´Tomorrowland´, aventuras en un festín visual que desafía al tiempo

Tomorrowland: el mundo de mañana no es una película del cine de acción en su acepción más clásica del término fílmico. Es una aventura fascinante y misteriosa dirigida por Brad Bird, doble ganador de un Oscar (dos largometrajes animados para Disney como Los Increíbles y Ratatouille). El director también de Misión Imposible: Protocolo Fantasma ha logrado esta vez una interesante intriga narrativa acompañada de un esplendor visual poco habitual.

Es una película típicamente de la factoría Disney, aunque con algunos ligeros matices. No es simplemente un espectáculo de acción u puro entretenimiento, que también. Pretende ofrecer un mensaje entre los jóvenes que la vean: el futuro es para soñadores que no se quedan tumbados esperándolo, sino que caminan sin descanso hacia sus sueños.

Partiendo de esa premisa optimista, Tomorrowland cuenta con algunos ganchos suficientemente atractivos para el espectador. Acción y aventuras asegurados, George Clooney en el reparto principal y un buen cúmulo de efectos especiales. ¡Vale, si! También es una peli típica de palomitas y entretenimiento. Pero es que llega el verano y empieza a haber ganas del disfrute por el disfrute, sin más pretensión que pasar dos horas llevando a su audiencia a un viaje emocionante repleto de aventuras a través de nuevas dimensiones que sólo han podido ser soñadas.

Entre otro de los alicientes de Tomorrowland está la de su guionista, Damon Lindelof, responsable de Prometheus (la precuela de Alien) y escritor y co-creador de Lost. Lindelof ha querido dar su particular visión del ¿apocalíptico? final de la Tierra.

Y todo entre viajes en el tiempo y el espacio, explosiones, desintegraciones, persecuciones y la recreación de una sociedad ideal (Tomorrowland), comandada en su fase de declive por Hugh Laurie, actor más conocido por encima de cualquier cosa por encarnar al doctor House. Añadamos otro aliciente: rodada aquí, en Valencia. En la Ciudad de las Artes y las Ciencias para ser más exactos.

El filme se rodó en la capital del Turia hace 16 meses (casi año y medio) y nos llega a ahora a la gran pantalla. Con Clooney, de 54 años, encantado de la vida porque ahora en vez de ser él quien gane las peleas, sean los robots los que le zurren.

En esta ocasión, Clooney da vida a un genio cansado de desilusionarse, quien conocerá a Casey (Britt Robertson), una brillante adolescente llena de optimismo y que cuenta con una gran curiosidad científica. Ambos se adentran en una peligrosa misión por revelar los secretos de un lugar enigmático en alguna parte del tiempo y de espacio, conocida como Tomorrowland, el mundo de mañana. Su tarea es llegar allí y cambiar el mundo, y a ellos, para siempre.