cero del atentado en las petroquímicas; que aparece de repente en mi vida en un acto donde lee un texto sobre libélulas... No sé, no sé.

Yo creo que Vicente Valero no existe. O que lo he soñado. Yo creo que Vicente Valero tiene que ser, por fuerza, un personaje de ficción.

Mi blog literario: http://cesotodoydejemefb.blogspot.com

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