El propietario de un taller de vehículos se enfrenta a la pena de dos años de prisión y a pagar una multa por un delito de estafa acusado de haber vendido a otra persona un turismo Aston Martin que no era suyo por importe de 165.278 euros.
El comprador, al comprobar que no tenía el vehículo ni le devolvían el dinero, acudió al establecimiento y se apoderó de dos coches. Por esta acción se enfrenta al pago de un multa acusado de un delito de realización arbitraria del propio derecho, agravado por la utilización de instrumento peligroso.
El Ministerio Público ha tenido en cuenta la atenuante de dilaciones indebidas ya que el caso tardará once años en juzgarse.
El 6 de septiembre de 2007, según la Fiscalía, G.E.M. vendió a J.A.S.G. un turismo Aston Martin DB9 aparentando ser el dueño del mismo, cuando en realidad lo era una empresa de Madrid. El comprador pagó por él 165.278,33 euros, pero nunca recibió el vehículo ni recuperó el dinero.
El 5 de febrero de 2008, J.A.S.G. acudió al taller del vendedor muy alterado. Increpó a G.E.M. y le manifestó que si no le daba el dinero debido comenzaría a romper cosas. El dueño del establecimiento, como consecuencia del temor que le producía el otro acusado, le dio lasa llaves y la documentación de un vehículo del taller, un BMW 325 TDI, que tenía a la venta.
Con un bate de béisbol
Tres días después, el comprador acudió de nuevo al taller y esgrimió un bate de béisbol. Amedrentó a uno de los empleados del establecimiento y se apoderó de otro coche, un Mercedes E500, que también estaba a la venta.
Inicialmente también estaba procesada una empleada del taller. Sin embargo, el Ministerio Público solicita el sobreseimiento provisional respecto a ella al tratarse de una mera empleada, que sólo formalizó el oportuno contrato siguiendo las estrictas indicaciones del acusado, «sin disponer de autonomía propia».
El caso llegará a juicio el próximo día 17 en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Tarragona.