La Semana Santa de 2021 iba a ser el momento idóneo para el regreso de la Mare de Déu de l’Amargura a las calles reusenses, pero la pandemia obligó a la suspensión de las procesiones. El próximo Martes Santo, el paso volverá a salir y el público podrá apreciar el trabajo de restauración que ha llevado a cabo el Taller Avall.
Sus restauradores han vivido «la amargura del proceso» pues, como explica Aleix Vall, debían «restaurar la imagen, el paso y todo de nuevo», ya que solo han podido mantener el podio, las escaleras y el marco exterior de madera.
La restauración ha sido un proyecto interdisciplinario. Han contado con el asesoramiento de la Associació Cultural Recull d’Estudis Històrics de Reus, en concreto, con las historiadoras Maria del Carme Bigorra y Maria Josep Salvadó, con el objetivo de recuperar la esencia del paso también en su sentido histórico y teológico. Además, esta ha sido posible porque el Centro Aragonés El Cachirulo decidió cuidar el paso como un patrimonio material de la ciudad.
La imagen tallada de la virgen está datada de hace más de 80 años y necesitaba una reparación porque estaba completamente descuidada. Según Vall, cuando la recibieron en el taller, «la Mare de Déu tenía varios impactos, le habían roto la nariz, la habían usado para hacer puntería, la mano era falsa y había sido sustituida por la de un maniquí, venía con hongos, tenía moho y la madera estaba toda levantada». Además, han tenido que rehacer la peana y colocar una lámina de hierro que sustentase el peso de 280 kg.
Con ese punto de partida, Aleix Vall y Sara Guerrero han trabajado en su restitución. Después de limpiar y eliminar las pinturas no homologadas que cubrían la figura, han recuperado la policromía original y han trazado de nuevo, punto por punto, los detalles de la vestimenta. También, a partir de unas fotografías de Niepce del año 1948, han podido reconstruir la mano. A su vez, llama la atención que hayan descubierto la firma del escultor Claudi Rius, que había sido «eliminada» del lateral de la figura.
Una fecha y muchas manos
Una vez restaurada la imagen, empezaron a trabajar en el paso que la transporta, un proceso que ha sido mucho más complicado. «Es lo que pasa cuando involucras a distintos tipos de profesionales», indica Guerrero ante los problemas que han tenido para compaginarse por falta de tiempo y, estas últimas semanas, por falta de materiales.
Ellos se han encargado de la parte más bonita y visible, pero reivindican que «aunque nadie se dé cuenta, si no está lo de abajo, lo de encima no se aguanta». Sobre todo porque el paso tiene que sostener el peso de la figura, las flores, los faldones que lo envuelven y las numerosas bombillas que coronan el paso e iluminarán la figura, haciendo que la Mare de Déu de l’Amargura recupere su colorimetría original al recorrer las calles de Reus junto a la Processó de l’Amargura y los Tambores de Calanda.
